- Es limitado y recaudatorio, no estimula a los pequeños empresarios
- Uno de cada cuatro aguascalentenses trabaja sin recibir salario, sueldo o jornal
El Programa para la Formalización del Empleo 2013, último proyecto nacional orquestado por la Presidencia, es recaudatorio, consideró Vicente Pérez Almanza, titular de Movimiento Ciudadano (MC) en Aguascalientes, al apuntar que pese a los esfuerzos emprendidos las micro y pequeñas empresas históricamente no han terminado por contar con el espaldarazo oficial.
“Requiere una estrategia con el sentido de transparencia y de sensibilidad para que el pretendido incremento de la recaudación y la igualdad en la competencia laboral sea verdaderamente justo. Si el Gobierno Federal pretende una mayor recaudación, que a mí es lo que me parece, ésta debe traducirse en productividad de las empresas para el desarrollo económico”.
En Aguascalientes, dijo, el apoyo a esta clase de empresas es insuficiente, pues así lo ha revelado la Organización de las Naciones Unidas a través del Reporte de Índice de Competitividad Social, elaborado para medir la capacidad de la oferta laboral para aportar bienestar a la población.
En la entidad, de 2006 a 2012, este índice habría caído 0.08 por ciento.
Dicho programa, añadió Pérez, “es muy limitado, pretende simplemente regularizar a todos los que tienen un empleo formal para que paguen impuestos, se olvidan de que hay muchos otros que no pertenecen a ninguna empresa en la cual se puedan ver favorecidos”.
Señaló que uno de cada cuatro aguascalentenses trabaja sin recibir salario, sueldo o jornal.
Al citar datos del primer trimestre de 2013, generados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, mencionó que “por grupos de edad las condiciones son todavía más deplorables, el porcentaje aumenta de forma considerable cuando se trata de personas con 60 años o más, en esta situación están el 63 por ciento de las personas”.
La Presidencia de la República ha argumentado que seis de cada 10 mexicanos (más de 28 millones) laboran en la informalidad. Justifica el Programa al hablar de una transición hacia “empleos dignos y socialmente útiles”, incluso manifiesta que la informalidad se desenvuelve al margen de los sistemas contributivos, situación que acrecienta la desigualdad.
Vicente Pérez manifestó que una de las labores complementarias para los legisladores federales será la de modificar la emisión de salarios mínimos para evitar que el poder adquisitivo continúe en declive.
“Según el Consejo Nacional de la Evaluación de la Política de Desarrollo Social, de marzo del 2005 al mes de abril de 2013, la canasta básica había aumentado un 70.5 por ciento en la zona urbana, mientras que el salario mínimo apenas había aumentado 38 por ciento”.
Foto: Gerardo González