Por Carlos Aguirre
Una selección nacional es un representativo no sólo de una jerga futbolística o de un gremio. Traer el escudo nacional y los colores de la bandera habla de un país, de 100 millones de habitantes. Mexico no es un país que de cada 10 mexicanos hay un argentino o un brasileño. Es decir la Selección nacional aceptando naturalizados mandó un mensaje muy claro. No hay para más en México, no hay en Tepito, en las playas, en el llano o en alguna cancha mexicana, no hay más. El ejemplo de Uruguay, un país chiquito con un potencial de futbolistas enorme es claro. A aprender y reducir de inmediato los extranjeros.
De José Manuel de la Torre y la paciencia
Si bien el futbol del equipo del Chepo, ha sido de los peores en los últimos tiempos no ha perdido nada, es decir, la clasificación está en papel, no está perdida; la Copa Confederación con Brasil e Italia en el mismo grupo era de esperarse el resultado, y la Copa de Oro ni se diga, con un equipo B está en siguiente ronda, no sean duros con el Chepo. Parecen guillotina.
Del peligro de extinción del 10
El futbol moderno como versa Valdano y Menotti es un 4-4-2 modificado. Las variantes van en dos o un contención, en un libero o lÍnea de cuatro, en uno, dos, medios y hasta cuartos de nueve. Esas modificaciones prescinden de un 10, los eliminan y hasta los esclavizan de lateral o contenciones. Pirlo el ejemplo más claro. España, un equipo que no necesita 10 para nada. Entonces el 10 de Diego o de Zidane están en peligro de extinción, en México ni se diga. El último y ya en decadencia Cuauhtémoc Blanco.
La alianza comercial, la conquista sigue
Es increíble que los derechos televisivos, los partidos amistosos de la Selección, las alianzas comerciales con Comex, las barras publicitarias y los incesantes partidos que queramos o no generan dinero, sean insuficientes y se tenga que vender un producto, un equipo, un plantel o una imagen. Además a unos españoles, la conquista sigue, ahora BBVA.