Hacer valer la ley / Jorge Izquierdo en LJA - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Felicidades Gilberto Guevara Niebla por haber sido electo como integrante de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE)

En una anterior colaboración en ésta mi casa editorial, hice referencia a que se debía valorar de manera clara, la necesidad de hacer valer la ley en el estado de Guerrero, y que lo mismo, seguramente haría que quienes de forma más insistente lo reclaman, serían los que muy probablemente acusarían al gobierno federal de represor; pero lo vivido los últimos días, creo que es una muy mala señal de los grupos inmersos en el conflicto del magisterio guerrerense, que según lo señalado por el gobernador de Morelos, Graco Ramírez, podrían ser la guerrilla, las guardias comunitarias, y algunos otros más, que en definitiva sí están haciendo actos de provocación tanto al gobierno estatal como al federal, pensando quizás que éstos se han mostrado temerosos de hacer uso de la fuerza pública y de hacer valer la ley.

La actitud que ha tomado el gobernador de ese estado, es verdaderamente sorprendente e ilustra de la mejor forma, lo que es un gobernante que no sabe cómo resolver los problemas de su entidad,  y asume que en descargo de su insuficiencia gubernamental, el gobierno federal es el que debe acudir a desatorar lo que él no ha podido. Lo increíble es que este tipo de gobernadores son los que más alzan la voz en la Conago para pedir que se respete el federalismo, y que como característica imprescindible siempre hablan de la autonomía de los estados.

Lo que pudimos observar esta semana de parte de estos grupos vandálicos de supuestos miembros del magisterio guerrerense, nos muestra que los límites de la tolerancia están siendo desafiados, pero lo que más llama la atención es la indiferencia de las autoridades tanto locales como federales, que se limitan a decir que hay que seguir aspirando al diálogo, y que están dispuestos a escuchar todas las voces, lo malo es que parece que no escuchan que las voces de estos grupos de vividores como lo son los miembros de la CETEG, sólo sirven para vilipendiarlos y retarlos, ante la falta de valor y carácter para restituir la tranquilidad a los guerrerenses, que han tenido que soportar todo tipo de vejaciones, como son que les tomen la Autopista del Sol, que les bloqueen el acceso a los centros comerciales, que les obstruyan el paso por las calles principales de Chilpancingo, y lo que se les ocurra esta semana a este grupo de facinerosos.

Lamentablemente esta situación se ha comenzado a presentar también en Michoacán, y en la toma de la Torre de Rectoría de la UNAM, parece que ahora para tener impunidad basta con taparse la cara con un pañuelo, y mostrarse ante los medios masivos de comunicación, para que el trato que se les dé a estos tipos sea uno lleno de consideraciones, ya que de lo contrario cualquiera que los trate de enfrentar será reprendido por las comisiones de derechos humanos. Cómo han cambiado los tiempos, cuando yo era un niño, siempre consideré que quien se tapaba la cara para delinquir era un delincuente, ahora parece que debo aprender que quienes actúan de la misma forma en estos tiempos en mi país, son luchadores sociales.

Regresando al asunto del estado de Guerrero, es ridículo que el gobernador de ese estado, haya mencionado el pasado viernes, que ya se habían liberado más de 30 órdenes de aprehensión en contra de algunos miembros del magisterio, los cuales han estado involucrados en todos estos delitos, cuando todos sabemos que los mismos están en lo que han dado en llamar su campamento, al menos yo quisiera saber quién va a ir a ese lugar a detenerlos, cuando saben que el resto de los que ahí se encuentran no lo van a permitir.

En cuanto a lo que viene sucediendo en la Torre de Rectoría, no entiendo a la comunidad universitaria que permite que un grupúsculo  de aprendices de porros, tomen la Rectoría, cuando está comprobado que varios de los ahí ahora acampados, ni siquiera son estudiantes de la UNAM. Yo esperaría que los verdaderos estudiantes de la máxima casa de estudios de este país, retomaran su Rectoría, o sea que desalojen a estos vándalos. En mis años como estudiante de la UNAM, jamás me dejé arredrar por los porros, al contrario siempre los enfrenté, recuerdo que cuando ingresé a la Preparatoria 8 de la UNAM en el año 1976, un famoso porro que era un vividor en esa escuela, trató de robarme un suéter, cuando le dije a mi hermano Alfonso lo que me había pasado, pensando que me podría ir a defender, lo que obtuve de él fue un consejo, “si te dejas una vez, no podrás quitártelo de encima”, y así que lo enfrenté una vez, y no tuve que volver a soportarlo.

Con toda sinceridad la toma de Rectoría es hasta anacrónica y es expresión de trasnochados que aún no entienden que estamos en el siglo XXI, sólo espero que en los próximos días podamos ser testigos de autoridades que impongan el Estado de Derecho y hagan valer la ley, lo que le pasa a los guerrerenses no se vale, sus niños siguen sin regresar a clases y ese tiempo no se puede recuperar, más allá de la discutida Reforma Educativa, lo que estos nefastos miembros del magisterio guerrerense persiguen es mantener sus prebendas y canonjías.

En estos momentos en que debemos pensar en la educación como el único medio para sacar adelante este país, estos vividores no tienen cabida, es un insulto seguir pensando que estos individuos se atrevan a decir que son profesores o como ellos se autodenominan “maestros”.



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