El debate de la semana y probablemente un poco más estimado lector, ha sido la postura de varios “estadistas” sobre la posibilidad de legalizar el uso y consumo de la mariguana. Las voces que han abierto el debate mandaron como punta de lanza al ex presidente Vicente Fox, cuando en su lenguaje “trespatinesco” (cómo me recuerda aquel personaje del programa de radio La tremenda corte, José Candelario Tres Patines, que hablaba y no se le entendía bien lo que quería decir) convocó a los medios y dio a conocer que él estaba a favor de la legalización de la mariguana y dio varios “usos” de la misma. Es más, comentó: “yo le entro al negocio”, es decir, su posición es que si se hace ya legal el negocio de la mariguana, entonces ya se le quitan las garras financieras a la delincuencia organizada, se evitarán mayores desórdenes de seguridad en México y por tanto, se tendrían que volver empresarios legales.
Después hacen una mesa redonda donde ex funcionarios de primer nivel, como Jorge Castañeda (con Fox) y Pedro Aspe (con Salinas) daban a conocer sus puntos de vista sobre las ventajas de la legalización de la mariguana. Es más, ellos mismos comentaban, hay que ver solamente lo que ha ocurrido en Estados Unidos donde cada vez hay más estados que están tratando y lo han hecho, la legalidad de la mariguana para usos médicos. Para usos “recreacionales” como ellos comentan, son muy pocos los que lo han logrado, pero quisiera poner en perspectiva lo que ocurriría sobre la legalización de la droga y si tuviera efectos positivos en la vida de todos los mexicanos.
El primer punto al cual aducen que sería conveniente la legalización de la mariguana, es que los poderosos cárteles de la droga tendrían que consolidarse en negocios regulados y legales, que por lo mismo, generarían impuestos y por tanto esa economía paralela a la legal, ya sería aprovechada por todos los mexicanos. Al no ser ilegal, por tanto se disminuiría considerablemente la inseguridad y los ajustes de cuentas.
Creo que por un lado, es cierto, muchos entrarían a la legalidad con sus negocios. ¿Pero todos? ¿Cuántos empresarios actualmente son “quebrados” y retirados de sus negocios debido a los comerciantes informales? Si no pueden con los comerciantes ilegales “legales” que venden mercancías que no son tan nocivas, ¿lo podrán hacer con los narcotraficantes, que saben que podrían vender la misma droga más barata porque ellos no pagarían impuestos, ni IVA, ni ninguno de las otras contribuciones que la legalidad acarrea? Yo creo que no, la informalidad e ilegalidad de dichos negocios continuaría.
Sobre la inseguridad, tengo mis dudas que la legalización de las drogas lleve a un país más seguro. Cuando la prohibición de licores y bebidas alcohólicas en Estados Unidos ocurrió en la primera mitad del siglo XX, hubo demasiada violencia en las calles, sobre todo en la ciudad de Chicago, y cuando acabó la prohibición la inseguridad continuó. En este caso, al quitarle una fuente de ingresos interesante a las células del crimen organizado, lo que harán entonces será pasar a otro tipo de delito para poder continuar con su nivel de vida. Los cárteles de la droga ya son empresas multi producto. Los Zetas no sólo se dedican al trasiego y comercialización de estupefacientes, sino también a la “industria” del secuestro, la comercialización de seres humanos, llamado comúnmente trata de blancas, al cobro de “impuestos” a los territorios que les “pertenecen”, de manera forzada. Aquéllos que se nieguen a cooperar con los “impuestos” entonces caerán en un nivel terrible, ya que el daño que tendrá no será patrimonial, sino físico o hasta de su vida.
Si también se piensa que el consumo disminuiría, creo que no sería el caso. Los tabacos, cigarros y conexas así como el consumo de alcohol están legalizados y no por eso se ha disminuido el consumo de los mismos, por el contrario, cada vez va más a la alza. Basta ver que en los supermercados o en cualquier tienda de conveniencia, cómo sus áreas de los licores y bebidas con grado alcohólico, son cada vez más grandes. De hecho, aun cuando la autoridad busca desincentivar el consumo de los mismos a través del aumento de las contribuciones e impuestos al consumo, pensando que se haría disminuir el consumo por un alto precio, la realidad ha sido que el consumo se ha mantenido o ha aumentado.
El motivo entonces, de este editorial, no es por mi parte condenar la legalización de la droga en México, es más que nada, estimado lector, que pienses y escuches todas las voces y las áreas que afectaría esta decisión, la prohibición ya sabemos lo que ocasiona, no sabríamos qué pasaría con su legalización, pero hay que debatir formalmente, no sólo quedarnos en la retórica de: “hay que legalizarla porque es lo mejor para México”.
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