Tirar de la rienda. No midió el diputado Jorge Varona Rodríguez lo que iba a pasar cuando declaró que las autoridades de Zacatecas debían dar “la cara y expliquen qué está pasando en ese estado con la seguridad que nos afecta a los habitantes de Aguascalientes”; por supuesto no le ayuda al líder de la bancada priísta que algunos amigos de la prensa digan que llamó sinvergüenza a Miguel Alonso Reyes (dicen que lo dijo entre dientes y volteando la cara, explican quienes le quieren meter la zancadilla), lo cierto es que cuando presionaron al legislador para llamar “tibio” al gobernador zacatecano, sólo apunto que “debiera ser más enfático”. Sí, lo publicamos ayer, y lo reiteramos porque el linchamiento se pondrá bueno, cuando decimos que no midió el impacto es por la serie de desmentidos que hoy se dieron a conocer por parte de los gobiernos estatales de Aguascalientes y Zacatecas.
¿Le quedó grande la yegua a Miguel Alonso? La alerta del Departamento de Estado del gobierno norteamericano indica algo, los operativos que desde Aguascalientes se realizan en las fronteras estatales indican lo mismo… Sin embargo, ya le salieron a jalar la rienda a Jorge Varona, desde el gabinete estatal: el secretario de Gobernación Sergio Reynoso Talamantes, por ejemplo.
Somos amigos y ustedes amigos. En más sobre el tema, ayer se reunieron Carlos Lozano de la Torre y Miguel Alonso Reyes, para que no quedaran dudas, establecieron que hay lazos de amistad, colaboración y trabajo conjunto y que hay disposición política y voluntad de trabajo para mejorar el nivel de vida en la región. Desde la oficina de prensa del gobernador zacatecano también insistieron en el tema y a través de boletín difundieron que “mantienen una agenda que contempla el pleno aprovechamiento de las fortalezas de ambas entidades en objetivos y proyectos comunes bien establecidos en materia de seguridad”… Auch.
El Cumplidor… Así es como alguna vez se quiso hacer llamar Rubén Camarillo Ortega, cuando el panista inundaba las calles de la ciudad con sus mantas… algo quería; ahora que anda desdibujado en la contienda panista y su grupo se desbanda, ya no puede y no le interesa el mote; y quien deberá comenzar a preocuparse por quién se queda con el apodo es el ex presidente municipal de Jesús María, Martín Gerardo Chávez del Bosque, porque ayer anunció Antonio Arámbula López el cumplimiento de una de sus promesas de campaña: la de recortarse el sueldo.
Ahí te dejo esos dos pesos. Ahora que el alcalde de Jesús María recortó sus percepciones en poco más del 25% y ya solamente gana 20 mil 514 pesos mensuales, quienes votaron por Arámbula López podrán recordarle que también durante campaña mencionó sus intenciones de fiscalizar las finanzas del priísta Chávez del Bosque. El actual alcalde incluso refirió tener sospechas de que parte de las arcas públicas había terminado en beneficio de su contrincante Jorge Delgado Delgado; “Va a haber una auditoría especial en agua potable, ya que la dependencia de agua potable se metió de lleno a la campaña, desviaron recursos para la campaña, no es correcto que a la ciudadanía le hinquen la uña con el recibo y estos metidos en la campaña con todo el dinero”, habría dicho Antonio Arámbula. La pregunta es si el dinero ya fue devuelto, pues el 8 de julio, ya como presidente electo, envió un mensaje a la administración de Chávez del Bosque: “Es mejor que lo regresen a que metamos la mano y los metamos al bote”. ¿Será?
Mentiras, mentiritas y cuentas públicas. Por lo pronto, si bien el estado de las finanzas del Jesús María dejan la acción de reducirse el sueldo como aspirina contra una infección masiva, Arámbula López puede presumir que ya cumplió, mas no sacar del bache, todavía, al municipio. El saliente Martín Chávez del Bosque, en una de esas ocasiones en que sí se apareció a checar, dijo que había recibido la administración con una deuda de 68 millones de pesos y que nomás dejaba 20 millones pendientes, de nuevo: ¿será?
El pan de todos los días. Y es que mal que bien, las administraciones panistas han hecho las mieles de los amigos de la prensa, pues rápido se olvidó que a excepción de Calvillo (donde Jorge Martínez Villalobos nomás no le quería soltar prenda a Javier Luévano) en todos los municipios se anunció que las transiciones estaban siendo de lo más amigables, que no iba a haber cacería de brujas, que los estados financieros estaban siendo entregados y revisados… pero no pasa un día sin que nos enteremos de detallitos, desde los 250 asesores en el municipio capital que descubrió Antonio Martín del Campo, hasta trabajadores de las administraciones municipales que cobraban por ir a decir que trabajaban; esos “descubrimientos” son la nota diaria; habrá que tomar las precauciones necesarias para no echarlas en saco roto y volver a ellas dentro de unos meses para quitarles su condición de llamaradas de petate.
Verde que te quiero verde. Un buen ejemplo de esas notas-declaraciones es la Línea Verde, a la que desde siempre se indicó que Lorena Martínez había dejado blindada para que más allá del color de la administración, no se perdiera ese espacio. Ahora resulta que al cederle los derechos de reutilizar el agua a Gobierno del Estado, el municipio no cuenta con el recurso suficiente para regar la Línea Verde. De que se tiene que solucionar, se tiene que solucionar, y ahí, más allá de partidos y candidatos, porque los habitantes del oriente de la ciudad se han apropiado de ese espacio, ojalá y no se convierta en un pretexto para que dentro de un tiempo aparezca un legislador federal y presuma que salva a la ciudad gracias a sus gestiones… ojalá.
Epitafio
Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.
Quise o no quise. Pero a veces
me quisieron. También a mí
me alegraban: la primavera,
las manos juntas, lo feliz.
¡Digo que el hombre debe serlo!
Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín
Juan Gelman (1930-2014)
@PurisimaGrilla