- Cómo la bicicleta se convirtió en una herramienta base para los derechos de las mujeres
- La bicicleta es un vehículo de cambio, salud, cultura, sociedad y derechos femeninos
Cuando se llega a escuchar que la bicicleta es un vehículo de cambio, no sólo es por el tema ambiental y de salud para las personas, sino también de cambios culturales, sociales y ¿por qué no? hasta de los derechos de las mujeres; en esta ocasión el Tercer Festival de la Ciudad de Aguascalientes presentó la tarde de ayer en el primer patio de Palacio Municipal, el panel Liberación femenina a dos ruedas: la bicicleta como una herramienta en los derechos de las mujeres.
Con la participación de cuatro mujeres de diferentes ámbitos y de Chuy Tinoco, colaboradora del Instituto Municipal de la Mujer de Aguascalientes (IMMA), como moderadora, se compartieron las distintas visiones del tema femenino y el asunto de las bicicletas, haciendo un pequeño recorrido en la historia de la mujer y éstas.
Evangelina Terán Fuentes, directora del Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura (IMAC), manifestó que el uso de la bicicleta remite al ámbito de lo público ya que históricamente fue hasta hace muy poco tiempo cuando a la mujer se le vinculaba más en el área de los hogares y el cuidado de la familia mientras que al varón permanecía fuera de casa, en lo público.
El uso de la bicicleta trajo consigo una serie de cambios sociales y culturales, lo cual implica más situaciones secundarias, unas de ellas: el transporte y el espacio público. Socialmente, la mujer no puede ir de noche sola después de tomar un trago, no porque alguien le diga que no lo haga sino porque es peligroso y mal visto por la sociedad, “hay lugares que simbólicamente están negados para las mujeres, como la propia calle”, aún es visto que las mujeres arriba de una bicicleta sean acosadas por varones.
Sin embargo, según Terán Fuentes, el espacio público se ha ido abriendo gradualmente a las mujeres gracias al enfoque que se le ha dado en los últimos años con el uso de este medio de transporte alterno que ayuda a la convivencia, el bien vivir, la salud, el no agredir al medio ambiente y también a la economía.
“El ciclismo se transforma en un estallido de euforia que sacude tanto a la economía como a la cultura, adentrándose a la perspectiva de la moral en la sociedad” parafraseó la española María Eugenia Redondo, especialista en información internacional y países del sur por la Universidad Complutense de Madrid, las líneas que escribió Irvin Leonard para describir cómo fue el fenómeno ciclista que se popularizó en los países occidentales en el siglo XIX, fenómeno que en ese tiempo era exclusivo para los hombres.
Gracias al trabajo de las mujeres, esta moda dio lugar a una lucha social fuerte: la feminista. El ciclismo, según la especialista, es decisivo en la lucha porque representó a la primera mujer que tomó una bicicleta y se fue sola a un sitio de larga distancia “cambió las ropas pesadas por pantalones, y la postura, que para la sociedad en las mujeres era indecorosa” al final se convirtió en una realidad, una transformación y transgresión fuerte en la cultura social del mundo.
Para Tinoco, el estar celebrando 60 años del primer voto de las mujeres en México, el uso de las pastillas anticonceptivas, la minifalda, entre otros, son símbolos de cómo la mujer ha logrado posicionarse en los espacios públicos al romper el esquema de estar únicamente asignada al hogar “desde ahí, tanto el uso de la bicicleta como los cuerpos de las mujeres, se posiciona”.
La jefa del Archivo Histórico Municipal, Irma Ramírez, mencionó que la bicicleta es un tema también tecnológico pues tuvieron que pasar muchos años de investigación y diseño para lograr una gran variedad de tipos diferentes para cubrir necesidades físicas y gustos.
“La bicicleta se ha convertido en un reflejo de cómo me voy sintiendo, esa sensación de que sí lo puedo hacer con la libertad del espacio, es comprender que tienes la fortaleza para vencer el miedo a los retos, ejercitando tu personalidad” y no sólo de la mujer, sino también del hombre, aunque en esta ocasión tocó el tiempo de hablar sólo del sexo femenino.
Cuquis Macías demostró que un vehículo tan frágil, como pudieran pensar muchos que es la bicicleta, puede ser utilizado por mujeres vestidas de falda y tacones, y explicó cómo el Colectivo Insolente de Aguascalientes ha generado un impacto visual positivo en la sociedad pues tras meses de ir a sus respectivos trabajos, estas mujeres integrantes del colectivo han logrado ser respetadas por sus compañeros al demostrarles que ver sus piernas no es un fetiche o algo sexual, sino otra cosa más que ver.
En conclusión, la bicicleta se convirtió en una importante herramienta para la independencia de las mujeres así como en la mejora de su economía, la salud física y mental, el medio ambiente y la convivencia social entre ambos sexos.
Foto: Gerardo González.