Dejemos de ver a la selección nacional, dejemos de darle dinero a las televisoras, que nos regalan transmisiones llenas de anuncios, dejemos de pagar un boleto en reventa o en taquilla que es un robo, dejemos de apoyar a un grupo de once futbolistas incapaces de hacer su trabajo no por la afición que son millones, por ellos mismos, por amor propio, son unos agrandados, que triunfan en Europa y no se ponen la playera. Se ponen los patrocinadores, salen en anuncios y cobran y cobran como siempre. Dejemos de apoyar y ojalá el mundial se quede en el olvido. Para así cambiar las cosas, que los empresarios pierdan, que los jugadores pierdan, que los directivos pierdan y que Televisa deje libre a un futbol secuestrado.