- Una historia contemporánea, con elementos de la escena musical gótica de los ochenta y noventa
- Es su primera novela y con ella se hizo acreedora al Premio de Literatura Juvenil Gran Angular 2012
Ojos llenos de sombra es la primera novela de Raquel Castro, con la que se hizo acreedora al Premio de Literatura Juvenil Gran Angular 2012; una novela que nos habla de Atari, una chica de 17 años que necesita tomar la decisión que cambiará su vida: hija de padres divorciados, permisivos, un poco esquivos, ha sido educada por sus dos hermanos mayores, músicos, darketos, promotores culturales, llenos de decisiones aplazadas. Atari sabe que no quiere ser así, a pesar de que ama a su familia profundamente tiene que tomar esa decisión.
“La novela la empecé el siglo pasado – nos cuenta Raquel en entrevista – lo cual es algo que suena bien rudo, pero es cierto porque la empecé a escribir en el 98, 99, pero en un inicio quería que fueran cuentos sobre la subcultura gótica y mi idea era que en diferentes cuentos lograr ese retrato pero también meterme con los punks y toda esta onda del underground de la cual yo formaba parte y que era muy querida y muy importante, porque además cada vivencia era una aventura que siempre me dejaba la idea de que alguien debería escribirlo. Era un proyecto muy ambicioso, porque la idea original era que hubiera un hilo conductor, un personaje femenino que llegaba como ajena al gótico y se hacía parte del mismo y después se iba becada a otra parte del mundo. Después traté de retomar la historia como guión de cine y fue hasta el 2010 que empezó a resurgir pero de otro modo y fue gracias a una plática con una amiga que es maestra que nos contó que tenía un alumno que se llamaba “Gokú de Jesús” que se me prendió el chip, porque empecé a pensar quién le pone a sus hijos ese nombre y pensé que por ahí debe haber una chavita hipster que se llama Atari y de ahí empecé a repensar la historia como novela y todo eso coincidió con una crisis personal que tuve sobre quién era yo, y que estoy haciendo, porque cuando empecé a escribir la novela yo le llamaba el “coso” y me daba mucha pena, no quería decir que era una novela. Entonces tenía el reto de que fuera verosímil pero de que no fuera en el pasado, porque cuando la empecé estaba muy joven y no quería que fuera de época, quería que sucediera ahora.
Javier Moro Hernández (JMH): Es una historia que contemporánea, a pesar de que muchos de los elementos de la escena musical gótica son de los ochenta y de los noventa
Raquel Castro (RQ): Creo que la forma en que me facilite la idea fue poniendo personajes de mi edad pero alrededor de la protagonista y Atari muchas veces utiliza el recuerdo de los hermanos, dice por ejemplo “mis hermanos me contaron que…” y ahí ya pongo cosas que son más cercanas a mis vivencias, a mis recuerdos y la verdad es que de repente me hacía bolas haciendo tablas de tiempo, tratando de restar, por ejemplo, yo quería que hubiera ido al concierto de Bauhaus en el Cine Ópera y hacía todas mis cuentas para situar a este personaje en el mundo real, que fuera más o menos verosímil y eso me ayudó y luego en Twitter preguntaba qué estaban escuchando los jóvenes ahora y me respondían algunos amigos jóvenes que me pasaban ligas y me sorprendió que chavos de catorce, quince años están descubriendo a Aerosmith, a Pink Floyd, a Gun’s and Roses, y sí hay chavos que le están entrando a la onda oscura.
JMH: ¿Qué te dijeron los amigos de tu edad sobre la escena oscura que retratas en tu novela?
RC: Tenía mucho miedo de que los amigos de mi generación la leyeran porque pensaba que me iban a demandar, porque la verdad es que sí robé un montón de historias de los amigos con los que compartí este gusto por la música gótica, pero es que había historias que no podía dejar de contar, lo que mejor me funciono fue exagerar las cosas, traté de llevar las cosas al extremo para que el personaje funcionará, por ejemplo, tengo un amigo muy querido que me inspiró mucho para crear el personaje de “Xavier con X”, y yo me ponía en play en la cabeza su voz y parecía que me estuviera dictando y pensé que me iba a matar, pero al contrario muchos amigos se emocionan al darse cuenta de que reconocen escenarios, porque parece que tengo muy buena memoria para recordar detalles aparentemente muy triviales.
JMH: ¿Qué tan difícil fue trabajar la voz de una chica de 17 años?
RC: Al principio me costó mucho trabajo porque el reto era que no fuera yo y que hablará como una adolescente actual, entonces me ponía a escuchar mucho a las chavitas, sobrinas que tengo, a una sobrina que tengo que tiene 17 años y trataba de escucharla y veía que hay frases que todavía utilizan y otros que no entienden como por ejemplo “ya te cayó el veinte” o “el disco rayado” o me sorprendió mucho que pueden borrar toda la música de su IPod y no tienen discos y eso para mí fue un choque cultural, entonces es una cuestión muy diferente la de los chavos que ya nacieron con esta tecnología y no les parece nada raro o extraño tenerla. Otra estrategia que use fue que, desde el principio, le descargue la pila al celular de Atari porque te facilita mucho la vida el tener el celular y yo quiero que tenga los problemas de una vida analógica.
JMH: En realidad Atari, que forma parte de una familia disfuncional, con los padres divorciados, muy diferentes entre sí, es educada en realidad por los hermanos, es más hija de los hermanos y esas familias disfuncionales así, ella fue educada por los hermanos que la llevaban a los conciertos que organizaban, le ponían la música que a ellos les gusta, ¿cómo decidiste esta educación que la vincula definitivamente con la escena oscura?
RC: En realidad fue saliendo poco a poco, no lo pensé así desde el principio, aunque sí tenía claro que los papás sobraban en la historia, pensé en un primer momento que como la historia se desarrollaría en un fin de semana los papás podrían haberse ido de vacaciones, de fin de semana, porque haces las fiestas cuando los papás no están, porque en realidad todas las fantasías adolescentes implican que el personaje o es huérfano o está buscando a los papás, entonces ya que estaba divirtiéndome mucho con la novela pensé que me hubiera gustado a mí, mi papá es muy estricto, fue director de secundaria, muy disciplinado y a mí me tocó muy fuerte esa parte de la disciplina y pensé que estaría muy bien, por lo menos para desahogarme, tener unos papás bien permisivos, algo que al final mientras escribía la novela pensé que era algo de terror y que me permitió llegar un día darle un abrazo a mi padre y decirle te quiero aunque estés bien neurótico.
JMH: Porque además el papá es el culpable de que se llame Atari, es un tipo clavado con los videojuegos, alguien que tal vez es un adolescente de esta generación de treintañeros que se juntan para jugar FIFA u otros juegos y el personaje es un personaje que se anticipa a esa época
RC: Claro es un pionero y la verdad es que yo me acuerdo de mi primer Atari y que cuando llegó el Nintendo no dormimos jugando y nos viajábamos con los gráficos. Recuerdo que la gente que tenía estos juegos eran personas un poco más grandes que yo, muy clavadas, con más poder adquisitivo y un primo llegó un día un Nintendo y a ella no le gustan los videojuegos pero al papá sí le gustaban, y una semana entera se encerró con mi hermano y un primo, entonces hay gente a la que le llego muy tarde el videojuego pero para la sociedad porque para su edad emocional llegó justo en el momento.
JMH: Ese fin de semana define muchas cosas en la vida de Atari, es un fin de semana crucial en su relación con su hermano, con sus padres, pero en lo que más tiempo piensa es en el amor, en la relación con este chico que es amigo de su hermano y quería preguntarte sobre ese aspecto de la novela, sobre el amor.
RC: Me preocupaba mucho esa parte porque estás en la adolescencia, me acuerdo de la mía, cuando tenía que escoger área en la prepa y se acababa de morir mi mamá y no quería que nadie se enterara, estaba como en la etapa closet, no sé bien porqué, era una cosa muy loca y al mismo tiempo había un chico que me encantaba y yo me sentía tan culpable porque yo pensaba que me tenía que sentir muy mal por la muerte de mi madre y que no me podía gustar nadie, y sí me sentía fatal pero pasaba este chico y no podía dejar de verlo tan lindo, y pensaba que encima tenía que definir área y acordándome de esto fue que pensé que la verdad es que el tiempo corre de otro modo y las emociones son mucho más intensas cuando eres adolescente, entonces esta parte del romance para Atari era muy importante pero también me era muy importante que no fuera una chava dejada.
JMH: Cuando leí la novela pensaba que ese momento en el que Atari estaba viviendo era muy importante porque ya se está hablando de relaciones sexuales, un tema que tratas de una manera muy sutil en la novela y me preguntaba si los jurados lo habrán tomado en cuenta, ya que el Premio es de novela juvenil.
RC: Parece que sí pues platicando con gente de la editorial me dijeron que a algunos jurados no les habían gustado las menciones a la sexualidad y las groserías pero a otros sí, porque les parecía que sí tenía que ver con los jóvenes y es que a veces a la sociedad se le olvida que en otra época los adolescentes tenían tres hijos y ya eran responsables y entonces me parece muy hipócrita esa parte de no querer hablar de la sexualidad con los adolescentes porque es justo esa época en donde las emociones y las hormonas te están bombardeando por todos lados.