- Mesa titulada Editar al margen. La edición independiente en México en la Feria Internacional del Libro de Costa Rica
- Participaron los editores y poetas Luigi Amara, Rocío Cerón, Víctor Manuel Mendiola y Juan Carlos Cano
Una revisión a la edición independiente en el mercado editorial mexicano y una lectura de poesía fueron las actividades con las que la presencia de México en la Feria Internacional del Libro de Costa Rica se hizo manifiesta en su segundo día de actividades.
Los editores y poetas Luigi Amara (Tumbona Ediciones), Rocío Cerón (Ediciones El billar de Lucrecia), Víctor Manuel Mendiola (El tucán de Virginia) y Juan Carlos Cano (MaNgOs de HaChA) ofrecieron una revisión de la edición no afiliada a la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana en México frente a editores independientes costarricenses, quienes por primera vez, tienen un espacio propio dentro la FIL del país centroamericano.
La mesa titulada Editar al margen. La edición independiente en México, permitió reconocer los errores y aciertos de las editoriales independientes mexicanas, así como los retos que, con creatividad e innovación, deben afrontar.
Para Víctor Manuel Mendiola, fundador de El tucán de Virginia en 1980, las características de estas pequeñas editoriales, también llamadas alternativas, independientes, marginales, no comerciales o contestatarias son: “la publicación esmerada con énfasis en la calidad de los papeles, predominio de la tipografía sobre el diseño, dimensión limitada de los tirajes, el trato directo con los autores, pero al mismo tiempo más o menos informal, y una relación complicada, lejana o inexistente con los puntos de venta comerciales“.
Mendiola, quien en junio pasado recibió un reconocimiento de la Alianza de Editoriales Mexicanas Independientes (AEMI) por su trayectoria, realizó una sesuda crítica de los vicios y malas prácticas que la edición independiente, suele cometer en nuestro país: “como cualquier otra editorial, las independientes o alternativas tienen que enfrentar y resolver, mal o bien, problemas de estatus legal, de administración y de distribución y desde ese punto de vista, esas editoriales no son diferentes a las otras. No son independientes, no son alternativas: no son David”.
La charla continuó con la poeta Rocío Cerón, quien fundamenta su visión del periodo de vida de una editorial independiente como El billar de Lucrecia, que fundara en 2005 y cuya idea era la de publicar sólo 15 libros (mismo número de bolas de billar) de autores de la región latinoamericana, bajo la premisa de que “los editores en algún momento se agotan, o se agota su visión y tienen que, como el ave fénix, morir y recapitular para renacer”.
Esta mesa de reflexión, permitió mostrar las distintas alternativas al mercado comercial de la edición en nuestro país, permitiendo analizar las distintas problemáticas a las que se enfrentan las pequeñas casas editoriales mexicanas, así como las soluciones que sus creadores han planteado para asegurar su supervivencia.
Posteriormente, los también autores compartieron poemas de sus más recientes publicaciones, en una lectura que, a pesar de la lluvia, congregó a un nutrido público.
Con información de Conaculta
calidad de los papeles, predominio de la tipografía sobre el diseño, dimensión limitada de los tirajes, el trato directo con los autores, pero al mismo tiempo más o menos informal, y una relación complicada, lejana o inexistente con los puntos de venta comerciales“.
Mendiola, quien en junio pasado recibió un reconocimiento de la Alianza de Editoriales Mexicanas Independientes (AEMI) por su trayectoria, realizó una sesuda crítica de los vicios y malas prácticas que la edición independiente, suele cometer en nuestro país: “como cualquier otra editorial, las independientes o alternativas tienen que enfrentar y resolver, mal o bien, problemas de estatus legal, de administración y de distribución y desde ese punto de vista, esas editoriales no son diferentes a las otras. No son independientes, no son alternativas: no son David”.
La charla continuó con la poeta Rocío Cerón, quien fundamenta su visión del periodo de vida de una editorial independiente como El billar de Lucrecia, que fundara en 2005 y cuya idea era la de publicar sólo 15 libros (mismo número de bolas de billar) de autores de la región latinoamericana, bajo la premisa de que “los editores en algún momento se agotan, o se agota su visión y tienen que, como el ave fénix, morir y recapitular para renacer”.
Esta mesa de reflexión, permitió mostrar las distintas alternativas al mercado comercial de la edición en nuestro país, permitiendo analizar las distintas problemáticas a las que se enfrentan las pequeñas casas editoriales mexicanas, así como las soluciones que sus creadores han planteado para asegurar su supervivencia.
Posteriormente, los también autores compartieron poemas de sus más recientes publicaciones, en una lectura que, a pesar de la lluvia, congregó a un nutrido público.
Con información de Conaculta