Nueva Humanidad/7 / Tlacuilo - LJA Aguascalientes
11/12/2024

 

 

En la primera etapa del neoliberalismo en México (1982-2000) se dieron los primeros golpes contra la economía nacional: se privatizó la inmensa mayoría de las empresas del Estado y se destruyó la agricultura que se entregó al extranjero, al igual que la banca y el transporte ferroviario.

Sin embargo, eso no fue suficiente para someternos; es cierto que los mexicanos no queremos empezar otra revolución violenta porque en las tres anteriores aprendimos que los paladines más leales a la Nación (o sea al pueblo) serían los primeros sacrificados para volver a caer en manos de aventureros como Iturbide o de caudillos pícaros, ególatras y traidores como Santa Anna -cuya honra siempre tiene un precio- pero el Imperio sabe que todo tiene un límite y no se atreve a darle gusto al Che Guevara convirtiendo en otro Vietnam a México -su más cercana colonia en todo el mundo que, a diferencia de aquella lejana nación, está tan solo al otro lado de su más porosa frontera con lo que considera su patio trasero- porque correría el riesgo de incendiarse también, pues no debemos olvidar las protestas que empiezan a manifestarse en forma enérgica pero organizada entre sus propios jóvenes, indignados contra su gobierno represor.

LOS NEOLIBERALES ILETRADOS. Por otra parte, un impúdico Zedillo estableció el bipartidismo largamente anhelado por Estados Unidos al apoyar al PAN con la campaña del candidato de The Coca Cola Company, promovido de vendedor estrella de cocas a presidente para inaugurar la segunda etapa del neoliberalismo mexicano (2000-?).

Este sujeto se constituyó en el cuarto encomendero neoliberal después de haber sido adoctrinado en una universidad de Estados Unidos, al igual que los tres que lo precedieron, de acuerdo con la estrategia Lansing; en el primer presidente en declararse abiertamente católico, defender a capa y espada la familia católica e introducir el concubinato en Los Pinos; y también en el primer presidente patito cuando recibió un obsequioso título profesional de la Ibero; es el mismo que nos recomendaba ser tercos y necios como él; que evitáramos leer porque hace daño; y el único que ha cometido afrenta contra el escudo nacional con su águila mocha sin que ninguno de sus cómplices de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial moviera un dedo para imponerle las sanciones establecidas por la ley, y mil sandeces más. Santa Anna le quedó chiquito.

Pues bien: este sujeto recibió la encomienda de acabar de plano con la Constitución de 1917 por obsoleta; pero como aunque lo anunció no supo cómo hacerlo, lo que consiguió el imperio fue que continuara debilitando a las empresas del Estado y les impusiera -aparte de los contratos de subrogación establecidos por Salinas a favor del capital privado- los también inconstitucionales contratos de servicios múltiples que empezó a otorgar ilegalmente a empresas extranjeras en 2004 para explotar los inmensos depósitos de hidrocarburos localizados desde años atrás y otros nuevos, acatando así las instrucciones de su amo: “He hablado con Vicente Fox, el nuevo presidente de México, para tener petróleo que enviar a Estados Unidos. Así no dependeremos del petróleo extranjero.” (Sic. George W. Bush en el primer debate de la campaña presidencial, 10/03/00. El subrayado es mío).

LAS “REFORMAS ESTRUCTURALES”. Y como después de pasar la mitad del sexenio el gobierno de Estados Unidos se dio cuenta de que su mayordomo (Fox is our man in Mexico, había dicho Bush II) sería incapaz de imponer otra Constitución Política al gusto del Imperio, resolvió ordenarle que continuara haciendo lo que inició Salinas: reformas aparentemente inocuas a la redacción de los artículos básicos de la Constitución vigente, para aplicarlas tramposamente por medio de inconstitucionales leyes secundarias; a esto le llamó Fox, en 2004, “grandes transformaciones nacionales”.

Felipe Calderón, otro iletrado adiestrado en Estados Unidos que hundió al país en la violencia y el consecuente atraso económico derivado de la desviación de recursos para su guerrita personal que nadie le autorizó, pero que le sirvió para distraer la atención mientras entregaba el país al capital extranjero en todos los terrenos.


Con él terminó el primer capítulo patito del PAN en el poder enmedio de la decepción mayoritaria de quienes habían votado por la alternancia, pues la demagogia, la ineptitud, la corrupción, el saqueo y la impunidad que tanto le criticaba el PAN al PRI cuando era oposición no solo se habían multiplicado, sino profundizado y ensangrentado.

OTRA VEZ EL DESLUSTRADO PRI. No me voy a extender en analizar la continuidad neoliberal de Enrique Peña Nieto, cuya única conclusión clara es su lamentable confusión ideológica, derivada seguramente de su menguada formación personal. Hoy le hace caso a un consejero de izquierda, mañana a uno de centro, pasado mañana a uno de derecha (todos en esa mezcolanza que se llama PRI), pero al final de cuentas sigue firme en imponer a como dé lugar las reformas constitucionales iniciadas por Salinas, pero sin limitarse a los aspectos hacendarios de acuerdo con los “Programas de Ajuste Estructural” (PAE) del trío Fondo Monetario Internacional-Banco Mundial-Banco Interamericano de Desarrollo, sino incluyendo todos los renglones económicos y hasta los servicios de educación, cultura, salud y seguridad social: es decir, las despiadadas órdenes del Imperio transmitidas por medio de la oligarquía apátrida que, como los moluscos, se alimenta de los detritus con que la cubre el imperialismo financiero internacional.

(Continuará)

Aguascalientes, México, América Latina

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