- La falla que sacudió a La Estrella, lo ha hecho cuatro veces en 10 años: Sotelo Rodríguez
- En riesgo de que se presenten terremotos de siete y ocho grados Richter, eso sí sería destructivo
Arturo Sotelo Rodríguez, perito y especialista en geología, manifestó que el movimiento sísmico que se sintió el pasado 2 de mayo cerca de la una de la mañana, en las calles Cáncer y Piscis de la colonia la Estrella de nuestra capital, consistió en una ligera sacudida, acompañada de un fuerte crujido. Se produjo por la falla que lleva el mismo nombre que el fraccionamiento y atraviesa diagonalmente por él, situación muy similar a la que se presentó en los años 2002, 2003 y 2005, aunque en mayores magnitudes. La falla, asegura el geólogo, comenzó a tener actividad en 1990.
La referencia que hace el especialista en geología parte de un análisis sobre el origen de la actividad sísmica de la falla que se encuentra en el fraccionamiento La Estrella. Asegura que se debe a que está atravesando diagonalmente dicha zona habitacional, la cual no representa más que el extremo sur de la tremenda falla de niveles continentales, y que fue bautizada por el entrevistado como Aguascalientes Norte.
“Precisamente en esta zona se encuentra desplazada y segmentada, originando la falla Aguascalientes Centro. Ambas son las mismas, que limitan el Valle de Aguascalientes al oriente con alrededor de 70 kilómetros de longitud… bajo semejante situación, es de esperar que la actividad sísmica provocada por los movimientos distensivos a los que está sujeto el valle, continúen”.
Sotelo Rodríguez resalta que los movimientos originados de esta manera, difícilmente van a alcanzar los cuatro grados en la escala de Richter, pero lo que considera como verdaderamente alarmante, sería que los desplazamientos laterales que originalmente provocaron la aparición de las dos “súper fallas” que limitan el Valle al poniente y oriente, continuaran activos.
“Bajo semejante situación, podríamos esperar auténticos terremotos de entre siete y ocho grados, y para esto, la ciudad de Aguascalientes no está preparada”.
Sotelo volvió a manifestar que el Valle de Aguascalientes está situado en una fosa tectónica limitada al oriente y al poniente por dos enormes fallas, la primera, que fue bautizada por éste como la Falla Aguascalientes, tiene una longitud de alrededor de 70 kilómetros; sus últimos movimientos están restringidos, al sur, hasta el arroyo San Francisco, y hacia el norte como cuatro kilómetros arriba de la estación del ferrocarril El Chicalote.
La segunda, ha sido llamada por Sotelo Rodríguez como la Falla Tapias Viejas-Los Arquitos-Rincón de Romos, misma que limita el valle de Aguascalientes al poniente, y se extiende con una longitud de aproximadamente 150 kilómetros, que va desde Cosío, al norte, hasta la Sierra del Laurel, al sur de Calvillo; superestructuras que originalmente se desplazaron a través de un plano vertical, en sentido longitudinal, movimientos a los que se les conoce como fallas con desplazamientos longitudinales de rumbo, transcurrentes, laterales o de cizalla.