Nuevo edificio que sirve para seguir construyendo ciudadanía, y que nos permite continuar con la firme voluntad del periodismo ético, porque alguien tiene que decirlo. Mucho se ha dicho de lo que el actual gobierno federal ha comenzado a esbozar como las pautas en las que hará gobierno Enrique Peña Nieto a lo largo de su sexenio, pero en términos reales poco es lo que la gente común percibe en su realidad, y con lo cual, se vuelve a repetir el esquema tradicional en que históricamente se ha conducido la Presidencia de la República, en este México de las extraordinarias desigualdades. Así como en los medios masivos de comunicación se ha dado un seguimiento puntual a lo que ha sucedido en los poco más de 100 días de la administración federal, donde se ha ido desde las reformas en sectores que aún en el pasado casi inmediato parecían imposibles, hasta el fenómeno de la detención de Elba Esther Gordillo (intocable hasta hace tres meses atrás), pasando por una apresurada necesidad de reaparecer en el escenario internacional; a la población en general, la inmensa mayoría de estos asuntos se le hacen demasiado complejos para entenderlos, o peor aún, los concibe como poco relevantes, para que éstos les modifiquen sus condiciones de supervivencia en que se encuentran inmersos de mucho tiempo atrás. En este esquema de escenarios diversos en que gravitan los diferentes conceptos de realidades, se corre el riesgo de que la acción de gobierno, sea fácilmente desatendida, y que sólo se distinga lo que puede aún alterar más las condiciones de desigualdad que prevalecen entre los diferentes México, que aún no han logrado acercarse a un punto medio, que nos permita comenzar a construir un presente, teniendo como base la identidad nacional. Por ello, es que en aspectos torales de la demanda ciudadana, es donde el Gobierno de la República, debiera empezar a incidir, ya que de lo contrario será fácil presa de sus detractores, que ya han comenzado a señalar que se actúa de forma selectiva, que así como se detuvo a la lideresa del SNTE, se debiera actuar contra el sempiterno y corrupto líder ferrocarrilero, quien vergonzosamente es Senador de la República por el PRI; o igual se ha cuestionado que sigan sin emprender acción legal contra un importante número de ex gobernadores que se enriquecieron de manera escandalosa en los últimos años, y de ellos el que encabeza la lista es Humberto Moreira, a la sazón presidente nacional del PRI, cuando este partido nombró a su candidato a la Presidencia de la República, en la persona del actual jefe del ejecutivo federal. Sin duda que varias de las acciones emprendidas por Peña Nieto, son muestra fehaciente de la actitud que pretende tomar como característica de su administración federal, pero lo real es que han sido manejadas por sus estructuras de difusión institucional con poca claridad y con ausencia de inteligencia, y varias de ellas han terminado por dejar más dudas que respuestas, y si no que le pregunten al ciudadano común qué significa la reforma educativa, y verán que éste les dirá que fue el artilugio para deshacerse de Gordillo Morales; si les preguntan de la reforma en telecomunicaciones, lo único que posiblemente escucharán es que ahora Carlos Slim tendrá su televisora, y Televisa y TV Azteca, entrarán al mercado de la telefonía, y así sucesivamente sobre cada tema que cuestionen. Todos estos mensajes del gobierno federal parecen a ciencia cierta estar dirigidos a los poderes fácticos, o los que con el ejemplo de Gordillo Morales (un botón de muestra), se les hace ver que es mejor “ponerse de acuerdo”, y que la fiesta se puede llevar en paz, si todo se arregla en el diálogo. Y si no volteen a ver el Pacto por México, y los costos que ahora mismo le significan al presidente nacional del PAN, y que sólo servirá para que en coyunturas electorales se preste a que la negociación se encarezca, y resurja el fantasma de las concertacesiones electorales, donde a cambio de que las oposiciones apoyen iniciativas y propuestas del gobierno federal y su partido, se les pida a estos últimos “muestras de buena voluntad” en algunas entidades federativas donde habrá elecciones en este año. Nadie puede discutir la imperiosa necesidad que le aqueja a la sociedad mexicana de encontrar liderazgos políticos, pero esto mismo, no puede ser malinterpretado por el gobierno federal, y que la lectura de esto sea que el pueblo “sigue aguantando”, porque en realidad el “horno no está para bollos”. Después de que el PRI celebró su XXI Asamblea Nacional donde modificó parte de sus documentos básicos, y dio pauta para la discusión de sus compañeros diputados federales y senadores para el asunto del IVA generalizado en alimentos y medicinas, las oposiciones les podrán hacer pagar caro este tema, dado que el PAN tratará de cobrar la afrenta de lo que el PRI les hizo en los pasados 12 años en que les atoró sus reformas estructurales, y el PRD de manejar muy puntual exhibirá a los priístas en el sentido de que quieren lesionar aún más la economía de las familias mexicanas, en especial de las más vulnerables desde el punto de vista económico. Si Peña Nieto y su partido, quieren hacer realidad su propuesta de “transformar a México”, deberán ser más cuidadosos con sus tiempos políticos y recordar que la población mexicana está ansiosa de encontrar a quien les hable con la verdad y a quien quiera gobernar con ella y para ella.