Los nonos / Guía para adoptar un mexicano - LJA Aguascalientes
22/11/2024

 

Los mexicanos no saben decir no y, lo que es peor, tampoco saben escuchar un no por respuesta. La gente en México es incapaz de proferir o aceptar una negativa, decir o escuchar no les parece una afrenta mayor; nunca dicen no, pues creen que eso podría ofender al otro y las consecuencias podrían afectarles no sólo directamente a ellos sino a toda su grey y a tres generaciones siguientes, por lo que calculan que el riesgo es demasiado; nunca escuchan un no, si acaso alguien llegara a soltar de sus labios una negativa, no atinan a hacer nada o a decir nada, el no, inaudito a sus oídos, les paraliza momentáneamente el cerebro y la lengua, desde ese momento y para siempre esa persona quedará eliminada de su vida y de su memoria, no existe más para ellos, así de sencillo.

He de confesar que decir no es uno de mis deportes favoritos, aunque también, como buen mexicano, disfruto y practico el arte de titubear elegantemente para no comprometerme con nada. Decir no es una actividad muy divertida, escucharlo no tanto. Por ejemplo, es una excelente arma de defensa contra los pedinches de favores, sí, esos que por algún conjuro extraño del universo o de los dioses nunca pueden ocuparse ellos mismos de sus pendientes o quehaceres y siempre se hallan a algún noblezote al lado para conseguir lo que quieren, con el mínimo esfuerzo, simplemente pronunciando la petición colmilluda disfrazada de oveja de “¿te puedo pedir un favor?”. El incauto, buenazo como siempre, contesta como si nada “claro, qué se te ofrece”, sin advertir que se acaba de embarcar en una serie de acciones que le quitarán tiempo, le demandarán esfuerzo y probablemente lo lleven a adquirir compromisos enfadosos, engorrosos y hasta arduos o penosos. En general, el no es muy útil con colegas de trabajo que quieren compartir responsabilidades, con semiconocidos que desinteresadamente nos invitan de padrinos de alguien, aunque casi siempre es de algo, con alumnos enfadosos que siempre piden condiciones especiales para asistir a clases, para entregar trabajos o para hacer el examen final, con extraños callejeros que les hace falta un peso para completar el pasaje a Nuevo Laredo, con testigos de Jehová, por razones obvias. Por otro lado, el no es absolutamente estéril con amigos, familiares en general y mamás en particular. Ante una negativa para ir por una cerveza, el amigote, carnal del alma, hará como que no escuchó nada, nos agarrará con fuerza del brazo y nos conducirá hacia su auto o hacia la cantina, lo que quede más cerca; a ningún familiar se le puede decir no bajo ninguna circunstancia, pues siempre se tomará esa negativa a la tremenda y no habrá forma de atenuar las circunstancias o de deshacer el nudo, pues de ahí en adelante la relación renguearía hasta el fin de los tiempos; las mamás son sordas y socarronas ante las negativas de sus polluelos, especialmente a la hora de la comida, no importa si se está a la mesa de la mamá, de la tía o de la abuela, no hay salvación, hay que engullirse todo lo que le sirvan a uno, doble, triple porción, lo que sea, tratar de ponerle un alto al trajín de guisados y tortillas es inútil, decir “no, gracias” simple y sencillamente no servirá de nada.

Si entre sus planes próximos está adoptar un mexicano, siga los siguientes pasos, la clave del éxito con su nuevo mexicano estará en que le enseñe y lo entrene a escuchar noes, esta es la primera etapa de un proceso largo y difícil, después también aprenderá a decirlos, pero ese es un procedimiento aún más largo y sinuoso y complejo de explicar.

Primer paso: Practique decirle no a su mexicano con tono seco, cortante, grave, con expresión seria y sin gesto o ademán alguno. Su mexicano hará tremenda rabieta. Aguante. Su mexicano pataleará como si se ahogara en un charco. No mueva un músculo. Si su mexicano intenta persuadirlo para cambiar su negativa, ahora dígale no nuevamente pero esbozando una amplia sonrisa en su rostro, con voz suave pero firme, como si fuera inmensamente feliz. La rabieta ahora será todavía mayor, puede que moleste a los vecinos. Bien.

Segundo paso: Practique decirle no a su mexicano con el dedo. Con expresión adusta y sin pronunciar palabra alguna, levante el dedo índice y póngalo entre el rostro de su mexicano y el suyo, por un segundo sostenga la posición, ahora niegue con el dedo, dos o tres veces bastan, no mueva la mano, sólo el dedo. La elegancia del gesto dejará a su mexicano en shock, no sabrá qué hacer. Bien.

Tercer paso: Practique decirle no a su mexicano con la mirada. Respire con calma, cuente las respiraciones, no parpadee, no se mueva, está congelado, está jugando la partida de póquer más importante de su vida, inhalar, exhalar, tres, su mexicano parpadea, inhalar, exhalar, cuatro, su mexicano agacha la cabeza, inhalar, exhalar, cinco, su mexicano se da media vuelta y se va, usted ha ganado la batalla silenciosa, podría decir, si no es porque alcanza a escuchar sollozos. Bien.

Preguntas frecuentes: ¿El mexicano es negativo? No. ¿El mexicano es positivo? No. ¿El mexicano es neutral? No.

 


[email protected]

 


Show Full Content
Previous Mantequilla extra / Cazadores de sombras: Ciudad de huesos
Next Siria: ¿otra invasión gringa? / Los molinos de la mente
Close

NEXT STORY

Close

UAATV cumple un año de transmisión por señal abierta

08/08/2018
Close