A Ivonne Vite por su interlocución sobre el patriarcado
El siguiente lunes 25 de noviembre se conmemora el Día internacional de la no violencia hacia las mujeres, algunas personas más lo mencionan como el Día internacional contra la violencia de género. En ambos casos lo que se hace visible es la violencia que ejercen principalmente los hombres en contra de las mujeres. Sin embargo, resulta curioso que una semana antes de dicha fecha el 19 de noviembre se esté celebrando el Día internacional del hombre. ¿Qué tienen que celebrar?
Yo creo que ya es tiempo de desmontar este discurso permisivo y complaciente en el que algunos grupos de varones plácidamente se han instalado. El día del hombre este año tiene como diseño un bigote. Otras publicaciones tienen un cigarro, un paraguas y así una falta absoluta de un símbolo que genere por un lado representatividad y por otro pertenencia, pero parece que nada de eso pasa por ser hombre y lo único que se les ocurrió fue una gama de artículos, francamente una triste representación de sí mismos.
¿Importa la forma en que nos representamos mujeres y hombres? Desde luego que sí, la representación verbal pero también la simbólica tiene mucho que ver, por ejemplo durante muchos años a las mujeres se nos ha representado con un lápiz labial, con un zapato de tacón y bueno, los peores casos ya ni los menciono porque de verdad es indignante el grado de cosificación sexista con el que nos han nombrado. Ahora no sólo las mujeres sino también los hombres se han convertido en un accesorio identitario.
Según los organizadores, el Día internacional del hombre busca: Promover modelos masculinos positivos, varones trabajadores de clase media que viven vidas decentes y honestas. Celebrar las contribuciones positivas de los hombres a la sociedad, comunidad, familia, matrimonio, cuidado de niños, y para el medio ambiente. Centrarse en la salud y el bienestar social, emocional, físico y espiritual de los varones. Poner de relieve la discriminación contra los hombres. Promover la igualdad de género. Crear un mundo donde la gente pueda estar segura y crecer para alcanzar su pleno potencial.
Como ustedes verán nada se nombra de la violencia que ejercen hacia las mujeres y hacia otros hombres, principalmente aquellos que no cumplen con su idea de masculinidad. Tampoco se menciona a los obreros, sin techo, indocumentados, desempleados, tremendamente clasista. Por eso dije al principio que resulta un discurso bonito, complaciente, correcto pero simulador finalmente.
Mientras no se toquen explícitamente tres aspectos fundamentales que son un símbolo crudo de la masculinidad realmente no se estará repensando nada que logre cambiar la dinámica del colectivo de hombres. Resulta fundamental que se mencione como una de las urgencias de reflexión y acción de los hombres poner alto a la violencia que ejercen contra las mujeres, si no se acentúa esta demanda nada de los puntos anteriores que tanto ensalzan en su festejo del Día internacional del hombre vale la pena mencionar. Porque dejando intacto el tema de la violencia no se puede hablar de un ambiente de paz en la familia ni en la comunidad, si la actual situación global de violencia desatada está en los niveles más descarnados, no se puede ignorar que son los varones quienes generan esa violencia regada por todo el mundo.
Por otro lado esta representación de un bigote como símbolo del hombre o como incluso ellos mismos se mencionaron de un “verdadero hombre” es un signo profundo de homofobia, no sólo porque omite mencionar la diversidad de hombres existentes además de los heterosexuales, sino porque sepulta la posibilidad de que los homosexuales u hombres trans sean reconocidos como varones. Hace una norma a seguir partiendo de esa supuesta idea que compone a un “verdadero hombre” imponiendo la medida hetero.
Desde luego muchos de esos aspectos que desean resaltar en el día del hombre han sido ideas tomadas del movimiento feminista, no se molestaron en mover ni una coma al tema de equidad de género, pero en ninguno de esos seis puntos donde se pronuncia el sentido de dicha celebración ni por casualidad se menciona la violencia que generan y ejercen, y mucho menos la homofobia como un medio de control para el colectivo masculino.
Otro tema necesario e igual de urgente es la depredación de la naturaleza que por medio de la industria, las mineras, las empresas, los grandes consorcios y transnacionales han ido acabando con el planeta, con el ambiente. Según la ONU, de las personas en todo el mundo que viven en condición de extrema pobreza un 70% son mujeres. Esto significa que la riqueza está concentrada en manos de los hombres, por lo tanto su responsabilidad sobre los altos costos y las consecuencias devastadoras para el medio ambiente es otro tema curiosamente olvidado en los seis pilares que sustentan su demanda como hombres.
¿Qué hay que festejar entonces si dejan intacta la violencia, la homofobia y la depredación del medio ambiente? Si bien es cierto no todos los hombres son iguales, no todos se enmarcan en estos niveles iracundos de la violencia, lo cierto es que bajo este olvido al redactar los seis puntos que celebran siguen protegiendo y dejando intactos a todos aquellos que se encubren en la complicidad masculina para seguir ejerciendo la supremacía hacia las mujeres y a otros hombres. Habrá que pensar seriamente si la masculinidad es algo que se debe reivindicar.
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