Para continuar dándole salida a la mediocre cartelera de entretiempo, llega finalmente a las pantallas de nuestro país, la muy esperada —por los Twihards (fanáticos de hueso colorado de la saga de Crepúsculo)— La huésped y, comparándola con otras cintas que salieron este verano, podríamos decir que pasó de panzazo, pero cuando menos se deja ver bastante bien…siempre y cuando sólo utilicemos las neuronas auxiliares.
Stephenie Meyer escribió y publicó el libro de La Huésped cuando el éxito del primer libro de su saga Crepúsculo iba en ascenso y las adolescentes estaban comenzando a enloquecerse con los vampiros. Entonces la idea me pareció buena aunque la ejecución no era nada del otro mundo, digo, la mujer dista mucho de ser Cervantes o Shakespeare, pero era una obra que entretenía.
Recuerdo que entonces creí que iba a ser muy difícil que la llevaran a la pantalla grande pues el planteamiento sugiere que todas las partes más interesantes de la historia suceden en el interior de la protagonista, mientras esta lucha por repeler a la “huésped” que ha tomado control de su cuerpo. La verdad es que no estaba yo tan equivocada, pues la forma en que el productor tuvo de resolver el problema, fue utilizando la misma voz de la actriz en off con un efecto de eco, lo que resulta no sólo confuso sino absurdo.
Se supone que la Tierra ahora es un lugar de ensueño, no hay guerras, pleitos, ni violencia, pero tampoco humanos. Los extraterrestres, vinieron, vieron y vencieron, han tomado el control de nuestros cuerpos y los han habitado, borrándonos por completo de la faz del planeta… Bueno, casi por completo porque aún hay una pequeña célula de resistencia que se dedica, de manera bastante tibia, a repeler los intentos alienígenas por lograr el control total.
Estos extraterrestres son una especie de pequeñas “almas” luminosas con forma de medusas brillantes que deben ser insertadas quirúrgicamente en el cuello de su “receptor” y una vez que se ha instalado acaba con la personalidad del individuo.
La cinta inicia cuando Mel Stryder, miembro de la resistencia, es apresada y se le practica la inserción de un “alma” llamada Wanderer (Viajera). Pero Mel se niega a desaparecer y dejar su cuerpo a esta nueva “inquilina”, así que continuamente la acosa para obligarla a ayudar a sus seres queridos.
Sea por ayudar o para conocer la localización de los rebeldes, Mel/Wanderer llega al campamento de la resistencia y comienza a ver —y apreciar— el lado “humano” de los humanos.
Como es necesario poner un antagonista que evite que la película sea una “piedra”, y a la más pura manera de El Fugitivo, tenemos a Seeker (Buscadora) un “alma” nada pacífica que está decidida a darle caza a Mel/Wanderer.
Reflejando lo que hizo en Crepúsculo, y para anotarse más puntos con sus Twihards, aquí también Mayer decidió colocar un triángulo amoroso, que es más bien un cuadrángulo pues Mel está enamorada de Jarrod y él de ella, e Ian ama a Wanderer y ella a él, pero como Mel y Wanderer comparten cuerpo, la trama se complica un poco, al punto de lo imposible, es lógico que esto tendrá que terminar en la máxima prueba de amor, el sacrificio final de alguno de los involucrados…esto suena peligrosamente parecido a Edward-Bella-Jacob
Lo más rescatable de la película es la fotografía, a la cual ayudan bastante unos espectaculares paisajes del desierto norteamericano. Mi recomendación es que no le pongan mucho cerebro a esta experiencia y traten de disfrutarla como un buen momento palomero, y no hagan como yo que no pude evitar preguntarme todo el tiempo… ¿Si son tan pacíficas y avanzadas estas “almas¨ a qué vinieron? ¿Por qué acabar con la humanidad y no cohabitar? y la más importante, si se necesitan manos para hacer el procedimiento quirúrgico… ¿Cómo fue que nos conquistaron si no había quién insertara a la primera alma?… ¡En fin! Lo cierto es que hemos visto cosas peores.
Productor: Nick Wechsler, Steve Schwartz, Paula Mae Schwartz y Stephenie Meyer; director: Andrew Niccol; guión: Andrew Niccol basado en la novela de Stephenie Meyer; fotografía: Roberto Schaefer; música: Antonio Pinto; elenco: Saoirse Ronan, Jake Abel, Max Irons, Frances Fisher, Chandler Canterbury, Diane Kruger, Boyd Holbrook y William Hurt; duración: 2 horas 5 minutos.