The Independent, un diario en línea (entiéndase por este término, un periódico de Internet), publicó el jueves una pequeña nota acerca del científico Stephen W. Hawking, conocido mundialmente por el desarrollo de la Teoría de los Hoyos Negros (Black Holes) que definió su carrera. Si bien en el desarrollo de esta teoría participaron otros genios científicos como Roger Penrose (autor entre otros libros de La nueva mente del emperador y El camino a la realidad: una guía completa a las leyes del Universo), fue Hawking quien tomó la postura más abierta y arriesgada con sus teorías acerca de la física que gobierna el Universo. La obra más famosa de Hawking es A brief History of Time (Breve Historia del tiempo, 1988) donde aborda la historia del Universo desde el Big-Bang hasta los hoyos negros. 22 años en los que la ciencia ha avanzado vertiginosamente, y ha mostrado que las Teorías del más popular científico de nuestro tiempo no estaban del todo correctas. Durante una lectura este pasado miércoles en un hospital de Los Ángeles, en el estado de California, en nuestro vecino país, Estados Unidos, Hawking dijo que su más grande error en su carrera científica había sido el considerar que los Hoyos Negros absorben toda la materia a su alrededor y no dejan escapar nada. Sin embargo, Hawking, su obra, sirvió para darnos una idea general de cómo funciona el Universo y señaló una nueva era de la concepción humana al respecto. Otro influyente científico de nuestro tiempo es Timothy John Berners-Lee quien dio origen al Internet, que se convirtió en la más grande revolución humana desde la invención de la imprenta. Por supuesto en la mención de mentes brillantes, Noam Chomsky con su teoría lingüística de la Gramática Generativa que intenta explicar la estructura del lenguaje y su correlación con el pensamiento. El matemático Persi Diaconis que cambió radicalmente la concepción del azar en los modelos matemáticos de los conjuntos, inventando un modelo probabilístico que ayuda a resolver problemas de aleatoriedad. Alan Guth, físico teórico y cosmólogo que desarrolló la teoría de la “Inflación” que intenta explicar el actual estado de nuestro Universo. Donald Knuth que en el campo de la computación sentó las bases y dio nombre al análisis de los algoritmos. Frederick Sanger premio Nobel de Química en un par de ocasiones, descubrió que las proteínas poseen estructuras específicas, con lo contribuyó a determinar la secuencia del ADN. Gracias a sus descubrimientos se pudo producir la Insulina, entre muchas y muy valiosas cosas. Charles Townes quien inventó el rayo láser. Craig Venter que se dedica a secuenciar el Genoma Humano, en una de las investigaciones que seguramente cambiarán la historia de la humanidad. James Watson y Sir Francis Crick, quienes descubrieron la estructura helicoidal del ADN. Stephen Weinberg, cuyos trabajos sobre la unificación de las fuerzas de la física le valieron el Nobel en 1979 por combinar el electromagnetismo con la fuerza Nuclear Débil en colaboración con Abdus Salam y Sheldon Glashow. El matemático Andrew Wiles quien tuvo el mérito de haber resuelto uno de los enigmas más antiguos de las matemáticas, la Conjetura de Fermat. Un teorema que se consideraba irreconciliable y que le dio el grado de genio en el mundo de las matemáticas. Y en esta lista, no podrían faltar mentes como la de Isaac Newton, Nicolás Copérnico, Charles Darwin, Albert Einstein, Madame Curie, Edward O. Wilson con sus trabajos en el campo de la sociología y la biología, Bacon, Plinio el Viejo, Aristóteles, Sócrates, Antoine Lavoisier, y miles, literalmente miles de personas que a través de la historia, fueron coadyuvando a conocer la vida y el universo en el que habitamos. Muchos de los estudios y descubrimientos que se han realizado en que en algún tiempo se tuvieron por válidos y certeros, al paso del tiempo se han corregido o ha sido demostrado que estaban equivocados. Igual que le sucedió a Stephen Hawking con su teoría de los Hoyos Negros, o a Einstein cuando sostuvo que el Universo no estaba en proceso de Expansión, el mérito de estos pensadores, científicos y genios, radica en que en su tiempo ofrecieron una visión distinta de la vida y de sus accidentes. Dieron la opción de considerar la existencia desde otro punto de vista. Y el hecho de que sus conceptos hayan sido mejorados o adecuados a la realidad, no les resta ningún mérito, pues su visión de un mundo distinto es la causa de que ahora poseamos un mejor entendimiento de las cosas y de nosotros mismos. Al fin de la cuenta, de Juan Jacobo Rousseau a Edward O. Wilson, la búsqueda es una y la misma: la verdad sobre nosotros y el universo en el que habitamos. Antropólogos como Claude Levi-Strauss, lingüistas como Saussure, cosmólogos como Galileo, pensadores como Séneca, aunque no del todo ciertas sus observaciones y modelos de la realidad, fueron el paso primero, necesario y loable, para que mentes posteriores aplicadas a cada cuestión, pudieran rendir frutos basadas en teorías de antaño. Le debemos a todos estos grandes pensadores, científicos y genios, la develación de un Universo que no siempre es franco ante nuestras observaciones. Piedras primeras en la edificación de una cultura que nunca está terminada y que, siempre, qué bueno, está descubriendo nuevas cosas, elaborando nuevos modelos de la realidad, estructurando nuevas teorías en la búsqueda eterna de saber más y conocernos.