El metabolismo está presente en una buena parte la sociedad. Educación, costumbres, hábitos y adicciones viven estelares momentos. A punta de impuestos y restricciones se pretende transformar al mexicano.
Primero fuimos confinados los fumadores de tabaco al limitar los espacios para echarnos un cigarrito. Se nos persiguió como si fuéramos delincuentes de alta peligrosidad, familiares del defenestrado Chepo de la Torre o la versión azteca de Justin Bieber.
Antes nos atropelló el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que aumentó 160%, a partir del primero de enero de 2009; por si fuera insuficiente el golpe, los legisladores aprobaron otro aumento al IEPS del cigarrillo en el paquete económico 2011, lo cual se tradujo en el alza de 0.35 centavos por unidad.
Ahora les tocará el turno a los sufridos dueños de las mascotas que pagarán el 16% de IVA por su comida, al ser considerados los animales de compañía “artículos de lujo”, según los diputados y senadores del PVEM. Ajá.
Igual serán llamados al orden los estibadores del sobrepeso y la obesidad, que liquidarán el 8% al consumo de alimentos de alta densidad calórica o “chatarra”.
Los fanáticos del refresco y la bebida saborizada con azúcar añadida, también darán un paso al frente al pagar un gravamen especial de un peso por litro.
Y bueno, como a toda catedral le toca su romería, los adoradores de Baco en la tierra de la gente buena para el chupe, pasarán lista de presentes: gracias a la iniciativa del titular del Poder Ejecutivo, el gobierno estatal pretende gravar con el 4.5% la Venta Final de Bebidas con Contenido Alcohólico, en envase cerrado.
Bien por la medida. Mal por el bajo porcentaje. Desigual el tratamiento con relación a los impuestos antes referidos.
Los bebedores debieran entrarle con el 8%, al igual que la botana (papas, cacahuates, churros, etc.), para que no haya discriminación en los Santuarios de los Chupamaros Monarcas: cantinas, piqueras, antros y merenderos, de donde salen (algunos) parroquianos alcoholizados para acabar con inocentes vidas humanas.
Diputados a la LXII Legislatura al Congreso del Estado tienen una parte de la palabra para contribuir, en el ámbito de sus facultades, a la solución del multifactorial problema, el excesivo consumo de alcohol entre la juventud.
La Encuesta Nacional de Adicciones 2011 registra el alarmante dato: la ingesta de bebidas embriagantes entre los jóvenes de Aguascalientes, de 12 a 17 años, creció el 100%, al pasar del 7 al 14 por ciento.
Rescato las palabras escritas por un periodista de informativos Telecinco (España) que presenció un accidente automovilístico en 1997. La joven, mientras moría iba diciendo a los allí presentes:
Fui a una fiesta y me acordé de lo que me dijiste. Mamá, me pediste que no bebiera alcohol y por eso bebí un Sprite. Sentí orgullo de mi misma. Hice una elección saludable y tu consejo fue correcto.
Cuando la fiesta finalmente acabó la gente empezó a conducir sin estar en condiciones de manejar.
Fui a mi coche con la certeza de que iría a casa en paz. Nunca me imaginé lo que me esperaba mamá, algo indescriptible. Ahora estoy tirada en la carretera y oigo a un policía decir: “El chico que provocó este accidente iba borracho”.
Mamá, su voz parecía tan distante.
Mi sangre está derramada por todos lados y estoy intentando con todas mi fuerzas no llorar. Puedo oír a los médicos diciendo: “Esta chica va a morir”.
Él, como yo, habíamos salido de fiesta, pero él decidió beber y conducir, y ahora yo tengo que morir. ¿Por qué las personas hacen esto, mamá?, sabiendo que va a arruinar vidas humanas.
El dolor me está cortando como un centenar de cuchillos afilados. Mamá, dile a mi hermana que no se asuste, dile a papá que sea fuerte, los quiero tanto; me gustaría que me dieras el último beso.
Alguien debió haberle dicho a aquel chico que está mal beber y conducir. Tal vez si sus padres se lo hubieran comentado, yo no estaría a punto de morir.
Mi respiración se está debilitando, mamá, y tengo mucho miedo. Estos son mis últimos momentos y me siento tan desesperada. Me gustaría que me pudieras abrazar, mamá, mientras estoy estirada aquí, muriendo. Me gustaría poder decirte que te quiero.
No siento mi cuerpo, no puedo más mami… te quiero, adiós.
Los padres de familia tiene la otra parte de la palabra, ¿no cree usted?
Porque alguien tiene que escribirlo: Ya se conoce el resultado. Bien supongo que México irá al Mundial. Entonces es momento de mandarle el recado a Miguel Herrera: no eres un Piojo, eres el Rey León del futbol universal. Ahora te necesitamos en Cruz Azul, también prestado, para ganar otro subcampeonato, el enésimo en su palmarés.