{El Táctico / El Conejo de la Luna} La camiseta no. 12 - LJA Aguascalientes
16/11/2024

 

Mientras mejor se juegue en cada deporte, las probabilidades de ganar aumentan, siempre y cuando se sume a la calidad, objetivos claros, efectividad, un poco de suerte… y un ambiente óptimo para desarrollarse.

Tal como si hiciésemos un pastel, el deporte está lleno de ingredientes que si bien, éstos pueden ser suplidos, necesitan de condiciones dadas para que éste luzca.

En el futbol los ingredientes son variados y ése es el sabor que impregna al aficionado, prepararse para un partido es todo un rito. La decisión está en ir al estadio o seguirlo por alguna señal que lo transmita, comprar boletos y vestirse con la camiseta o preparar alguna botana, ir a un bar e igual traer bien puesta la camiseta.

Todo el entorno listo para ser el decimosegundo jugador que aliente, que grite, que sufra, que disfrute desde el lugar que esté, siempre buscando que ese último suspiro antes de quedar afónico sea el que dé la energía necesaria para gritar gol.

Pero cuando el ritual cambia, todo cambia. ¿Qué pasó en el Azteca el miércoles pasado?, la Selección que los mexicanos apoyamos no jugó para ganar como nos tiene acostumbrados, nos vimos superados por una pobre selección jamaicana y el rito paró, el aliento cayó… el Azteca, la gran casa volteó.

Los aficionados presentes en el Coloso que asegura la victoria se voltearon contra su equipo, su selección. El combinado jugó mal, sí, se confiaron y merecen que se les exija más, están obligados a rendir cuentas finalizado el partido y quedan a deber a su afición y a todo un país en un hexagonal del que no habrá excusas al llegar a su término.

Eso y más se merece cada jugador en el terreno de juego, el técnico y hasta Corona es llevado por la cola de sus compañeros.

Pero, ¿para qué tanto rito?


El amor a la camiseta no se termina por 60 minutos de pésima exhibición, la afición es una con el equipo y las gradas son un factor más del juego. Si la Selección pierde, perdemos todos.

La localía también jugó mal, los ausentes de la cancha y próximos de las tribunas también jugaron mal. No existió la presión del Azteca, dejamos que los caribeños comieran de nuestras mieles y en lugar de presionarlos los apoyamos. Nos burlamos de los nuestros, jugamos para el contrario.

Esto ha pasado contra Jamaica, espero nunca pase en contra de Estados Unidos y nunca más vuelva a pasar en contra de otro combinado. El Azteca y el territorio nacional es nuestro, debemos hacernos valer; provocar el error, el nerviosismo, que sientan la casa, que sepan que México es uno sólo.

Nociva idiosincrasia que lentamente está evolucionando, espero el día en que las generaciones que están creciendo con la estela del 2005, 2011 y 2012 llenen los estadios, aquéllos que desde niños vieron hacer goles a Vela, Giovanni, Julio Gómez, Carlos Fierro, Oribe Peralta y compañía, aquéllos que con orgullo gritan y gritarán ¡Viva México! y demanden resultados, pero nunca, nunca le darán la espalda.

 


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