Prevenir y poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas debe ser una prioridad - LJA Aguascalientes
24/11/2024

 

  • Continúan los trabajos del XIV Encuentro internacional de estadísticas de género
  • Una de los principales formas de violencia contra la mujeres es la exclusión para participar en las decisiones político administrativas del país

Como parte de las actividades del XIV Encuentro Internacional de Estadísticas de Género, Adrián Franco; director general de Estadísticas de Gobierno, Seguridad Pública e Impartición de Justicia del INEGI, destacó que a partir de que se le otorgó autonomía al Instituto, se comenzó a trabajar en los temas de seguridad pública, procuración e impartición de justicia, del sistema penitenciario, victimización, entre otros. Estos trabajos se hacen a través del Subsistema Nacional de Información de Gobierno, Seguridad Pública e Impartición de Justicia, que tiene por objetivo normar y coordinar a todos los generadores, productores, usuarios de estos temas de la información y creadores de las políticas públicas.

Franco señaló que de acuerdo a la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2011, en México hubo 22.4 millones de delitos, de los cuales el 28.9 por ciento fue robo o asalto en la calle o en transporte público. El 19.6 por ciento fueron delitos de extorsión. Se destaca en los datos que tanto en la extorsión como en el robo en casa y los delitos sexuales, prevalece la mujer como principal víctima, siendo un 23 por ciento a nivel nacional.

“La violencia contra las mujeres es multidimensional y uno de los principales  formas de violencia contra la mujeres es la exclusión para participar en las decisiones político administrativas del país.”, concluyó.

En los trabajos del Encuentro se contó con la participación de Teresa Jácome, subdirectora de Análisis Estadístico del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), quien presentó los resultados de la Encuesta Laboral y de Corresponsabilidad Social (ELCOS), en la que comentó que el papel que juegan algunas mujeres en la sociedad no necesariamente ha sido una elección propia y la sobrecarga de trabajo representa una barrera en la inserción laboral de las mujeres o su inserción en condiciones precarias.

Con base en los objetivos particulares de la ELCOS 2012, se obtuvo que en 52 por ciento de los hogares existe al menos una persona que requiere cuidados; el 58.1 por ciento de las mujeres de 14 a 70 años otorgan cuidados, participen o no en actividades económicas.

Teresa Jácome resaltó que es fundamental visualizar el papel del Estado en la provisión de servicios y de un marco legal y de derechos humanos que legitime el derecho a cuidar y ser cuidados con responsabilidad social, además de enfocar su participación a través de políticas públicas que no reproduzcan roles de género, la promoción de acciones como la obligatoriedad de extender licencias de paternidad y maternidad.

Al reflexionar sobre la agenda para las mujeres y la igualdad a partir de 2015, después de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, Ana Güezmes, representante de ONU Mujeres en México, expresó: “las políticas para la igualdad de género son la llave fundamental y han de ser transversales en la nueva agenda del desarrollo sostenible”. Ser transversales no es suficiente, para acelerar el ritmo hacia la igualdad requerimos aún la adopción de un objetivo independiente transformador, que cuente con pilares económicos, sociales y ambientales.

“Prevenir y poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas debe ser una prioridad. Se trata de la violación más generalizada de los derechos humanos y en nuestra región nos indigna y llama a la acción en todas sus formas. También “mujeres y hombres deben tener igualdad de oportunidades, recursos y responsabilidades. Es preciso abordar con un sentido de urgencia la igualdad en el  acceso a la tierra y el crédito, a los recursos naturales, la educación, los servicios de salud, a la garantía de los derechos sexuales y reproductivos, el trabajo decente y la igualdad de remuneración. Se necesitan políticas públicas de cuidado que reparen la invisibilidad y exceso del trabajo no remunerado y tiempo que dedican en todos nuestros países las mujeres de manera desproporcionada; y garanticen el cuidado como un bien público con responsabilidad central del Estado”. Finalmente, “es preciso escuchar a las mujeres”, dijo Ana Güezmes. “Para que la democracia sea significativa e inclusiva es preciso amplificar las voces de las mujeres y su liderazgo en todos los ámbitos, públicos y privados”.


Con información del INEGI


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