Bali, Indonesia. 7 de octubre de 2013. Ante la sorpresa de los líderes que atienden la reunión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), el jefe de Gobierno anfitrión, Susilo Bambang Yudhoyono, un renombrado compositor y cantante, toma su guitarra y dice: “Lo siento, no me había dado cuenta que es el cumpleaños de Vladimir Putin”.
El líder indonesio procede a interpretar “Feliz Cumpleaños”, los demás mandatarios, encabezados por el presidente de China, Xi Jinping, aplauden el imprevisto detalle. Por su parte, el calculador y frío Putin esboza, cual tigre siberiano que saborea la captura de una suculenta presa, una gran y sincera sonrisa.
A 16,357 kilómetros de distancia, en Washington, el principal antagonista geopolítico de Rusia, Barack Obama, fustiga la cerrazón de los republicanos, quienes han forzado la parálisis parcial de la Unión Americana.
El presente artículo tiene por objeto explicar al amable lector cómo el cierre parcial del gobierno de la Unión Americana ha sido aprovechado por sus principales rivales estratégicos, China y Rusia.
Los Estados Unidos, el autonombrado líder del “mundo libre”, basaron parte de su primacía en el llamado “poder blando”. Es decir, el atractivo de sus ideales, valores y sistema político. Todo ello divulgado acuciosamente por el aparato propagandístico de Hollywood. Sin embargo, la hemiplejía del aparato gubernamental yanqui, ha hecho añicos esa imagen ante el resto del orbe, además de provocar un vacío de poder.
Los vacíos de poder, sin embargo, se llenan: el pasado jueves 3 de octubre, el mandatario chino, Xi Jinping, se convirtió en el primer líder extranjero en dirigirse al Parlamento indonesio. Durante su discurso, Xi declaró que su país desea construir una “Ruta de la Seda Marítima”. Igualmente, anunció que China participaría en mega-proyectos tales como la construcción de una presa de 90 mil hectáreas, firmó contratos en la industria de la construcción y minería por 30 billones de dólares y logró que compañías chinas construyan el monorraíl de la capital de Indonesia, Yakarta.
Tras su triunfo en Indonesia, Xi Jinping se dirigió hacia otro aliado nominal de los yanquis: Malasia. En Kuala Lumpur, Xi anunció que la relación sino-malaya será elevada a la categoría de “estratégica”, lo cual incluye triplicar el comercio bilateral a 160 billones de dólares y fomentar la cooperación militar. Asimismo, el líder malayo, Najib Razak, se mostró reacio a la cacareada Alianza Trans-Pacífico, (TPP, por sus siglas en inglés).
La TPP es un ardid estadounidense que pretende: contrarrestar la creciente influencia china en Asia-Pacífico y, de paso, favorecer a las compañías transnacionales yanquis. Fue precisamente una firma emblemática del Big Business, Wal-Mart, la que afirmó durante la reunión de la APEC que “querían ver un acuerdo de alta calidad” (Russia Today 07/10/2013).
Mientras tanto, el viernes 4, el representante comercial de los Estados Unidos, Michael Froman, informó a su contraparte de la Unión Europea, Karel De Gucht, que debido a las “restricciones de personal y presupuestales” era imposible enviar un equipo negociador para discutir el posible Tratado de Libre Comercio entre estadounidense y europeos.
Tratando de mostrar músculo y quitar reflectores a sus rivales chinos y rusos, Obama ordenó, el fin de semana, incursiones por parte de las Fuerzas Especiales de la Armada estadounidense, los famosos SEALs, contra Al-Qaeda en Libia y Al-Shabab en Somalia. Los resultados fueron mixtos: captura de un líder terrorista en el Norte de África y una furiosa respuesta por parte los islamistas somalíes, quienes hicieron retroceder a los comandos norteamericanos.
Vladimir Putin, por su parte, anunció en Bali que desea aumentar el comercio entre la Federación Rusa y China hasta lograr 100 billones de dólares. El intercambio bilateral es de 87.5 billones de dólares.
Derramando lágrimas de cocodrilo ante la ausencia de su rival norteamericano, Putin dijo: “Creo que la decisión del presidente estadounidense de no venir aquí está bien fundamentada. Creo que si estuviera en su situación, yo no iría”. El escribano piensa que, internamente, Putin se carcajeó por la ordalía que sufre Barack Obama, a quien por cierto ganó la partida en Siria.
Como corolario a la difícil situación yanqui, el Ministerio de Finanzas de China recordó que el país asiático tiene el 22.8 por ciento de los 16.7 trillones de dólares de la deuda norteamericana. Beijing afirmó que quería “asegurar la inversión china en los Estados Unidos y la recuperación económica global”.
Contenido en lo geoestratégico por Rusia y en lo geoeconómico por China, la Unión Americana mal administra su decadencia.
Aide Mémoire.- ¿Qué podrá decir Laura Bozzo de su relación con Vladimiro Montesinos?
* Colegio Aguascalentense de Estudios Estratégicos Internacionales, A.C.