Por Miguel Ángel Medina Méndez
En días pasados, realizando un trámite cotidiano en palacio municipal, me trasladé hacia la dirección de cajas de nuestro H. Ayuntamiento de Aguascalientes; ya una vez formado y a la espera de cotizar un descuento para un vehículo cuyas infracciones databan de ya considerable vetustez, fue imposible no percatarme de tan singular acontecimiento, un típico “esto sólo ocurre en México” y es que, la cajera, la cual dejaremos en el anonimato, con peculiar alegría degustaba a todas luces de un exquisito bocado de medio día, aquello era verdaderamente un caos, una veintena de “dignos” contribuyentes a la vista y un sin número extra a las afueras esperando por su turno en medio de un clima de desesperación y a la vez de frustración debido a la ineficacia del sistema de cobros y recaudación de nuestro sistema tributario municipal e ineficiencia del personal en quienes recae la responsabilidad del respectivo cobro principalmente; aquello, indudablemente, era una situación quejicosa, de pronto me surgió un intempestivo cuestionamiento; fue el siguiente: ¿en pleno siglo XXI y sólo para una simple cotización, todo este caos? La reflexión me hizo considerar una serie de situaciones extra, la realidad era más que tangible, las herramientas con que cuenta nuestra administración pública municipal en materia de recaudación y generación de participaciones municipales -generación de riqueza de, y, para el municipio- son ineficientes y además obsoletos en la mayoría de los casos, la pereza y latencia con que se manipulan los procedimientos no sólo hacen inoperante el sistema de cobros, a la postre no produce más cosa que desmotivación y escaso interés en el pago de impuestos como el predial, infracciones y pagos de ciertos servicios de los cuales el municipio cuenta para hacerse de recursos económicos y cuya finalidad corresponde a la correcta y óptima provisión de agua potable, alcantarillado, alumbrado público, limpia, mercados y centrales de abasto, panteones, rastros, calles, parques y jardines y seguridad pública y tránsito al grueso de la sociedad.
Los descuentos que “generosamente” se nos otorga por pronto pago, que además de tener escasa vigencia temporal, son mínimos en casos como el pago del predial, no repercuten siquiera para generar un ingreso “presupuestado” que en términos técnicos se conoce como “Devengado” –establecer un derecho de cobro a favor de los organismos y entes del sector público, es decir, una obligación de pago por parte de las personas individuales o jurídicas- pero ya ni hablemos de las y los “profesionales” servidores públicos encargados de realizar el trámite en ventanilla, que no es necesario hacer “fila” para saber que aquello representaría una tarea verdaderamente titánica.
Empero, no todo ha sido un desacierto en la modernización de estos programas, hemos sido testigos de avances graduales en la proyección de estas herramientas; hoy en día es fácil acceder al e-gobierno, mediante el uso del internet, sin embargo, pocos son aquéllos quienes tienen acceso a la red, hay quienes, que sí lo hacen pero desconocen y no consiguen llevar a buen término sus transacciones en la mayoría de los casos, y finalmente quienes sí se ven beneficiados con el uso de la tecnología no cuentan con la certeza y confianza que un sello y firma de recibido o pagado en cajas del H. Ayuntamiento podrían proporcionarle, aquella impresión que ha consumado germinar en el pensamiento generalizado de nuestra sociedad respecto a la burocracia en nuestro país. Es así que de poco sirven estas herramientas ante una sociedad que confía más en el descrédito de las instituciones y en el paradigma de la corrupción.
En conclusión, la nula independencia del erario municipal ha hecho de nuestros Alcaldías municipales un orden de gobierno financieramente obsoleto, inoperante, copartícipe de la mediocre evolución y progreso de nuestra sociedad en la materia; el contexto es poco favorable, nuestros órganos legislativos deberán, a todas luces, dar un gran paso en vísperas de un sacrificio político y poner en riesgo sus triunfos electorales en 2016, -en el caso de Aguascalientes- aprobando o modificando los porcentajes en los rubros correspondientes a los ingresos y egresos municipales, y en las que corresponden al pago puntual de sus empréstitos previamente contraídos, en muchas ocasiones casi impagables; el futuro no sólo no es prometedor sino desolador, mucho depende si continuar con esta práctica rudimentaria del vivir a costa de las participaciones federales y apoyos gubernamentales, y mucho más depende si seguir viviendo de la fantasía de un héroe que arribe a esos puestos de elección popular y nos saque de esta situación en la que muchos nos quejamos pero pocos hacen algo, en la que adjudicamos la responsabilidad de nuestra actualidad a otros pero pocos asumen la suya, en la que evadir impuestos se ha hecho toda una costumbre evitando así los gravámenes fiscales, y en la que adjudicamos a la ineficacia de las instituciones respecto a la farola fundida, el acumulamiento de basura, en la impuntual recolección de la misma, en la inseguridad e infinidad de deficiencias en nuestro entorno, pero en la que no estamos dispuestos a pagar puntualmente infracciones de tránsito, impuestos prediales y demás obligaciones tributarias… La respuesta de continuar ante esta posibilidad es un tajante NO.
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