Si hay algo que mejor revela el “leit motiv” de la detención de Elba Esther Gordillo Morales es la afirmación que hiciera en días pasados a la revista Proceso, el gobernador de Aguascalientes, José Carlos Lozano de la Torre, al afirmar que la dirigente nacional del SNTE “había estirado más de la cuenta la liga” por sus cuestionamientos y movilizaciones contra la reforma educativa impulsada por Enrique Peña Nieto, por lo que las acciones que derivaron en su aprehensión “ya se veían venir”. Esta cínica declaración demuestra a todas luces que la detención de Elba Esther Gordillo se realizó “al margen de la ley” y nada tuvo que ver con la justicia o la defensa de los intereses de los trabajadores al servicio de la educación. Resulta obvio que si de erradicar la corrupción y la impunidad se tratara, cárceles faltarían en México para encerrar a todos aquéllos que en el ejercicio del poder sobornan, extorsionan, defraudan, hurtan caudales del erario público, trafican con influencias y se enriquecen ilícitamente. El encarcelamiento de la líder nacional del magisterio fue producto de una indagatoria realizada por dos ex procuradores del Estado México que sirvieron a Peña Nieto en el gobierno mexiquense, Alberto Bazbaz Sacal y Alfredo Castillo Cervantes, actuales titulares de la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP y subprocuraduría general de la república respectivamente, mismos que armaron y desarmaron a su antojo el escandaloso caso de la niña Paulette Gebara Farah, a quien primero la dieron por desaparecida y secuestrada, luego sostuvieron que fue asesinada por sus padres y por último acabaron dictaminando que la niña murió de asfixia en su propia cama. El PRI está de regreso con los mismos vicios y prácticas del pasado que dan cuenta de su aberrante totalitarismo y su justicia misógina y selectiva. La impunidad de los hijos predilectos del régimen tricolor como los Granier, Hank Rohn, Montiel, Moreira, Romero Deschamps y Yarrington seguirá porque así conviene a los intereses de los dandis en el poder, signatarios del Pacto por México. No es casualidad que previo a los trabajos de la asamblea nacional del PRI que aprobó gravar el IVA en alimentos y medicinas se montara el show mediático de la detención de Elba Esther cual capítulo de La Rosa de Guadalupe con el propósito de darle legitimidad a un gobierno que compró la presidencia con la ayuda determinante de la fundadora del Partido Nueva Alianza, que dilapidó recursos al por mayor para “arrimarle votos” al que hoy ordena su encarcelamiento. A final de cuentas los más interesados en la detención de Elba Esther fueron las televisoras comandadas por Azcárraga Jean y Salinas Pliego a quienes más les conviene educar a la niñez y juventud de México en la burla y el engaño social para seguir lucrando con las telecomunicaciones puestas al servicio de la distracción como un estrategia de comunicación social del gobierno para la promoción institucional de la estupidez, banalidad, incultura y vulgaridad. Con ello dan prioridad a la mediocridad impuesta por la Telecracia como asignatura educativa donde el análisis racional y la crítica estén supeditados al factor emocional que haga a un lado la conciencia del pueblo y que el subconsciente implante o injerte las ideas, deseos o miedos que induzcan las conductas sociales deseadas por los poderes fácticos. El lingüista Noam Chomsky define la distracción como una de las “10 Estrategias de Manipulación” a través de los medios masivos de comunicación que explican claramente el caso de Elba Esther Gordillo: “El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.” Así las cosas, gravar el IVA en alimentos y medicinas y privatizar el petróleo, bien vale ocultarlo tras un escándalo mediático como el de Elba Esther Gordillo. El PRI está de regreso y la impunidad también. No cabe duda que AMLO siempre tuvo razón y Morena significa hoy una vía real y auténtica para seguir luchando por la transformación del país.