Taktika / La impotencia estadounidense - LJA Aguascalientes
19/11/2024

 

 

Canal de Suez, Egipto. 16 de mayo de 2013. Rodeados por las dunas que circundan la  importante vía interoceánica, cinco navíos de guerra la atraviesan sigilosos. El buque insignia, el destructor Almirante Panteleyev, enarbola desafiante la Cruz de San Andrés -insignia de la marina de guerra rusa-. Su objetivo: Defender los intereses de Moscú en el Mediterráneo oriental.

La escena arriba descrita se liga con el presente artículo, el cual tiene por objetivo explicar al amable lector por qué el conflicto en Siria ha evidenciado la impotencia estadounidense en el conflicto en Siria.

De manera premonitoria, pues lo redactó un día antes del cruce efectuado por los navíos moscovitas, Immanuel Wallerstein, el principal sociólogo estadounidense de su generación y crítico punzante de la política exterior de su país, escribió un artículo titulado “Siria: No hay ganancia para Occidente”.

En su artículo de opinión, Wallerstein –uno de los pocos norteamericanos que no han sido castrados intelectualmente por la propaganda de Hollywood-, dice “nada ilustra mejor las limitaciones del poderío occidental que la controversia que sus élites están teniendo de manera pública acerca de que los Estados Unidos en particular y otros países europeos deberían estar haciendo respecto a la guerra civil en Siria”.

El dilecto colaborador de La Jornada  se refería a un debate sostenido en la revista Time, con fecha del 9 del presente mes, en donde dos pesos pesados de la política estadounidense como lo son Zbigniew Brzezinski –antiguo consejero de Seguridad Nacional de Jimmy Carter y asesor de Barack Obama- y John McCain –senador y ex candidato republicano a la presidencia- debatían los pros y los contras de intervenir en Siria.

Mientras la clase política estadounidense debatía hasta el aburrimiento respecto a Siria, Rusia actuaba: El 17 de mayo se reportaba que Moscú había decidido proveer a Damasco con los misiles crucero supersónico anti-buque, Yakhont. Además, los rusos abastecieron a los sirios con misiles tierra-aire S-300.

El mensaje ruso era muy claro: los Yakhont evitarían cualquier intentona estadounidense por implantar un bloqueo naval en Siria; los S-300 evitarían que la aviación estadounidense –o la israelí- implantaran una zona de no-vuelo en el espacio aéreo sirio.


Una vez que los yanquis percibieron la magnitud de la jugada de ajedrez efectuada por el genio de la geopolítica moderna, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, sólo les quedó patalear por debajo de la mesa. El jefe del Estado Mayor Conjunto, general Martin Dempsey, comentó “es una decisión desafortunada que envalentonará y prolongará el sufrimiento”.

Continuando en el frente de la opinión pública, el presidente de Siria, Bashar al-Assad, concedió, el 18 de mayo, una entrevista al rotativo argentino El Clarín. Durante el encuentro el mandatario sirio se mostró severo y rígido –quizás desaprovechando así una oportunidad para denunciar las maquinaciones de Arabia Saudita y Qatar, apoyados por Londres, París y Washington,  contra su gobierno-.

Al-Assad declaró que “renunciar sería huir” y fustigó al secretario de Estado de la Unión Americana, John Kerry, de quien dijo que “no ha recibido un poder del pueblo sirio para hablar en su nombre sobre quién debe irse y quién debe permanecer. Esto lo determinará el pueblo sirio en las elecciones presidenciales de 2014”.

Aquí creo que al-Assad es demasiado ingenuo: Occidente y las petro-monarquías del Golfo Pérsico no descansarán hasta que termine como el dictador libio, Muamar Gadafi: Con un tiro en la nuca y con una varilla de acero introducida por su orificio rectal.

Después de este recorrido por los frentes militar, diplomático y propagandístico de la guerra civil en Siria, sólo resta decir que la impotencia estadounidense es palpable,  porque sus pasados fracasos –la retirada en Irak, la debacle en Afganistán y la recesión económica del 2008- han hecho posible dos cosas: Su marcada timidez a nuevas aventuras bélicas y el resurgimiento de Rusia como  potencia en el Medio Oriente.

Aide-Mémoire.-  ¿Por qué en la meta “México con Responsabilidad Global”, referente al Plan Nacional de Desarrollo, se omite hablar de Mercados Emergentes, de países como China, India o Brasil, o términos como los BRICS? ¿Acaso será para no lastimar la hipersensibilidad yanqui?


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