- La labor de la Institución fundada en 1943 ha contribuido al esplendor de la cultura mexicana
- Seguirá siendo un referente de la cultura mexicana porque estará integrado por quienes estén a la vanguardia en el arte
Para cualquiera que se dedica a la actividad académica llegar al Colegio Nacional es una especie de culminación de una trayectoria. Al entrar, en lo que se piensa fundamentalmente es en los maestros que uno ha tenido y han estado allí; en hacer honor a su memoria y trayectoria, destacó el jurista Diego Valadés miembro del Colegio Nacional desde el 12 de febrero de 2007.
En su discurso de ingreso pronunciado hace poco más de seis años, el doctor honoris causa por la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, dijo que la fecunda labor de la Institución fundada en 1943, ha contribuido al esplendor de la cultura mexicana.
Comentó que el Colegio Nacional es un proyecto importante en la vida de cualquier Estado democrático y moderno, el cual representa muchas de las expresiones que ha tenido el Estado mexicano para apoyar el desarrollo de la cultura en México.
“Esta institución que cumplió 70 años forma parte de la política en la cual el Estado mexicano se preocupó por desarrollar instituciones culturales para fortalecer la vida literaria, artística, musical y científica del país, así como para darle apoyo a un número importante de mexicanos, no sólo para aquellos que reciben directamente una distinción sino también para los que aspiran legítimamente a recibirla en el futuro”.
Para Diego Valadés el espacio académico tiene una peculiaridad que lo hace enormemente atractivo: sus integrantes corresponden a diferentes disciplinas de trabajo y del quehacer cultural. “Es una integración muy saludable entre creadores, humanistas, científicos sociales, científicos de las ciencias biológicas o físico matemáticas lo que hace que el diálogo sea muy enriquecedor”.
Subrayó que los miembros contrastan puntos de vista, diversas perspectivas, análisis, problemas de diferentes metodologías y diferentes ángulos. “Individualmente cada miembro ocupa un espacio en alguna disciplina del saber, del quehacer cultural o artístico, pero en conjunto todos nos enriquecemos porque también se multiplican las miradas sobre los problemas que nos interesan, de suerte que muchas veces hacemos seminarios, por ejemplo sobre un solo tema pero con diferentes perspectivas”.
El también miembro del Colegio de Sinaloa, de la Academia Mexicana de la Lengua y de la Academia Mexicana de Ciencias recordó que quien le avisó de su ingreso como miembro del Colegio Nacional fue el doctor Héctor Fix-Zamudio, quien respondió a su discurso Instrumentos de control parlamentario en los sistemas presidenciales latinoamericanos.
“Cada uno de nosotros elige la fecha en la que está listo para leer su discurso académico de ingreso. Yo escogí la primera sesión de febrero porque quise relacionarlo con el aniversario de la Constitución, por lo tanto, puedo decir, fue uno de los mejores aniversarios de la Constitución que yo he tenido”.
El investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México indicó que ingresar al Colegio Nacional es una culminación por lo que la institución representa pero también una responsabilidad. “Por un lado se siente la satisfacción por esa culminación pero por otro se siente el peso de la responsabilidad y eso obliga a no disminuir en la intensidad de trabajo”.
Consideró que ser miembro de la institución mexicana es un reto permanente. “El Colegio es muy demandante. Las características de sus integrantes son de exigencia consigo mismos y con los demás por lo tanto se debe hacer un gran esfuerzo para mantener el ritmo que marca la mayoría de los integrantes, digamos que cuando estamos sesionando en nuestras reuniones mensuales es un ejercicio colectivo de la inteligencia que resulta muy demandante para cada uno de los que ahí estamos”.
En su experiencia como miembro comentó acompañar a protagonistas de la vida cotidiana. “Me siento muy orgulloso de estar en el Colegio Nacional porque es un espacio en el que se discute con enorme libertad, con mucha información y gran responsabilidad. Todos sus miembros estamos conscientes del papel que nos toca”.
Expuso que en el Colegio hay un buen equilibrio en lo que se considera ciencias de la naturaleza y ciencias de la cultura, lo que contribuye a la riqueza en cuanto al orden de las diferentes perspectivas que sus integrantes tienen acerca de los problemas del país, por lo que es una organización no sólo multidisciplinaria sino plural en cuanto a los criterios y formas de práctica que cada uno de sus miembros tiene.
El autor de La dictadura constitucional en América Latina y la Universidad Nacional Autónoma de México: formación, estructura y funciones, consideró que en el Colegio todos sus miembros practican la libertad, con el fin de contribuir a la ampliación del saber en México.
Destacó que estatutariamente, los miembros del Colegio, al llegar a los 70 años, pueden ya no seguir impartiendo sus clases, conferencias o participando en la sesiones del consejo, sin embargo eso no ocurre, pues sus integrantes siguen asistiendo a la mayoría de sesiones hasta que su salud se los permite.
“Encontramos que muchos de los maravillosos maestros que forman parte del Colegio y que están en los 90 años de edad o los rebasan siguen mes con mes asistiendo a las sesiones y dictando sus conferencias, de manera que esto da una idea de que todos sus integrantes están involucrados con una gran responsabilidad y nadie se toma la pertenencia al Colegio como una especie de distinción extraordinaria o de reconocimiento”.
Comentó que la responsabilidad de que las personas se acerquen al Colegio recae en sus miembros. “Casi todos los miembros somos profesores universitarios, se puede señalar que tenemos una comunicación continua y enriquecedora con nuevas generaciones de estudiantes, de manera que aun cuando mucho de lo que se hace por parte del Colegio y cada uno de sus integrantes no tenga en apariencia una gran repercusión mediática, sí la está teniendo de manera continua por lo que se refiere a las relaciones interpersonales de cada uno de los miembros con la áreas en las que se desenvuelve o con las que tiene mayor contacto”.
En su opinión, el futuro del Colegio Nacional radica en una renovación permanente y en incorporar a quienes por sus aportaciones a diferentes áreas del conocimiento, nutren con su experiencia y conocimientos la vida de la institución. “El Colegio, dentro de 30 años, cuando se celebre su centenario o en 130 años su bicentenario, seguirá siendo un referente de la cultura mexicana, porque estará siempre integrado por quienes estén a la vanguardia en el arte y en el orden de la cultura y el conocimiento”, expresó.
Con información de Conaculta