“El PRI y Enrique Peña Nieto han hecho un spot de guerra sucia donde me utilizan como blanco. La cultura del narcotráfico les impregna sus reflejos y su pensamiento. Me han hecho una decapitación televisiva y exhiben mi cabeza en la pantalla con total impunidad. La inmaculada camisa blanca de Peña Nieto ahora aparece manchada, ennegrecida y arrastrada. Son algunas transformaciones súbitas generadas por el pánico.*
Sé que me han elegido a mí, para esta guerra sucia, no por ninguna virtud o defecto que me corresponda. Me han elegido a mí por ser extranjero. El PRI a lo largo de las décadas ha construido su propio sendero de impunidad, que siempre transita. Es bueno para ellos tenerme a mí como enemigo, porque disfrutan la circunstancia de que no pueda defenderme. Ante cualquier respuesta van a salir aullando pidiendo que me apliquen el Artículo 33. Son valientes siempre que se encuentren detrás del burladero legal que ellos controlan.
No existe proyecto autoritario, antidemocrático, que no enarbole y promueva los peores vicios sociales. Entre todos, uno de los más sórdidos es el etnocentrismo y la xenofobia. En otros países, y en otras épocas, sentimientos como éste terminaron en un largo camino que llegaba en un tren al campo de concentración de Auschwitz.
Quiero decirles que les hablo como latinoamericano, como americano, como ciudadano del mundo. La Justicia no tiene Artículo 33. Los derechos humanos, los derechos individuales, los derechos más elementales de las personas, tampoco. Sobre estos principios voy a hacer una demanda judicial, esta vez sí, de muchos, muchos millones de dólares.
Ya he aclarado suficientemente que lo de los 6 millones fue un diagnóstico, una estimación personal, de lo que yo consideraba que necesitaba la campaña para tener un máximo de poder y eficacia y ganar la elección. Espectaculares, spots de televisión, y demás componentes de la campaña de aire. Esta estimación me la pidieron los propios empresarios que organizaron la cena. Lo he dicho muchas veces. Pero es evidente que a nadie le interesa la verdad. ¿No es así, mi estimado Joaquín López Dóriga? Solamente les interesa atacar al candidato por lo que el candidato no hizo, por lo que el candidato no supo, por lo que el candidato no pidió.
He leído que esta grabación clandestina la hizo y la editó, con su novio priísta, la única señorita que se encontraba en la cena. Si es así, le agradezco que no nos haya envenenado los canelones de espinaca y la muy buena sopa de alcachofas que sirvieron. Sin embargo, la manipulación principal no la hizo quien grabó la reunión. La hizo el periódico El Universal, que suprimió toda la conversación aclaratoria de que el candidato nunca había pedido dinero ni jamás haría ningún compromiso con nadie. De este faltante sobrevivió inexplicablemente un pasaje fugaz, dicho por Luis Creel, pero que no aparece en la cinta presuntamente “completa”, aunque sí aparece en una línea de un artículo de este periódico.
A nadie le interesa toda la larguísima acumulación de delitos que hicieron los grabadores, editores y difusores de este audio clandestino. Lo que importa es la percepción que se genera. El presunto daño político que se inflige al adversario.
Mario Vargas Llosa decía que el régimen político del PRI era una “dictadura perfecta”. Si llegan al poder quienes hacen este tipo de operaciones, el futuro de México ya no será una dictadura perfecta, sino un totalitarismo. Seguramente no perfecto, pero que al tratar de invadir políticamente tanto lo público como lo privado, hará que la libertad, la seguridad y los derechos individuales se vayan de una vez para nunca más volver. Aún en los hogares de Joaquín López Dóriga, de Carlos Marín, de Ciro Gómez Leyva, de Loret de Mola o de Adela Micha van a tener miedo de que alguien diga algo que pueda ser grabado, denunciado y castigado políticamente.
Hace cuatro décadas, el presidente Nixon fue destituido por grabaciones ilegales que había hecho en perjuicios de los demócratas. El PRI hubiera premiado a Nixon y encarcelado a los demócratas. Estas prácticas mafiosas, antidemocráticas y corruptas son las que condenarían al pueblo mexicano a la represión, a la vigilancia permanente en el ámbito público y privado y a una pérdida asfixiante de las libertades públicas.
Fruto de ese espionaje, hoy me acusan en las redes sociales de ser el organizador de las manifestaciones estudiantiles. Me gustaría saber si esta gente cree que insultar la inteligencia de los jóvenes les va a traer algún beneficio político alguna vez.
En esta larga cadena de responsabilidades u omisiones, tiene un lugar central el IFE. Hace un tiempo se hicieron modificaciones en el sistema electoral, con el objetivo ilusorio de limpiar el período preelectoral de campañas negras. Con ese fin, se envían al IFE los spots con varios días de anticipación, para ser examinados y evaluados. Este procedimiento no sirvió absolutamente para nada, porque a spots hechos a partir de falsificaciones baratas, donde se hacía decir al candidato o a otras personas lo que nunca dijeron, el IFE los autorizó como si fuera información electoral legítima. Una trabajosa modificación del sistema electoral para igualar información con difamación.
La responsabilidad del IFE es esencialmente asegurar equidad entre los candidatos, pero en esta campaña permitió y legitimó todo tipo de inequidades. Se fabricaron miles de noticias sobre 6 millones de dólares que nunca se pidieron ni nunca se aportaron, pero hubo un silencio y un secreto completo sobre una cantidad incomparablemente mayor de millones de dólares que sí se quitaron a la campaña de López Obrador, y otros tantos millones que se regalaron a Enrique Peña Nieto, según consta en el informe de monitoreo que se puede bajar aquí, en una planilla de Excel: (http://www.costabonino.com/cena.htm ) Aquí se ven los faltantes de spots, marcados en color amarillo. La maniobra fue quitar spots, no en número, sino en horarios. Cambiando spots de 600 mil pesos, por otros de 60 mil. Quitando pauta de AMLO en horarios premium y pasándola a horarios de bajo rating. Por ese motivo la planilla muestra franjas de color amarillo que se concentran en los horarios de 19:00 a 22:00 horas, el horario noble y de mayor rating de la televisión. Con estos robos millonarios no hay problema, sin embargo para el PRI, para Televisa o para el IFE, porque a estos robos no se les puede aplicar el Artículo 33. Sería muy inocente demandar al IFE, a Televisa o al PRI, sin embargo les sugiero que miren la televisión entre 19:00 y 22:00 horas y cuenten cuántos spots pasan de AMLO y cuántos de los demás candidatos.
El PRI es un narco-partido que quiere hacer de México un narco-Estado. Su bandera es una absoluta falta de principios políticos o morales. Su plan de campaña es la difamación y la mentira. Si México tuviera la desgracia de ser gobernado nuevamente por el PRI, la vida cotidiana de los mexicanos sería cada vez más atroz. América Latina sería un lugar cada vez más peligroso e inseguro, el mundo quedaría contaminado irreversiblemente por esta mafia que no conoce de reglas, códigos o límites morales.
Hoy, para agregar un poco más de falsificación y de delitos a la campaña, divulgaron una carta falsa a mi nombre, que usted, estimado Joaquín López Dóriga, leyó sin verificar su origen ni su veracidad. Trataron de hackearme el sitio y no pudieron. Finalmente hicieron un sitio espejo para tratar de engañar a personas ingenuas o a quienes tienen interés político en dejarse engañar.
Esta campaña ha hecho ver claramente las ideas de quienes hoy me difaman. Según ellos es bueno que los cárteles de droga apoyen su partido, pero es inaceptable que empresarios honestos quieran apoyar a los demás. Según ellos es mejor falsificar audios que debatir ideas políticas. Mejor robar la pauta de sus adversarios que competir en situación de equidad.
Mientras, invito a esta sucia gente que me ha dedicado este spot, que promueva con entusiasmo que me apliquen el Artículo 33. Me gustaría ver cómo tratan de acumular pruebas con audios clandestinos, ilegales, con ediciones y manipulaciones, con espionajes y traiciones, con falsificación de materiales, con robo de pauta electoral. Ésas son las normas y las garantías que le ofrecen a México y al mundo. Va a ser un buen material de información para que los ciudadanos juzguen su oferta y anticipen cómo será la vida de sus familias si en un momento desgraciado de la historia de México estas gentes llegaran nuevamente a encaramarse al poder”.
*Carta de Luis Costa Bonino, Doctor en Ciencia Política por el Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de París.