La utopía del nuevo siglo ya no es la búsqueda
de la igualdad social o el rechazo colectivo a las transgresiones
a los individuos, a los pueblos perseguidos o el
exterminio, a la hambruna, a las limpiezas étnicas, a los
esencialismos. Todas estas aberraciones son silenciadas
con el grito de gol, ¿será el gol la utopía del nuevo siglo?
Margarita Pisano. La utopía de fin y principio de siglo es el gol.
El análisis, las estadísticas y los pronósticos de una historia inútil invaden la TV y los medios impresos, la radio grita gol, la euforia por las calles se desborda con la ebria fanaticada en su gran mayoría. Los amantes se toman de la mano vestidos con la misma playera, verde, blanco y rojo. Es cursi la historia pero real, cientos de artículos se han escrito sobre los hombres que prefieren a mujeres que gusten de ver el fútbol, otro de los debates más publicitados es el de ¿por qué los hombres prefieren el balompié a las mujeres? Ambas preguntas sin duda responden a un tipo de hombres y ocultan que hay otros tantos que no saben, no miran y no gustan del fútbol, no les interesa, pero una de las tretas de ese deporte es construir la hegemonía masculina de tal forma que los viste a todos igual, así como las telenovelas crean un cliché de las mujeres aunque miles no estemos interesadas en las dicotomías románticas que se inventa el duopolio televisivo para mantener una idea inamovible de lo que es ser mujer.
Hoy en día la utopía futbolera ocupa las primeras planas hasta de los periódicos más críticos, ¿México irá o no al mundial? Ese es el dilema que están padeciendo decenas, principalmente hombres, estáticos frente a las tiendas de electrodomésticos, en los negocios como restaurantes, cantinas se unen para su ritual, silenciosos, atentos cruzan los dedos y contienen al menos momentáneamente el grito de guerra mientras sacuden orgullosos su playera de la selección mexicana.
Esos que tanto critican a las mujeres encantadas por las telenovelas que se olvidan de respirar, están exactamente igual enamorados de esos 11 jugadores que saltarán a la cancha.
Enceguecidos hacen sus quinielas, suben las apuestas, quién entra y quién sale de la cancha, el director se va o se queda, el mismísimo presidente de la nación que meses antes había pedido paciencia hoy tampoco da la cara pero la esperanza los cubre porque llega el campeón a dirigir lo que indica que la selección ganará a Nueva Zelanda porque televisa nunca pierde y este negocio es de esa televisora, por eso sus jugadores, su entrenador, sus horarios estelares, sus canales de mayor audiencia sin olvidar sus patrocinadores, negocio redondo el que representa la utopía del gol. Pero eso no es todo.
Es impresionante el orden social que impone la televisión y los demás medios de comunicación a través de la fanaticada. Se cita uno y otro comentarista como el doctor, el maestro, el estratega y nombran el juego de los hombres, los guerreros, los auténticos ídolos. Ya nada importa la reforma hacendaria, nada importa los más de 3 mil millones de pesos que esta misma secretaría le condonó a la empresa Televisa, tampoco importa la venta de los recursos naturales mexicanos como el petróleo, las mineras, el agua y el campo, las zonas naturales y que la clase política esté entregando lo que queda del país.
El día que juegue la selección, gane o pierda, vaya o no al Mundial leeremos y escucharemos el clásico, jugaron como nunca pero perdieron como siempre o aquel de cayeron con la cara al sol, panfletos editoriales nos inundarán por los expertas plumas. Pero no habrá ni una nota, eso es muy posible, salvo los medios alternativos, no veremos ninguna noticia sobre Rocío Mesino la líder campesina asesinada a balazos el pasado sábado 19 de octubre, integrante de la Organización Campesina de la Sierra Sur, en Mezcaltepec, en el Municipio de Atoyac de Álvarez, en la Costa Grande de Guerrero, ella trabajaba en la reconstrucción de un puente que mantenía incomunicada a la comunidad, trabajaba junto con personas campesinas cuyas casas fueron devastadas por los recientes desastres naturales. Una luchadora social.
Sus asesinos fueron dos sicarios que además amenazaron con matar a quien los denunciara, años atrás en el 2005 el hermano de Rocío, Miguel Ángel Mesino también fue asesinado ¿y quién recordará?
Una de tantas historias de familias cercenadas que abundan en este México. Pero no veremos eso, lo que veremos será la utopía del gol como lo señala atinadamente la feminista chilena Margarita Pisano.
“La masa futbolera, amando a sus semidioses deportivos, borra a los individuos, borra sus capacidades individuales, anula la visión crítica: el fanático no piensa, no cuestiona, está sometido a la creencia y a la adoración, remozando y recreando la idea del superhombre. Tener campeones es importante para un país, a través de ellos exalta su nacionalismo, repone la identidad de unión y de superioridad frente a otros pueblos y, correlativamente, minimiza las diferencias sociales y de proyecto político. Discurso siniestro.”
Si los espacios dedicados al fútbol estuvieran enfocados a la organización social, otro sería el cantar de este país, pero eso es peligroso para la clase política a ellos les resulta mejor que se siga privilegiando el gol como esa cosa inocente, esa añoranza que algún día hará a México campeón.
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