El día de ayer concluyeron los 90 días de campaña, pero a pesar de que los resultados de la jornada electoral son preliminares y están en proceso, podemos sacar algunas reflexiones al respecto.
En primer lugar destacar que en una valoración del proceso de consolidación democrática en México, el Instituto Federal Electoral (IFE) sigue jugando un papel esencial. Su desempeño institucional impacta no sólo el proceso electoral, influye también en la calidad de la democracia. Su actuación en la elección presidencial de 2012, se observó como una institución sólida y confiable.
La reforma electoral que prohibió la compra de espacios publicitarios a particulares y candidatos fue sin duda un avance importante en el tema de las campañas electorales pues evita que gane las elecciones quien tenga más dinero para comprar publicidad y no quien tenga mejores propuestas, es indudable el avance logrado por esta reforma que abona a mejorar la competencia democrática.
La posibilidad de conocer de manera equitativa las propuestas y argumentos de los candidatos y sus partidos, en espacios asignados por el IFE, con el seguimiento puntual de la UNAM, acotó de manera real la posibilidad de que los poderes fácticos y los medios de comunicación pudieran intervenir de manera directa y determinar quién ganaba y quién perdía.
Es claro que los medios de comunicación siguen insistiendo en poner y quitar a su antojo a partidos y candidatos en las contiendas electorales. Las encuestas electorales se convirtieron en un elemento de propaganda para influir en la elección del candidato presidencial. Fueron los estudiantes quienes exhibieron este tipo de prácticas e iniciaron un reclamo por una información más verídica y con menor carga de manipulación.
Tal vez uno de los rasgos más distintivos de este proceso electoral sea el tema de los medios de comunicación. Hace todavía 10 años era obligado para los ciudadanos, si querían tener información del proceso electoral, encender el televisor y ver en Televisa a López Dóriga “narrar “desde su perspectiva el desempeño de la jornada electoral. Como dejó de ser confiable el manejo informativo de los contenidos y su veracidad, hoy se recurre a los medios electrónicos y redes sociales para confirmar cualquier información que se presente por Televisa o Azteca.
Así como se sustituyó la prensa escrita por el radio, y a su vez el radio por la televisión, hoy en el proceso de consolidación democrática, las redes sociales y la comunicación a distancia van a ir reemplazando paulatinamente este medio de comunicación. Este proceso electoral exhibió a la televisión como un medio de comunicación en proceso de convertirse en obsoleto.
Al final del proceso electoral ¿cuáles son los temas que se tienen que convertir en la agenda del Poder Legislativo para ir cuidando y perfeccionando el proceso democrático en nuestro país?
1.- El papel de Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) que es una institución que no cumple ni siquiera en mínima parte con la función para la que fue creada. Tiene un diseño jurídico tan absurdo y contradictorio que es prácticamente imposible para un ciudadano hacer una denuncia y que ésta prospere.
2.- La compra y coacción del voto. Es inadmisible cómo los gobernadores le dan un uso indiscriminado a los recursos públicos para utilizarlos en las campañas electorales. No existe un instrumento mínimo que permita reducir el uso de los recursos públicos para la compra del voto, ya sea a través de programas sociales, o con dádivas que les permiten tener un ejército de reserva electoral en cada campaña. Como no existe ningún recurso o instrumento institucional que limite al gobernador en su estado, se desvían cantidades muy onerosas que son producto de nuestros impuestos, para que ellos ganen campañas electorales. La falta total de rendición de cuentas y fiscalización de los recursos públicos es la causa de este comportamiento que hay que erradicar.
3.- De aquí se deriva la necesidad de una gran reforma a los órganos locales de fiscalización. Homologar con un formato único los informes de gastos y su utilización. Convertirlos en órganos autónomos con intervención de organismos académicos y ciudadanos y dotarlos de facultades para sancionar, son los temas de la agenda legislativa que nos arroja el saldo de la pasada contienda electoral.
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