- Con impuesto o sin impuesto no deberían tomar refrescos: nutrióloga del Hospital Hidalgo
- La obesidad se debe al ritmo de vida y a los pocos espacios de tiempo para alimentarse adecuadamente, lo que lleva a consumir comidas rápidas y altas en grasas
Como medida para disminuir los índices de obesidad en México el presidente Enrique Peña Nieto, en su propuesta de Reforma Hacendaria, incluyó el apartado de una Reforma Verde y de Salud, en el que se establece el impuesto de un peso por litro en las bebidas azucaradas.
El Congreso de la Unión se pronunció a favor de la aplicación de un gravamen del 20%, el cual podría garantizar la disminución del consumo.
En entrevista para La Jornada Aguascalientes, María del Socorro Jiménez Olivares, encargada del área de Nutrición en el Centro Hospitalario Miguel Hidalgo, aseguró que el consumo de bebidas azucaradas: tanto refrescos como jugos, influye en gran medida en el desarrollo de la obesidad y de enfermedades como diabetes, hipertensión y cardiovasculares.
“A uno no le queda más que apoyar si ellos ya hicieron un estudio y decidieron lo que era mejor, es algo que con impuesto o sin impuesto, en mi profesión, siempre hemos recomendado no tomarlo”.
La nutrióloga comentó que un refresco de 600 mililitros contiene más de diez cucharadas de azúcar refinada, cantidad que supera en gran medida lo recomendado, aunado a ello dijo que es excesiva la cantidad de azúcares que contienen los jugos envasados, “las mamás les mandan juguitos a los niños, no es conveniente que siempre les estén mandando jugos, tienen muchos azúcares”.
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del 2012, existen 26 millones de adultos mexicanos con sobrepeso y 22 millones con obesidad; se lee en dicho reporte que la velocidad en el incremento en la obesidad de la población, entre el 2006 y 2012, fue menor a la que hubiera ocurrido de haberse mantenido el incremento observado en los años anteriores, se estima que pudo evitarse que 5.4 millones más de adultos desarrollaran sobrepeso u obesidad en el país.
Calificando como mala la alimentación de la mayoría de los mexicanos, aseguró en gran medida se debe al ritmo de vida y a los pocos espacios de tiempo para alimentarse adecuadamente, lo que lleva a consumir comidas rápidas y altas en grasas.
Jiménez Olivares explicó que para disminuir considerablemente los índices de obesidad es necesario completar un plan de nutrición que incluya menores cantidades de azúcares, grasas y harinas refinadas.
“Retomar hábitos de alimentación ya no va a ser tan fácil, que estemos conscientes de que estos cambios no son de un día para otro, no es de un mes para otro ni siquiera de un año para otro, tenemos que estar trabajando en cambiar hábitos de los que vamos a ver resultados en años más adelante” concluyó.
Foto: Hugo Gómez.