- “Dios perdona al pecador arrepentido”, asegura el obispo
- La noticia cayó como un rayo en un cielo sereno, pero hay que mantener la calma
-Al asumir su puesto el Papa Benedicto XVI, pidió perdón por los pecados de la Iglesia. ¿En estos ocho años de pontificado, fueron expiados? –Preguntó La Jornada Aguascalientes, al obispo José María de la Torre Martín.
-¿Qué te diré? Mira, es más grande la misericordia de Dios que los pecados… Dios perdona al pecador arrepentido… –Respondió el prelado. (Al renunciar, Joseph Ratzinger pide perdón, ahora por sus defectos).
En su conferencia de prensa de los lunes, de la Torre Martín pidió serenidad, “que no cunda el pánico”, reiteró al comentar la renuncia del Papa, a partir de las 20:00 horas del próximo 28 de febrero, y ponderó el pensamiento de Ratzinger:
“En plena tormenta no es conveniente renunciar, pero sí lo es en tiempos de serenidad. Soy consciente que este ministerio, dada su naturaleza espiritual, debe ser llevado no sólo con palabras y hechos, sino con oración. En el mundo de hoy, sujeto a cambios rápidos, son necesarios, tanto la fortaleza de mente como la del cuerpo”.
Muy temprano, como a las seis de la mañana, de la Torre recibiría un telefonema, solicitándole su comentario acerca de la renuncia del Papa: “pedí esperar a que la Nunciatura me confirmara. Luego escuché por la radio, un comunicado oficial del Episcopado. El padre Lombardi ya lo había dicho, el santo padre con coraje y sinceridad ha tomado la determinación de su renuncia.
“Conforme al Derecho Canónico, ya lo había anunciado en el libro La Luz del Mundo, hace dos años lo había dicho y ahora, como un rayo en un cielo sereno cayó esta noticia que, en un momento desconcierta, pero que debemos asumir con gran serenidad. El santo padre ya no tiene las fuerzas, ni la salud, ni la energía para seguir”.
Se espera que el próximo cónclave lleve los trabajos que siguen. “Me sorprendió porque hoy mismo íbamos a dar su mensaje, tenía programadas una serie de actividades como canonizar a la mexicana, la madre Lupita, y por empezar la Cuaresma, la Jornada Mundial de la Juventud”.
Añadió que Benedicto XVI toma la decisión en conciencia, se despide con palabras de mucha sencillez, cuando asumió este mandato lo asumía en la fe; “‘servidor de la verdad’, es y seguirá siendo su lema episcopal. Deja de ser obispo de Roma y pasa a ser obispo emérito, en México tenemos más de 30 obispos eméritos. Yo creo que pensaron muy bien esto de la renuncia de los obispos a los 75 años, es irrevocable”, subrayó de la Torre, y leyó un fragmento del pensamiento Papal:
“Queridísimos hermanos [les dice en reunión consistorial] les doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo porque han llevado conmigo. Pido perdón por todos los defectos, confío la Iglesia a ustedes. Que María asista con su bondad a los cardenales a elegir a mi sucesor. En el futuro quiero servir a Dios con una vida dedicada a la plegaria”.
De la Torre cuenta que Lombardi, el cardenal Solano, que es el decano secretario de Estado, ya sabía e improvisó en aquella reunión unas palabras y le ofreció a Benedicto XVI su apoyo y simpatía: “le hemos escuchado con un sentido de casi incredulidad, estamos más cerca que nunca como estos ocho años”.
Joseph Ratzinger se va a Castelgandolfo para que se prepare el cónclave, expresó su deseo de vivir en un monasterio de clausura en el Vaticano.
Añadió: “algo inédito, honestamente dice que ha disminuido el vigor de su cuerpo y de su alma, con coraje toma la decisión irrevocable; lúcidamente, plenamente consciente y libre. Que no cunda el pánico, el jefe es Cristo Jesús, quien dijo ‘estaré con ustedes hasta el final’”.
Serenidad, “decía el Papa, tal parece que estaba llevando a cabo el programa cuando abrió el milenio, hay que ver el pasado con gratitud, afrontar el presente con entereza y avistar el futuro. Afrontó firmemente los desafíos de la Iglesia y supo enfrentarlos muy bien. Tomó decisiones muy firmes, la última, la convocatoria al Año de la Fe. Agradecerle como fieles, que pronto los cardenales y el Espíritu Santo tomen la decisión adecuada. ¿Quién sabe quién será el sucesor?”
-¿Renunció por la edad o por los escándalos de la Iglesia?
De la Torre Martín evadió la pregunta y prefirió relatar los momentos más dramáticos del cónclave, cuando se elige a un Papa: es el de firmar la boleta, según relatara a su amigo José María el cardenal emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, “porque cada quien presenta su boleta, a los ojos de los demás”.