¿Por qué las mujeres permanecen con un hombre que les pega? / Si no ahora, ¿cuándo? - LJA Aguascalientes
24/11/2024

Asociación Iberoamericana para el Desarrollo de la Igualdad de Género A.C. Sede Aguascalientes.

 

¿Por qué ellas se quedan en relaciones violentas? Es la pregunta que nos hacemos todas y todos siempre. Y las recomendaciones más frecuentes son: simplemente déjalo, termina la relación, denuncia a las autoridades, regresa a la casa de tus padres con todo e hijos y un largo etcétera para cerrar con un contundente: es culpa de las mujeres porque perdonan esa situación.

Se culpa a las mujeres por desconocimiento. Pocas y pocos saben que la mayoría de las mujeres en Aguascalientes sufren una violencia sistemática en la vida privada. Entiéndase por vida privada la que se llevan dentro del hogar y en el ámbito personal y psicológico como las relaciones afectivas, el desarrollo humano dentro de una familia y la vida cotidiana. La violencia de género pasa a cualquiera, no importando la edad, la nacionalidad, el estatus económico o la profesión.  También la violencia de género no es un problema exclusivo de las mujeres, se sabe que son los hombres quienes en un 85% cometen actos de violencia en el hogar y que las víctimas más comunes de violencia de género en la pareja son las jóvenes de entre 14 y 30 años.  Por tanto, hablaremos de los secretos que guarda este tipo de violencia hacia las mujeres, ¿cuáles son las primeras señales de advertencia? ¿Cómo saber si soy o puedo ser víctima de violencia?

Primera Fase de la violencia: El enamoramiento, el hechizo o la luna de miel.

Siguiendo estereotipos ancestrales sobre el amor, sobre todo aquél utilizado en la Edad Media denominado “Amor cortés”, las mujeres son puestas en pedestales por sus parejas, comienza un ciclo de hechizo. A la mujer se le idealiza como una fuente de belleza infinita, se le compara con la perfección, con la sumisión y la debilidad, de ahí la idea de que los hombres deben de protegerlas. También entra en juego la dependencia emocional. Algunos hombres amenazan a la mujer diciéndoles que si no están a su lado no son nada, el típico ¡No soy nadie sin ti!, creando en las mujeres la idea de que deben ser las salvadoras y protectoras de ese ser desolado por las circunstancias de la vida. También entra en juego la idea de la perfección en las mujeres con frases como: eres única, no hay nadie más bella que tú, eres tan amorosa y comprensiva, nadie me quiere como tú, todas ellas sentencias que la literatura infantil y las películas de los años cincuenta todavía difunden con la idea de formar a las mujeres en los limitados estereotipos de madre-esposas.

Segunda fase de la violencia: El aislamiento, el control.

Si nos hubieran dicho que estos hombres que colocan a las mujeres en pedestales, siendo los más amables y cariñosos, un día iban a decir qué maquillajes debemos usar, de qué forma vestirnos, qué tan largas serán nuestras faldas, con quién debemos o no salir, si debemos o no ver a nuestra familia, no lo creeríamos. Nos estaríamos riendo en su cara. No es que digan los hombres violentos: bueno, esto del romance está bien pero ahora necesito controlarte y a abusar de ti, sino que paulatinamente opera un disimulado proceso de control y posesión sobre las mujeres. Actitudes como: tú eres mía, me perteneces, cuido de ti porque es peligroso que salgas o veas a gente que no conoces, reviso tu cartera para ver si tienes lo que necesitas, te llamo muchas veces al día porque me importas, no te humillo simplemente te corrijo, salgo con otras mujeres porque tu no me valoras, son algunas de las prácticas que dañan el autoestima de la víctima hasta que la dependencia emocional está totalmente a merced del abusador.  Es en esta etapa cuando las mujeres dejan por completo actividades que antes realizaban y que les gustaban, se alejan de la familia, de los amigos y siempre parecen estar molestas, angustiadas porque saben, desde el fondo, que está algo mal pero no saben cómo nombrarlo.

Tercera fase de la violencia: La explosión o caer en la trampa.


Recordemos que en esta etapa, una de la más peligrosa, la mujer está completamente aislada de ayuda y controlada emocionalmente. Esta fase implica desde la violencia física, el chantaje emocional, amenazas a los hijos e incluso la muerte. El abusador poco a poco introducirá en la relación elementos para amedrentar a la víctima, como armas, cuchillos, hasta las cuestiones más subjetivas como las infidelidades, los celos, el chantaje emocional a través de los hijos e incluso el abuso sexual y físico. Debido al estado emocional de las mujeres en estas etapas, comienzan a preguntarse si son ellas las que están haciendo algo mal, si no están complaciendo a sus hombres debidamente. Ellos buscan cualquier excusa para cometer el abuso: mujer no me procuras, me fue muy mal en el trabajo, nadie me comprende, perdí la oportunidad de construir algo para ti y para mí en un futuro con este despido, etc. Y comienza el terror. A pesar de que numerosas mujeres de todas posiciones sociales han sido golpeadas durante el noviazgo llegan al matrimonio con sus agresores, convencidas de que cambiarán en la vida familiar junto a ellas. Conocemos los típicos: esto no volverá a ocurrirme, soy la única que puede acompañar y sanar a este hombre atormentado. En esta etapa el círculo puede regresar a la fase de luna de miel, tras una ruptura y hacer interminable la relación de abuso.

Cuarta fase: La muerte.

Las mujeres que sufren este tipo de violencia no se asumen como mujeres maltratadas, ni como víctimas de un delito por muchos años, tantos, que recientemente una mujer hidrocálida se ha quitado la vida ante el maltrato constante que vivió durante su matrimonio de 40 años. ¿Por qué? Principalmente porque no saben que son víctimas de la violencia de género y/o doméstica. Y aún así ¿por qué las mujeres no dejan a sus agresores? Esta pregunta duele más porque muchos y muchas no saben que abandonar a un maltratador en esta etapa es más peligroso. El abusador ya no tiene nada que perder y ataca directamente a la víctima que era considerada su posesión e incluso puede quitar la vida a sus hijos y familiares. Es por esto que muchas mujeres mueren después de terminar las relaciones con sus ex parejas, de ahí que se necesite reforzar los casos de las víctimas que denuncian este tipo de abusos y hacerles saber que no son las únicas, que tienen que romper el silencio para que su vida pueda dar un giro con ayuda profesional y vivir plenamente. Esto les puede estar ocurriendo a tus hermanas, primas, amigas, conocidas. ¡Mantente alerta! Vayamos entendiendo, el amor no duele.

Teléfonos de ayuda a la mujer:

AIDIGE A.C.: 916-1639 y  915-7369

Instituto de las Mujeres del Municipio de Aguascalientes: 915-7439

Instituto Aguascalentense de las Mujeres: 910-2128

Fundación Mujer Contemporánea: 918-8176 y 918-1752

Policía Ministerial: 066


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