En la realidad política de nuestro país, todo parece hacernos creer, que existe una serie interminable de temas a los cuales, no queremos ponerles un “hasta aquí”, y siempre nos ubicamos donde mejor nos veamos, y tratando de evitar que se nos señale cerca de los malos de la película. Señalo esto porque ahora que se han venido realizando las tomas de carreteras y bloqueos a centros comerciales, de parte de los miembros de la CNTE en Oaxaca y Guerrero, los más de los analistas y comentaristas políticos, le exigen tanto al gobierno federal como a los desubicados gobiernos estatales de esas entidades que utilicen mano firme con los maestros que se oponen a la Reforma Educativa; pero curiosamente esos analistas y comentaristas políticos son los mismos que de manera automática señalarían que los gobiernos son represores, y que se permitió el abuso de la violencia contra quienes sólo expresaban su inconformidad ante el tema señalado, y que hacían uso de su derecho de manifestación.
En éste como en otros asuntos que tiene que ver con la actuación gubernamental, ya se han creado históricos esquemas de descalificación, que hacen pensar que no habrá actuación, que sea soportada por estos líderes de opinión. Dicen que “para muestra un botón”, y esto se evidencia de forma muy clara cuando uno analiza la situación que ha venido prevaleciendo desde que Gabino Cué llegó como gobernador a Oaxaca, la inmensa mayoría de los analistas que ahora lo cuestionan severamente, fueron los mismos que siempre hicieron escarnio del ex gobernador Ulises Ruiz (sí el de la clínica particular millonaria, que se construyó con el gobierno del pueblo oaxaqueño), diciendo que era increíble que no pudiera solucionar el problema del magisterio oaxaqueño, y que no metiera en cintura a la APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca), y que seguramente estos asuntos tendrían otro destino si el gobernador fuera precisamente Gabino Cué, al que decían que le había ganado la gubernatura Ulises Ruiz mediante un fraude.
Así las cosas la situación que hoy se viene viviendo en Oaxaca es muy parecida a la del sexenio pasado, nada más que ahora se han perfeccionado los mecanismos de presión del magisterio oaxaqueño, y sólo es cuestión de tiempo para que de no hacerse algo verdaderamente extraordinario, veamos de nuevo a grupos de presión oaxaqueños apoyando a los miembros de la CNTE, y poniendo en una verdadera encrucijada a Cué Monteagudo, a quien la semana pasada escuché en una entrevista que le realizó Carmen Aristegui, y al que en no menos de ocho ocasiones, le oí decir “no sé si me explico, Carmen”, y por lo cual ahora sí entiendo por qué está Oaxaca como está.
En parecida situación se encuentra el estado de Guerrero con su gobernador Ángel Aguirre, que en verdad creo que podría ser gobernador otras cuántas ocasiones (ya había sido gobernador interino), y no aprendería los mecanismos y las formas de hacer gobierno, porque en realidad que es aberrante ver lo que está pasando con su estado, al cual tiene absolutamente a la deriva y controlado por la delincuencia organizada, que ha hecho lo que ha querido con los guerrerenses.
Por ello es que señalo, que casos como éstos que suceden en Oaxaca y Guerrero, son ejemplos en los que todos podríamos secundar a los analistas y comentaristas políticos, para pedir que se use mano firme, pero debemos hacerlo entendiendo que también podemos denostar de las actitudes de las fuerzas que hagan prevalecer el Estado de Derecho.
Creo que nadie que en verdad esté preocupado por hacer prevalecer el Estado de Derecho estará pensando en que se repitan los innumerables casos en que las fuerzas del orden se han excedido en la aplicación de la fuerza, y hemos tenido que lamentar muchas violaciones de los derechos humanos; pero indiscutiblemente que tampoco estamos pensando en que dejemos que grupos de presión como la CNTE secuestren la libertad del resto de los habitantes de ninguna de las entidades federativas del país; es ahí donde debemos insistir en que los gobiernos federal y estatales demuestren sus capacidades de negociación política, y le den la certeza a sus conciudadanos que pueden hacer prevalecer la tranquilidad y la paz en sus entidades.
Sin el ánimo de polemizar sólo quiero hacer una acotación al respecto, curiosamente en ambos casos, Oaxaca y Guerrero, los gobiernos que hoy se encuentran en esa responsabilidad, son encabezados por sendos ex priístas, que defenestraron de ese partido y llegaron a las gubernaturas representando a alianzas de los partidos opositores, en el caso de Gabino Cué Monteagudo por la alianza PAN-PRD, y en el caso de Ángel Aguirre Rivero por la coalición PRD-PT-Convergencia, lo cual demuestra que poco es lo que esas alianzas o coaliciones ayudan a tener un espectro mayor de operación política que le permita una real gobernabilidad a esas administraciones públicas, que a fin de cuentas se empatan en los mismos conflictos y problemas, que en el pasado reciente le sucedieron a quienes les antecedieron en la misma responsabilidad.
Debemos preguntarnos qué entendemos por actuar con todo el peso de la Ley, y tratar de generar una mayor dinámica de acuerdos políticos, por el bien de todos, si no seguiremos tropezándonos con la misma piedra, sin importar con qué pie lo hagamos.