En alcance a la vista panorámica europea, sobre lo que ya se denomina post-crisis global, retomo la mirada preventiva del Boletín de Anticipación Global Europea (GEAB, por sus siglas en francés), que comenté en artículos publicados en esta columna y se remontan al 31 de enero y 7 de marzo de 2009, referentes a la crisis financiera de Wall Street en el septiembre negro de 2008. Allí se urgía a los países emergentes, particularmente a México, la imperativa necesidad de “desacoplarnos” de la economía de los Estados Unidos, so pena de ser arrastrados indefectiblemente en su espiral de estancamiento y depresión económica.
La historia de este cuatrienio demostró que dicha anticipación tenía razón, la cual a pesar de tan negros pronósticos dejó a México un tanto trastabillante, aunque no lo tumbó del todo, y sí, en cambió, sacudió el suelo firme de la otrora próspera Unión Europea, a cuyos países aliados sometió bajo profundas crisis financieras por la vía de su deuda interna y externa. Por lo que demostraron no haber quedado ajenos a la cauda de turbulencia estadounidense.
Esta misma semana, estamos siendo testigos del hecho insólito causado por el cortinazo presupuestal tundido al Gobierno Federal de los Estados Unidos, por el ala ultraconservadora del Partido Republicano en el Senado, identificado con el Tea Party (en alusión a un movimiento ciudadano con un 20% de participación entre los electores de filiación republicana, al que encabezan figuras políticas destacadas como Sarah Palin y la congresista Michelle Bachmann, y candidatos que han triunfado en primarias, gracias a este sello, entre los que se cuentan Marco Rubio en Florida, Ryan Paul en Kentucky, o Sharron Angle en Nevada). Este cierre financiero temporal ha obligado al presidente Obama a recortar operaciones y servicios del Gobierno Federal, considerados no indispensables para su funcionamiento.
Este signo nada halagüeño, es comentado por importantes diarios europeos, entre los que cito la nota editorial alusiva del Spiegel (Online International). “A causa de que Republicanos y Demócratas, House y Senado, Congreso y Presidente no pudieron acordar acerca de un presupuesto para cerrar la brecha (financiera), cientos y miles de empleados federales fueron enviados a una ausencia involuntaria, y muchas agencias fueron forzadas a cerrar”. Lo que ha formado un consenso de la prensa alemana respecto de que los Republicanos son los que más deben ser culpados por este candado financiero. De manera que el comentarista Gregor Peter Schmitz del Spiegel Online, este martes pasado, denominó a este grupo político el “partido kamikaze”, porque operan “una cultura política mercenaria de América (…). “Es en circunstancias como éstas que explican por qué una brigada de Republicanos se comportan como un montón de Berlusconis enemigos del estado desde cuyo interior quieren lesionar al país, porque ese es el deseo de sus votantes conservadores en casa”.
Y, para rematar, la prensa alemana refiriéndose a el ala del Tea Party comenta: “Hay fundamentalistas dentro de la democracia mundial más grande: El ala dura del Partido Republicano están una vez más, paralizando a los Estados Unidos”, en voz del Nachrichten de Nuremberg. Preocupación que hace temer lo peor si no es superada por un acuerdo oportuno y viable, que sin duda afectaría al resto del mundo. Si bien es que esta situación está siendo acotada como “un problema específicamente Americano”, puede tener consecuencias de largo alcance.
Es en este contexto que la publicación digital del Global Europe Anticipation Bulletin, en su versión GEAB No. 77, con fecha 16 de septiembre de 2013, sea por demás explícita sobre los efectos patentes de una post-crisis continuada y cuyo epicentro es la economía de los Estados Unidos: “El inicio del otoño desgraciadamente no traerá́ calma al juego. En Washington, la reapertura política está bajo tensión entre las discusiones sobre Siria, la aprobación del presupuesto, el techo de la deuda, etc. Las disensiones extremas entre demócratas y republicanos replantean todos los peligros. La reapertura financiera no es el menor estado a la orden del día la famosa reducción del QE (tapering), es decir la disminución progresiva del programa de flexibilización cuantitativa de la FED que es el que lleva la economía del brazo; con las secuelas de la quiebra de Detroit y con los grandes bancos occidentales que retiran, por necesidad, su apoyo del gobierno estadounidense”.
Este descarnado análisis expone el encarnizamiento de las acciones antes que su alivio: “El sol del verano boreal de 2013, lejos de haber traído la calma momentánea que algunos esperaban, continuó calentando al rojo vivo las finanzas, la economía, y sobre todo la geopolítica mundial. Siria, manzana de la discordia, mostró hasta qué punto la comunidad internacional había dejado de ser una unidad; las noticias económicas, a pesar de emplear todos los artificios posibles, se niegan obstinadamente a anunciar la tan esperada reactivación; la guerra monetaria prosiguió́ extendida e intensificada, afectando directamente a los países emergentes; las tasas de las obligaciones soberanas ahora se han salido de control (…)”. Y un obligado remate: “Por último, el reinicio geopolítico promete también animarse: los países emergentes, escaldados por las operaciones especulativas sobre sus monedas, en absoluto seguirán cruzados de brazos, lo que promete bellos fuegos de artificio en el mercado de los cambios y, por otro lado, querrán aprovecharse de su victoria con respecto a Siria para aumentar sus prerrogativas”. – Nota pública de GEAB N°77 (16 de septiembre de 2013).
Aquella anticipación global que tuvo efecto en el septiembre negro de 2008, tiene ahora una secuela nada plausible que puede re-editar una post-crisis no menos ominosa que la anterior, análisis prospectivo que tiene este duro apóstrofe – Nota pública GEAB Nº 76 (Junio 16, 2013)-: “Por lo tanto, se trata de una segunda crisis mundial que se está bosquejando, y de nueva cuenta causada por los Estados Unidos. En última instancia este periodo de cinco años no traerá otra cosa que dar un paso atrás, para ingresar en inclusive una crisis mayor, que nosotros hemos llamado “la crisis al cuadrado”. Lo que nos conduce a “la borrachera de la gobernanza global”.
Aguascalientes está a punto del renuevo constitucional de sus gobiernos locales, y es una coyuntura excelente para revisar las conductas y propuestas de sus correspondientes grupos ultraconservadores, que están agazapados en los cuadros políticos que habrán de asumir funciones; dado que estos fundamentalistas “mutatis mutandis” no habrán de traer buenas nuevas a la vida económica y social de la sociedad en general, sino mantener su estatus de privilegio y goce orgiástico exclusivo de sus haciendas muy privadas. [email protected]