- Favorece desproporcionadamente a los sectores de más altos ingresos
- Generó merma de 467 mil millones de pesos en los últimos tres años
Es necesario modificar el subsidio a la gasolina en México, dijo el economista Ricardo Rodríguez Vargas, regido por un precio administrado, relativamente estable pero poco sensible a los movimientos abruptos del mercado externo.
Agregó que el mecanismo para estabilizar el precio de las gasolinas es el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que puede ser positivo o negativo, dependiendo del precio internacional de la gasolina: cuando el precio en México es más bajo que en el exterior, a través del IEPS resulta la aplicación de un subsidio.
Explicó que este subsidio es regresivo, porque socialmente favorece de manera desproporcionada a los sectores de más altos ingresos, quienes concentran el mayor poder de compra y poseen medios de transporte que consumen un elevado nivel de combustible. “Incluso, la Organización Económica para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha planteado su modificación al sustituir el mecanismo actual con un impuesto especial al consumo. Los subsidios a la energía son ineficientes como mecanismo para reducir la pobreza, ya que la gran parte de estos subsidios es absorbida por los grupos de mayores ingresos”.
Consideró el economista que el establecimiento del IEPS a la gasolina y al diésel, conforme al Artículo 2-A, Fracción I, “no ha funcionado como instrumento de recaudación, y ni como una medida que desincentive el uso del combustible y disminuya el consecuente daño al medio ambiente”.
Por el contrario –añadió- el gravamen ha generado una merma para las finanzas públicas de aproximadamente 467 mil millones de pesos en los últimos tres años, lo que representa cerca de siete veces el presupuesto destinado al programa Oportunidades en 2013, un poco más del presupuesto global del IMSS o casi mil teletones.
Rodríguez Vargas puntualizó que no obstante lo idóneo de eliminar el subsidio a la gasolina, “habrá que ser muy cautelosos, sobre todo por el efecto que pudiera tener en el nivel general de precios, tomando en cuenta que la inflación es un impuesto que daña más a los individuos de menores ingresos y que la gasolina es uno de los insumos que se emplea de forma generalizada en la cadena productiva”.
El alza de los bienes cuyo precio es administrado por el gobierno pudiera tener un efecto no marginal en el nivel de inflación, alrededor de una sexta parte de la inflación pudiera tener que ver con un incremento en la gasolina, indicó el especialista.
Finalmente, concluyó que antes de desregular el precio doméstico de la gasolina, tendrán que darse ciertas condiciones en la economía nacional que permitan al grueso de la población absorber el impacto en su precio, es decir, que tendría que aumentar, previamente, la tasa de crecimiento económico y distribuir equitativamente el ingreso.
Foto: Roberto Guerra