Estimado lector, creo que es importante que el día de hoy hagamos un análisis de los sucesos que se han desarrollado en varios país del orbe, los cuales tienen una gran coincidencia en sus orígenes. Veamos, en el caso del continente Europeo, los grandes recortes presupuestales para bajar los déficits públicos, abajo del 3 por ciento como lo ordenan los banqueros mundiales, en ningún momento obligan a las autoridades hacendarias o judiciales para que sean llevados y juzgados los responsables de los desvíos que causaron esos graves problemas económicos, ya sea porque defraudaron las arcas públicas o por actos de acciones demagógicas, para conservar el poder gastando lo que no se tiene, o bien por la irresponsabilidad de crecer el aparato burocrático más allá de las posibilidades financieras del país.
Esto ha generado que la sociedad, irritada, tome las calles y se enfrente a las policías, aun sabiendo que esto no resolverá el problema y que desafortunadamente al paralizar las actividades productivas y crear incertidumbre los capitales “golondrinos” y las inversiones directas se ausentan de los países.
Hay otro caso de que las protestas tienen un gran fondo político, tanto nacional como internacional, como son los casos de Turquía, que al involucrarse directamente en el problema de Siria y tomar partido varios activistas están buscando los enfrentamientos que hagan renunciar al actual gobierno.
En América Latina las reivindicaciones sociales han sido la bandera de lucha de miles de manifestantes, en Chile por una educación gratuita. En Brasil contra la corrupción del gobierno y los servicios deficientes, las inconformidades han originado que un movimiento de protesta por el aumento del pasaje del transporte público se convierta en un movimiento enorme en las principales ciudades del país.
En nuestro país, a pesar de los “anarquistas” y las autoridades de policía comunitaria, se ha tratado de prender la mecha de la violencia del país, aun con la irritación de la sociedad que percibe una gran “tibieza” del gobierno lo cual ha otorgado impunidad hacia estos grupos que han logrado desestabilizar regiones importantes del país; no han conseguido que el gobierno se enfrente con ellos y que haya los muertos que ellos necesitan.
Esto sin tomar en cuenta los eternos chantajistas que están cercando la Secretaría de Gobernación y que en el fondo sólo quieren manejar ellos los programas sociales para lograr sus “porcentajes” por el manejo de los mismos y, sobre todo, su manejo de grandes grupos sociales con la necesidad de esos programas, en donde los que los “aterrizan” son los que tienen la influencia en ellos.
Todos estos movimientos y algunos más que no mencionamos, hacen que los gobiernos del mundo deban hacer una revisión de su actuar y de la percepción que la sociedad tiene de sus gobiernos, y sobre todo de los políticos; todo esto tomando en cuenta que las presiones sociales en los países de corte socialista-dictatoriales, no permiten estas manifestaciones y las reprimen al primer intento, sin embargo cuando se salen de ese control es muy tarde y vienen los baños de sangre y se debe tomar en cuenta que los primeros que abandonan los países sumidos en la violencia y la inestabilidad, son aquéllos que tienen información privilegiada y sus capitales en el exterior, o bien los que los pueden sacar de inmediato dejando a la sociedad inerme ante los actos violentos, sufriendo la escasez de servicios y alimentos ante la quiebra de las economías, causada por estos acontecimientos.
Es importante pensar si la sociedad debe estar solamente irritada, o bien, buscar una participación más activa en la toma de decisiones de los gobiernos, para que no cometan esos excesos y que la corrupción desaparezca y que la impunidad no sea el factor preponderante, y, sobre todo, que la transparencia y la rendición de cuentas, en todos los órdenes, sea la forma de gobernar.