Habíamos mencionado que el diagnóstico elaborado a la fracción parlamentaria del PRD en el Congreso de la Unión parte de cinco ejes estratégicos.
El primero es la necesidad de elevar la eficiencia recaudatoria. Para lograrlo ubica principalmente cuatro medias. La primera es incrementar la base de contribuyentes contando con un padrón completo y confiable elaborado por el Inegi, que se esté actualizando permanentemente y tener así un mejor control de las obligaciones fiscales, locales y federales.
Teniendo el registro, se podrán reducir los costos en la actualización y manejo de los padrones de contribuyentes. Se recomienda también aumentar la eficiencia en la localización de contribuyentes, además de facilitar a cumplimiento voluntario de sus obligaciones a los pequeños contribuyentes.
En este eje se propone dotar a la autoridad recaudatoria con instrumentos que reduzcan la evasión y la elusión fiscal, por lo que resulta necesario tocar el tema del uso del efectivo, pues se ha convertido en el mecanismo ideal de evasión, que goza además de anonimato.
El manejo de efectivo se convierte en un incentivo para evitar el pago de impuestos, en 2011 la evasión por manejo de efectivo representó 196 mil 267 millones de pesos, que equivale al 1.37 por ciento del PIB, dos veces y media más que la registrada en 2002.
Como medida inmediata se propone modificar la disposición contenida en el Artículo 2, fracción III, para que cualquier depósito sea rastreado, ya que quienes tienen la intención de evadir el fisco, crean múltiples cuentas en diferentes bancos para tener un gran margen en el límite establecido en el pago de impuesto sobre efectivo.
Para reducir la elusión fiscal se propone el fortalecimiento de la administración tributaria. Es necesario dotar al SAT de mejores herramientas legales y administrativas que le garanticen ganar una mayor cantidad de juicios. Actualmente se pierde casi la mitad de los casos que se litigan (45.2 por ciento). Este porcentaje representó un monto de 37 mil 976 millones de pesos que se pierden por tecnicismos legales de quienes conocen el sistema y sacan ventaja de él.
Un elemento que se destaca en el eje de la eficiencia recaudatoria, es la necesidad de establecer una nueva relación entre el Estado y el contribuyente, ya que éste debe ser visto por la autoridad hacendaria como el sostén del Estado y se le debe ofrecer certidumbre jurídica a través de labores de asesoría, representación y defensoría. Se hace indispensable recatar una relación de confianza entre el contribuyente y el Estado.
Junto con esto, el gobierno debe mejorar los mecanismos de rendición de cuentas y la transparencia en el manejo del dinero público.
El segundo eje es el Federalismo Fiscal. La relación federalista presenta fuertes desequilibrios fiscales. Los estados y municipios recaudan poco y gastan más, lo que ha provocado un déficit en las finanzas locales que se ha cubierto con endeudamiento.
Es necesario hacer nuevas corridas financieras a los estados y municipios para que cuenten con un mayor margen de maniobra, y equilibrar su situación financiera.
Se propone promover mayores y mejores facultades tributarias, y la ampliación legal en el control y cobro de ingresos locales, así como nuevos fondos a las participaciones. Se pretende que además de mayores recursos, se establezcan nuevas fórmulas que incentiven a los gobiernos locales a incrementar los ingresos propios.
Esto se puede lograr incrementando los porcentajes del fondo de aportaciones federales para la infraestructura social. Otra medida que se propone, es la de crear un fondo de apoyo a la recaudación de contribuciones inmobiliarias asignándole el 1 por ciento de la RFP.
Éstas, además de otras dos medidas, pueden incrementar y distribuir de una mejor forma la recaudación fiscal, y pasar de un 26.5 por ciento al 28.5 por ciento del gasto neto estimado distribuido a los estados y municipios. El siguiente eje que es el fortalecimiento de la capacidad financiera del Estado, la desarrollaré en la siguiente colaboración.
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