En Aguascalientes, Jalisco, Zacatecas y sus alrededores, los Caballeros de la Santa Cruz ya no asustan a los maleantes con el Petate del Muerto. En cambio los ciudadanos honestos que viajan por nuestras carreteras y que serán más del 99 por ciento, están que truenan contra de los retenes llamados “arcos de seguridad” colocados al sur y norte del Estado, que con aroma de extorsión operan las corporaciones policiacas y militares del gobierno federal y estatal.
En esos sitios “para-estúpidos”, el mal llamado Mando Único (por cierto aprobado por el Congreso de Aguascalientes en días pasados), aparece tan sólo como una falacia. Por ejemplo, al ingresar a Aguascalientes por el Arco Sur, los primeros “altaneros y extorsionadores” que te detienen son los “policías federales”, quienes primeramente se aseguran que no tienes amigos poderosos en la corporación con base de preguntas propias de confesionario, luego proceden a golpetear las láminas de tu auto, revolotean tu cajuela y por supuesto revisan tu equipaje “por sospechoso”; luego suben tu vehículo a una especie a rampas para comprobar que, efectivamente, sí lo llevas regularmente al servicio; después verifican la limpieza de tu motor y su serie; y finalmente, intentan extorsionarte por traer los vidrios polarizados. Así las cosas, después de treinta minutos de larga espera, justo cuando todas las cámaras ocultas de vídeo efectuaron las tomas de tu angustiado rostro, el de tú esposa y acompañantes, y casi a punto de declararte culpable de “tráfico de armas”, sin mayor explicación uno de esos “altaneros” te dice que puedes seguir tu camino.
Ya ni las frases de consuelo de los caballeros de Santa Vera Cruz, gozan de la credibilidad suficiente para que los ajusticiados de hoy reconozcan a los cofrades de la Seguridad Pública y paguen la cuenta de sus sepelios. Hoy los escasos muchachos “traviesos” del delito, se carcajean de los ostentosos Caballeros del Petate que medran con el presupuesto público, y sólo amedrentan a los ciudadanos induciendo el miedo a la muerte y fomentando la cobardía de la gente.
El nuevo de Gobierno de la República, debería de tomar en cuenta, al menos en términos regionales, que la percepción cuenta para alcanzar mejores resultados. La prevención del delito comienza con mayores inversiones en política social, no con inversión en instituciones que inventan programas de intimidación a los ciudadanos.
Caben entonces varias interrogantes: ¿por qué razón las autoridades de Aguascalientes insisten en motivar una errónea percepción de inseguridad entre nuestra población? ¿Qué es lo que buscan las autoridades de seguridad pública al motivar una percepción errónea de inseguridad en nuestra Ciudad? ¿No sería más positivo generar programas de comunicación para dar a conocer una percepción de mayor seguridad y confianza? ¿Acaso lo que buscan es justificar los excesivos gastos de ocurrentes programas de seguridad pública que son útiles sólo para intimidar a la población pacífica con supuestos operativos de combate a delincuentes?
En general el IPSP del INEGI, reconoce que entre 2011 y 2013, la evolución en la percepción de la seguridad pública ha sido positiva; esto es, que los ciudadanos en general se sienten hoy más seguros que hace dos años (2011-2013). Aún más, la percepción entre los comerciantes del Centro Histórico de Aguascalientes tiende a ser más optimista. Y este asunto no es menor, pues obliga a revisar los argumentos que esgrimen las instituciones de Seguridad Pública para realizar operativos de intimidación a la población.
La “Encuesta Continua sobre la Percepción de la Seguridad Pública” (ECOSEP), que desaparecerá a partir de septiembre para dejar paso a la “Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana” (ENSEPU), agregará pronto a sus mediciones trimestrales cinco aspectos: 1.Sensación de Inseguridad por el temor al delito; 2. Expectativa sobre la tendencia del delito; 3. Atestiguamiento de conductas delictivas o antisociales; 4. Cambio de rutinas por temor a ser víctimas del delito y 5. Desempeño de la Policía como Autoridad de Seguridad Pública. Este último reactivo tendrá una importancia muy relevante. Sin duda alguna, el autoritarismo con que se conducen las “autoridades” de Seguridad Pública en Aguascalientes, pronto quedará al descubierto, y será elemental para redefinir los altísimos presupuestos destinados a este sector a costa de la política social.
Efectuar acciones de disuasión a costa de la intimidación a los ciudadanos decentes sólo sirve para construir un Estado Policía, donde la represión es la divisa.
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