Entrevista con José Gordon, novelista, escritor de ensayos y científico
- Las imágenes primeras nos abren un mundo pero a la vez nos lo cierra
José Gordon, novelista, escritor de ensayos y traductor, es también un científico que muestra entre sus curiosidades, cómo conocer la ciencia a través de la lectura, la palabra fácil y sencilla, tanto que, hasta los niños buscan sus textos y presentaciones editoriales pues además de contar con una facilidad de entendimientos es un humano con simpatía y agradable presencia.
En entrevista para La Jornada Aguascalientes, Gordon detalló que el problema de la comunicación no es sólo problema de los jóvenes -el que no quieran abrirse a relatos o historias del mapa del conocimiento-, sino que no sabemos cómo comunicarlo “el contar las historias y relatos no es cosa fácil así que somos nosotros mismos los del problema”.
Para el científico, los medios de comunicación pueden ser un puente para la ciencia pues ésta es una narración del mundo “es tener una idea del sentido de nuestras cosmovisiones contemporáneas con algo que ocurre”; aunque definió no necesitar ser novelista para disfrutar una novela, ni científico para asomarnos a los relatos que nos abre la ciencia.
Existe algo que le inquieta mucho en términos de lo que quiere decir IMAGINAR. Según Gastón Bachelard, imaginar quiere decir “ir más allá de las imágenes primeras”. Tal vez porque las imágenes primeras nos abren un mundo pero a la vez nos lo cierra, el novelista David Grossman decía que su padre estaba ansioso por saber cuál sería la primer palabra que su hijo pronunciaría: “dice que su primer palabra fue luz, quedó maravillado pero al mismo tiempo, empieza a tener un dejo de tristeza porque en la palabra luz se encerraron todas las luces del mundo” a lo que se le llama el reduccionismo de una sola palabra.
Por eso su frase de “imaginar es más allá de las imágenes primeras”; de una investigación que Hubel Wiesel hace con gatos para observar cuál es la percepción de ellos cuando están recién nacidos, Gordon explicó que los gatos, cuando acaban de nacer todavía no tienen terminados los nervios ópticos, por eso los primeros días que miran al mundo son críticos para que desarrollen la capacidad de mirar; en un experimento, colocaron gatos recién nacidos en unas cajas donde observaban sólo líneas horizontales, y al salir tropezaron con las patas de las sillas y mesas debido a que ya no podían ver lo vertical.
Esto lo lleva a la gran pregunta de ¿qué es lo que dejamos de percibir en la sociedad por falta de imaginación? -por estar encerrados en ciertas cajas- “creo que la literatura, la ciencia, los procesos de la amistad nos hace salir de la caja para sentir lo que siente el otro” para Gordon la amistad hace que veamos la vida con los ojos del otro porque se despiertan las neuronas espejo, que son las neuronas de empatía.
Uno de los últimos descubrimientos son justamente las neuronas espejo, descubiertas en 1996, en la Universidad de Parma, Italia, por el científico Giakomo Rizzolatti que estudió las neuronas que se encendían cuando hacemos un movimiento y empezó a tratar de ubicar cuáles eran en el mapa del cerebro.
A través de diversos estudios utilizó a un mono que tomaba y comía un cacahuate, en ese momento se encendía la neurona responsable y quedaba registrado en el estudio. En otro momento, se le olvidó que estaba aún conectado el simio y el científico se comió un cacahuate y al momento que el animal lo observa, se registró el enciendido de unas neuronas y a éstas las llamó espejo o de empatía.
“El arte por excelencia estimula las neuronas espejo”, en este sentido publicó un libro titulado La oveja eléctrica y la memoria del universo en donde toca el problema de las neuronas, planteando que el famoso tópico de los zombies, no son más que la metáfora de quien no tiene neuronas espejo, el que va por la vida tropezándose con todo porque no perciben lo que está enfrente: se les ha encerrado en una caja.
Interesante es que cuando percibes y se descubre lo que dice Machado en la poesía “el ojo no es ojo porque lo veas, es ojo porque te ves”, implica descubrir la interioridad del otro lado de la comunicación, este es privilegio de las neuronas de la empatía en la sociedad, por ello hay que estimularlas e impulsarlas. Una herramienta fácil son los relatos de la literatura que permiten “salir de nuestra propia persona y embarcarte en el rumbo de la historia”.
Por otra parte, José Gordon indicó que la ciencia nos saca de estas miradas donde todo lo medimos hacia el ser humano, dejando como fondo de paisaje a la ecología y todo lo que rodea, siendo que existe una historia más rica, amplia y diversa que está en ellos, razón por la cual se debe de conocer en términos completos y no sólo pensarlo desde una mirada unidimensional.
Los niños tienen profundamente despiertas las neuronas espejo, además esto tiene que ver con capacidades críticas, según Gordon, al saber imaginar al otro nos ponemos en la otra posición, descubrimos cuando el otro nos está mirando con prejuicios “los niños son expertos en ver esto” el observar que la otra persona está tratando de encasillarte en sus prejuicios y forma de ver el mundo.
“Tú puedes desarrollar mecanismos de resistencia gracias a que tienes la posibilidad de ir más lejos de ti mismo” y los niños tienen esta fantástica posibilidad, por ello al ponerles una escoba se convierte inmediatamente en un caballo o una nave o en todo lo que se le “venga a la mente”, con sólo una palabra le surge un mundo de historia pues su imaginación está plenamente despierta.
Para continuar con ello, detalla José Gordon, debemos que ir más allá de los sentidos, del tiempo y espacio, darnos cuenta que los 60 segundos de un reloj no corren igual en todas las percepciones “el tiempo es relativo, algunos aspectos que considerábamos que así son, realmente no lo son”, ejemplificó con Julio Cortázar quien revela perfectamente lo que es un beso en Rayuela, pasa más allá de los prejuicio algo que se está apresurando a enjuiciar antes que se tenga los elementos para hacer el juicio, “el prejuicio es que cuando tú vas a dar un beso a la persona que quieres le estás viendo los dos ojos, aunque la realidad es distinta”, parafraseando a Cortázar en Rayuela “Toco tu boca con un dedo, toco el borde de tu boca, boca entre abierta dibujo tu boca con los ojos cerrados y tus labios coinciden con mis trazos, me miras de cerca, me miras y los ojos se agrandan y los cíclopes se miran” es decir, el prejuicio te hace pensar que estás viendo ambos ojos aunque sólo ves uno.
Con la edad, tanto la imaginación como el prejuicio, se puede perder o aumentar pero ahí precisamente, los grandes imaginantes, según el novelista, son los que nos muestran que esto no se pierde tan fácilmente si tenemos los modelos y referentes para volver a encontrar al Cortázar o al Borges que llevamos dentro.
El gran descubrimiento que se plantea con las neuronas espejo es que el momento de la recreación es tan importante como el momento de la creación “a uno le toca articular los sueños de la tribu, se llama artista pero al otro le toca el abordar dentro de su corazón los sueños de la tribu, y ese se llama lector”, hay una importancia especial de este último que hemos dejado de lado pues es quien es partícipe de transformar la imaginación.
Al cuestionarle cómo observó a Aguascalientes en su visita a la Feria del Libro expresó sonriente por haber encontrado a un público muy receptivo, lleno de mediadores que buscan compartir el placer de la lectura y del conocimiento “creo que el gran reto que se tiene es descubrir en este siglo XXI esos relatos fascinantes que nos abran a otros” acompañados de complejidad y miradas críticas pero también miradas que ensanchan los horizontes para resolver problemas que tal vez no se pueden con otras.
Señaló emotivamente haber un grave problema en el país acompañado además de violencia y obscuridad donde unos se preguntan para qué sirve leer, hacer ciencia o simplemente tener amigos, sin embargo esas pequeñas utopías todavía tienen espacio en el corazón de los mexicanos, por eso se hacen ferias de libro o eventos culturales, congresos, obras teatrales, porque muestra que su deseo de volver a tener mirada de tribu desde el nivel más inteligente y generoso que es el de la soledad acompañada de la literatura que te hace también construir comunidad que tarde o temprano tiene que tener efecto.
Como fiel lector, José Gordon cree en los cambios pacientes y sistemáticos que lograrán hacer un México despierto “es un camino que tiene mucho por recorrer, a nosotros nos toca explorar nuevas formas de lectura cuando tu lees el libro no sólo lo lees sino el libro te lee”.
Un texto permite verte como en un espejo en los capítulos de tu historia, así como plantearte qué tipo de historia quieres construir, las mismas de siempre: realidad, melodramática, o si queremos construir una nueva de inteligencia, belleza, que hace que un momento muy duro en una relación interpersonal tenga una salida inesperada por la gracia al cual se aprende también por las neuronas espejo.
Sin más preámbulo, Gordon concluyó con una frase de Álvaro Mutis “los emisarios que tocan a tus puertas tú mismo los llamaste y no lo sabes” por eso cuando estamos haciendo ferias de libro esos emisarios también tocan a nuestras puertas.
Foto: Gerardo González