Taktika / Mr. Snowden, un soplón global - LJA Aguascalientes
26/11/2024

 

 

6 de junio de 2013. De manera simultánea, dos prestigiados diarios del mundo angloparlante, The Guardian y The Washington Post, publican que las agencias de Seguridad Nacional y Central de Inteligencia (NSA y CIA, por sus siglas en inglés) llevaron a cabo el programa secreto PRISM, el cual consistía en vigilar e interceptar las comunicaciones de internautas extranjeros situados fuera de los Estados Unidos.

Tres días más tarde, el ex contratista y ex agente de la NSA y la CIA, Edward Snowden, admite al diario británico The Guardian, ser la fuente en las fugas de información. Sus declaraciones desatan la furia del gobierno estadounidense.

El artículo de hoy pretende explicar al amable lector por qué las filtraciones realizadas por Edward Snowden han alterado las relaciones entre los Estados Unidos con respecto a China y Rusia.

Desde finales del siglo XX, el gobierno estadounidense acusó públicamente a su contraparte china de ser la “principal fuente de espionaje cibernético en el mundo”. Sin embargo, Snowden reveló al rotativo South China Morning Post que su país había realizado actividades de espionaje en la Universidad Tsinghua de Pekín. Además, el ex espía yanqui dijo que las compañías de telefonía celular chinas habían sido sujetas a un programa que permitía sacar datos de los mensajes de texto.

La respuesta de Beijing no se hizo esperar: la agencia de noticias gubernamental, Xinhua, respondió diciendo “los Estados Unidos,  quienes han intentado hacerse pasar por una blanca palomita víctima de los ataques cibernéticos, han resultado ser el mayor villano de nuestro tiempo”.

Por su parte El Diario del Pueblo, órgano oficial del Partido Comunista chino (25/06/2013), fustigó la hipocresía estadounidense al decir: “en cierto sentido, los Estados Unidos han ido de ser un modelo de los derechos humanos a un manipulador del poder centralizado y un loco invasor de las redes de otros países”.

Al mismo tiempo, y de acuerdo al analista financiero Max Keiser, “China tiene todas las cartas sobre la mesa, pues Estados Unidos es el mayor acreedor del mundo….Se ve que no hay actividad económica para apoyar las ocupaciones financieras y militares que emanan de los Estados Unidos. ¡El juego se terminó! (Russia Today 25/06/2013).


Tras su salida, el pasado domingo 23 de junio, de Hong Kong –digna de un guión de James Bond o Jason Bourne–  Snowden arribó al aeropuerto Sheremetyevo de Moscú. El ex contratista iba acompañado de personal de la organización anarco-cibernética, Wikileaks, cuyo fundador, el australiano Julian Assange, está refugiado en la embajada de Ecuador en Londres.

Al saber su paradero, el secretario de Estado de la Unión Americana, John Kerry, expresó que estaba “preocupado” si China y Rusia sabían de los planes de Snowden. Si así fuera, el larguirucho bostoniano comentó que “sin duda tendrían algún efecto e impacto sobre la relación”.

Al momento de redactar el artículo, el escribano se enteró de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, explicó que Edward Snowden se encontraba en la zona de tránsito del aeropuerto moscovita y que dijo lo siguiente: “Snowden es una persona libre. Entre más pronto escoja su destino final, mejor será para él y para Rusia”.

Las declaraciones del genio geopolítico del siglo XXI, hacen pensar que Rusia, la cual tiene sustanciales diferencias con los norteamericanos respecto a Siria, probablemente interrogó o copió la información altamente secreta que Snowden tiene en su poder. Esto convierte al ex agente de la CIA en otra manzana de la discordia entre Moscú y Washington.

Como colofón, en una entrevista publicada el día de hoy por el South China Morning Post, Snowden reveló que había trabajado para la empresa de Seguridad Booz Allen, pues su empleo le “garantizaba el acceso a la lista de equipos ‘hackeados’ en todo el mundo por la Agencia Nacional de Seguridad” (NSA).

Una cosa es segura: a las debacles militares de Afganistán e Irak y la crisis financiera, se ha agregado la decrepitud moral, pues durante la mayor parte de su existencia, los Estados Unidos se ufanaron de ser “la última esperanza de la Humanidad” y la “ciudad resplandeciente sobre la colina”. Ahora sabemos que todo eso era una farsa bien montada al estilo Hollywood y que el Imperio estadounidense, en su ocaso, se comporta como la Alemania nazi o la Rusia soviética.

Aide-Mémoire.-  El teatrito se les cayó a los brasileños.


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