Manifiesto sobre la actividad política en el sector juvenil / José Luis Proa en LJA - LJA Aguascalientes
16/11/2024

 

 

México se enfrenta a su mayor reto del siglo XXI y es ahora cuando deben tomar la decisión crucial de cómo sortearlo. Hoy tenemos el mayor bono demográfico de nuestra historia que debemos saber aprovechar para fincar las bases de una nación sólida para las próximas generaciones. Sin embargo, si dejamos de lado, una vez más, a los jóvenes en una posición marginal, el bono se convertirá en un pagaré y estaremos hipotecando nuestro provenir de manera irremediable.

Los jóvenes de hoy se enfrentan a una coyuntura inédita. Siguen preocupados por las reglas y paradigmas de anteriores generaciones respecto a la educación y el trabajo sin darse cuenta de que tienen el conocimiento en sus manos, frente a sus ojos y en todas partes; tan sólo tienen que aprender a encauzarlo y sacarle todo el provecho posible al gran torrente de información.

Vivimos los albores de la era del conocimiento, la capacidad de aprendizaje se ha descodificado y la capacidad de saber se ha vuelto más accesible que nunca.

Aunque una gran mayoría de jóvenes dejan los estudios por verse forzados a trabajar o por frustración, no significa que eso los aparte de ser entes capaces de seguir aprendiendo habilidades y competencias que se conviertan en herramientas de mejora en sus vidas. El título universitario importa, pero importa más la capacidad de desempeño de quien lo ostenta y la seguridad en sí mismo para desarrollarse en una o varias labores independientemente si el joven tiene un determinado documento que lo acredite.

En este momento, los jóvenes mexicanos que no quieren aprender, formal o informalmente, es por una convicción personal.

La satisfacción laboral, el reconocimiento social derivado de esto más un salario satisfactorio es la fórmula para la estabilidad y el desarrollo. Cuando uno de estos elementos falla es inmediatamente perceptible en la personalidad y entorno de los jóvenes, pues son más vulnerables psicológicamente.

Aunque hoy, las nuevas generaciones son más tolerantes en aspectos humanos, ambientales y cosmogónicos, los jóvenes mantienen una firme barrera hacia la política y todo lo que de ella emane. No ven un aliado en el político sino un enemigo latente.


Vivimos en una crisis económica global que afecta a los países occidentales principalmente, entre los cuales estamos nosotros. Sin embargo, los economistas le auguran a México un futuro promisorio si se pone las pilas. Los jóvenes ven las cosas difíciles, atribuyen sus problemas a la crisis económica y la complicada situación laboral. Sin embargo ¿qué pasaría si la tendencia se revirtiera en los próximos años? ¿Están los jóvenes mexicanos preparados para aprovechar esa ola positiva?

Ésos son algunos de los retos que tenemos como miembros de la institución política vigente de mayor tradición en América Latina. Necesitamos ser evangelizadores de que lo mejor para México está por venir y necesitamos echar el resto para que así sea.

Por esa razón les presento este breve decálogo que agrupa algunas ideas y propuestas que nos ayudarán a concretar una propuesta atractiva y de certidumbre para un sector prioritario de nuestro país:

1. La participación política en los jóvenes debe responder a fijar una trayectoria política y no ocupar espacios sólo por la condición de edad. Un requisito importante para incursionar profesionalmente en cargos de representación sea una tríada que conjunte la lealtad y respeto por el acervo histórico, los valores y la ideología, el trabajo decidido a las diversas labores políticas y la congruencia entre el decir y el actuar.

2. Que la madurez en la juventud de hoy se está extendiendo debido a las expectativas de vida. Hoy un mexicano aspira a llegar a los 80 años de edad cuando en 1980 eran 65 años de edad. Eso nos obliga a reconsiderar las estructuras conductuales que, por consenso, les imponemos a los jóvenes.

3. El PRI debe impulsar políticas de desarrollo de psicología social capaces de brindarles habilidades y competencias de autovaloración y conexión con su contexto y cultura, alejándolos de falsas premisas y falaces promesas de triunfo y éxito basado en la fama y los beneficios fútiles que sólo generan vacío, llevándolos a la adopción de conductas antisociales y nocivas para la colectividad. La apatía del joven hoy es una manera de represión contra un Estado y un entorno que no lo está incluyendo, por ello es más que nunca necesario incluir a los jóvenes en la dinámica política y darles motivaciones para alejarles de ímpetus autodestructivos cuando no saben de qué manera canalizar la energía que la edad les brinda.

4. Podemos ser un constante y profundo formador de cuadros con cursos de alto nivel, grupos de discusión y recomendación de textos para enriquecer la capacidad de jóvenes en diferentes ámbitos, desde oficios hasta reforzamiento cultural.

5. Consolidar a las entidades de gobierno como semillero de ideas para fomentar el debate de ideas y la organización de foros especializados en los cuales se puedan expresar los jóvenes de diversos sectores, quienes a su vez nos nutran como entidad política y nos acerquen más a las soluciones conjuntas de sus problemáticas en un proceso de retroalimentación.

6. Dinamizar las representaciones juveniles de todos los sectores y organizaciones al interno del PRI con actividades propias de cada una de ellas, identificables y siempre con el objetivo de significar y propagar los valores políticos a los que estamos suscritos.

7. Es importante sentar valores en los jóvenes como el respeto a sí mismos, el respeto a la vida y el respeto al prójimo. El valor del trabajo como vía para enriquecer el espíritu y hacerles ver que los valores materiales son un medio para lograr la felicidad y no el fin de la misma.

8. Será imperante el contacto directo del actor político con el sector juvenil. En sus centros de estudio, en puntos de reunión, en actividades lúdicas y culturales, la presencia del político en la cotidianidad del entorno del joven debe ser una constante. Sólo así podremos revertir el efecto negativo que hoy sostienen ese segmento respecto del actor político.

Ahora más que nunca debemos estar conscientes de que estamos rompiendo las barreras de tiempo y espacio mediante la inteligencia que produce tecnología.

Ahora más que nunca tenemos que propagar el mensaje de progreso y hacer presente que vivimos en una colectividad, México, y somos todos con él. Si alguien hace un mal nos afecta a todos y si varios hacemos el bien el beneficio se reparte y es total.

Ahora más que nunca nuestras palabras deben estar llenas de ganas, de pasión y de luz para propagar el amor por nuestra nación iluminando a aquéllos que están aturdidos en la sombra.

Mantengamos esa conectividad y sistemáticamente regresemos la esperanza a quienes desean algo en qué creer. Por México, por Aguascalientes, por el Partido Revolucionario Institucional, por nosotros y por nuestro futuro.

* Presidente de Progreso Organizado para Aguascalientes


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