De política, una opinión / Elecciones de mitad de periodo de gobierno y la alternancia - LJA Aguascalientes
15/11/2024

 

Las elecciones de mitad de periodo de gobierno, observando los resultados electorales de los últimos tres sexenios –información que encontramos en el sitio del IEE en la red-, han significado un retroceso para el partido que está en el gobierno; tal retroceso, desde luego, no es igual en todos los periodos, y ha dependido de circunstancias y cualidades o defectos, según hayan ejercido el poder político.

El cuadro siguiente muestra los resultados electorales que permiten apreciar la alternancia de los partidos políticos en el gobierno, tomando al PAN y el PRI, por ser los dos partidos más competitivos en el estado:

ELECCIÓN

GUBERNATURA DEL ESTADO

MUNICI- PIOS

PAN

PRI

DIPUTA-DOS


PAN

PRI

1992

PRI

0

11

1

20

1995

4

7

13

11

1998

PAN

6

5

16

10

2001

1

8

10

12

2004

PAN

10

1

18

4

2007

5

6

9

14

2010

PRI

0

11

4

14

Las preguntas iniciales que nos permiten abordar diferentes perspectivas para conocer el proceso político que vivimos los ciudadanos en la elección son: ¿qué motivos tienen los electores para cambiar de preferencia de partido de una elección a otra?, ¿es efectiva la libertad de voto? ¿qué tanto influyen en el sentido del voto los beneficios de gobierno?, ¿contribuyen los gobiernos en turno en la decisión ciudadana?

En la elección intermedia tomamos como referencia la elección anterior de gobernador, por ser la que tiene mayor influencia en las otras dos elecciones, para presidentes municipales y diputados locales; el partido político que gana la elección de gobernador, es el que gana también más posiciones en los municipios y en el congreso del estado, que, a su vez, son los que vienen a menos en la elección intermedia.

De entrada podemos apreciar que los electores muestran una autonomía cada vez mayor para poder decidir el sentido de su voto. No obstante, en nuestro país mantenemos actualmente una fuerte discusión sobre el uso de los programas sociales o la desviación de recursos en dinero, que frecuentemente son utilizados para “comprar el voto”. La compra de votos que pueda realizar un gobierno no opera con efectividad, a pesar de que disponga abusivamente de los recursos, si en el ambiente político predomina la antipatía o rechazo al partido que está en el gobierno. Sólo para contribuir al acercamiento al punto de estudio, para que nos ayude a entender un poco más estas condiciones electorales, recordemos dos casos recientes, Coahuila y Oaxaca; en el primer estado, a pesar de los desórdenes financieros del gobernador Humberto Moreira, el PRI volvió a ganar la elección de gobernador, y con el hermano de Humberto. En cambio, en Oaxaca, a pesar de los abusos del gobernador Ulises Ruiz para que ganara el PRI la elección de gobernador, ya no lo logró (por supuesto que importa también el grado de desarrollo de los partidos de oposición).

En las elecciones intermedias se eligen presidentes municipales y diputados; particularmente los primeros son los que tienen una relación más directa con la vida de los ciudadanos, y son los que tienen el mayor riesgo de desgaste. En cambio, los diputados tienen una menor relación de compromiso directo con los ciudadanos, lo que los pone en mayor riesgo de volverse indiferentes y prepotentes en el puesto público.

Entre los varios motivos que llevan al ciudadano en las elecciones intermedias a dar su voto por un partido distinto al que está en el gobierno, menciono los siguientes, que no significa que apliquen todos simultáneamente: la forma como los gobiernos municipales atienden y tratan los cuestionamientos de los ciudadanos, es decir, si las deficiencias y los errores –que suelen estar presentes en el quehacer de gobierno- son ignorados constantemente por los servidores públicos. Cuando el gobernante no muestra sensibilidad en las necesidades y problemas de los ciudadanos, y las respuestas son sólo verbales y no efectivas. Cuando los gobernantes hablan de que son los mejores a nivel nacional, y los ciudadanos tienen a la vista las realidades. Cuando los gobernantes, incluidos los legisladores, se manejan de manera autoritaria y despectiva con los ciudadanos, descalificando los cuestionamientos. Cuando los gobernantes se manejan en el puesto como si no lo fueran a dejar algún día, y creen que pueden hacer impunemente cualquier cosa, aunque los ciudadanos no lo aprueben. Cuando los dirigentes partidistas también se manejan con prepotencia, y consideran que cualquier militante que sea candidato va a ganar la elección aunque no tenga ascendiente con los ciudadanos, etcétera, son motivos que valora el ciudadano para emitir su voto.

Un ingrediente particular que está presente en este proceso electoral, como no sucedió en ocasiones anteriores, es la constante e impune intervención del gobierno del estado; será interesante observar si el conjunto de estas acciones interferentes, junto con la permanente negación de la realidad y el “respaldo” a los funcionarios aludidos, muestra algún efecto en el resultado de la elección intermedia.

Consecuentemente, este panorama electoral genera en los electores determinadas simpatías o antipatías hacia los partidos políticos, que se traducirán en resultados electorales; un reto importante para los gobernantes y sus partidos, es mantener el espíritu de servicio a los ciudadanos y a la comunidad para estar, de esta manera, en condiciones de abatir el rechazo que causa el desgaste del ejercicio del poder.

Foto: Gerardo González


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