Antes que nada, quiero agradecer la oportunidad con la que me distingue La Jornada Aguascalientes y sus directivos al brindarme el espacio para expresar mis opiniones en este prestigiado diario a partir del día de hoy, soy un convencido de que la realidad social proyectada desde los medios de comunicación plasmando las diversas opiniones aportan al ejercicio diario de la democracia elementos fundamentales para el análisis y la reflexión; elementos que el lector atenderá o no, compartirá o no, pero que son fundamentales para construir esa conciencia social que inevitablemente nuestro país y estado requieren con urgencia, para evitar el retroceso que lastimosamente se ha hecho presente en el ejercicio de gobierno en distintas entidades federativas en México, por supuesto Aguascalientes no está exento, asumo este espacio como invaluable herramienta para entregar con respeto y humildad mis argumentos en pro de la construcción del mayor patrimonio de quienes tenemos un lazo indiscutiblemente afectivo con esta tierra en la que nacimos y habitamos; nuestra nación.
Es real y autentico que existe un desencanto de la política en los ciudadanos, sin embargo es justo decirlo, también es sorprendente el empeño de distintos sectores económicos hegemónicos en México el interés por desprestigiar todo acto o acción que se toma desde el espacio de representación popular, como lo puede ser cualquier congreso local o el propio de la unión para desvirtuar cambios en materia legislativa que inciden directamente en beneficio de los ciudadanos cuando estos afectan privilegios obtenidos en el pasado, gran cantidad de ejemplos existen en esta materia, y no es coincidencia que la brecha entre pobres y ricos cada vez se haga más grande, ante esta mezquina postura, el crear mayor acceso de los jóvenes al mercado laboral y cancelar requisitos para que las mujeres en diferentes circunstancias puedan también obtener un espacio remunerado por su trabajo son solo algunos de los beneficios que tendría el hecho de que la reforma laboral fuera liberada por los sindicatos y grupos al servicio del PRI, el temor que se ha transformado en pánico ante el hecho de que estos cambios pudieran repuntar las cifras en la creación de empleos se antepone al interés y beneficio de la gente.
Es ahí en donde radica la diferencia entre unos y otros, es ahí en donde está la titánica tarea y misión de los distintos actores e institutos políticos para exponer con claridad meridiana lo que se hizo, lo que se hace y lo que se deberá de hacer en esta defensa paciente y tenaz de la democracia que no es otra cosa más que la soberana decisión de que los ciudadanos elijan a quienes estarán al frente de las instituciones de la administración pública, sin el estigma tristemente histórico de que son superiores, recordando todos los días que el poder emana de la gente, del pueblo, puntualizando que los votos no otorgan facultades ni poderes divinos, los semidioses y monarcas ya no existen.
El contraste no faltará y desde luego, no debe sorprendernos, que lo que se busque por algunos otros, sea anular la larga lucha de vida democrática que el país debe librar aún, y que se ignoren los agravios que marcaban con tristeza el rostro de México, que se ignore y se olvide la insalubridad, la corrupción, el autoritarismo y la represión que sufrimos, que amenaza con regresar, pero que hoy; en esta historia moderna del país se ha acreditado una autentica construcción de respeto a los derechos humanos, de políticas públicas equitativas, de crecimiento económico, de vía de legalidad y sensatez para el país.
La perspectiva que tenemos hoy hacia el futuro que es lo que a los jóvenes les interesará es definitivamente mucho la mas halagadora y efectiva en nuestra historia; como nunca antes se tiene estabilidad económica y una atracción de inversión inmejorable, la posición geográfica ubica a nuestro país como una naciente potencia en energías renovables que será el sector productivo que mas incida en la creación de riqueza en los próximos años, y que afortunadamente no será otro monopolio gubernamental saqueado e incompetente y rezagado como lo fue PEMEX durante muchos años, la seguridad pública, es sin duda, una asignatura pendiente en la que tienen que trabajar conjuntamente; municipios estados y federación, nadie lo ha negado pero no todos se han comprometido.
Lo fundamental e importante se encontrará en la capacidad y talento que debemos de tener quienes podamos asentar en la opinión pública con argumentos y razones que la intervención y participación ciudadana son la fuerza que deberá de mover las voluntades tras un pleno y real convencimiento que impida que la visión individual o parcial ajena al interés general establezca políticas públicas excluyentes, discriminatorias, lejanas y estériles, debemos, quienes participamos en política; pugnar porque la sociedad se empodere y se convierta en una autentica voluntad colectiva permanente para evitar, a toda costa, que se imponga la mercadotecnia electorera vacía de sustancia y contenido implementada hoy por auténticos clanes corporativos ubicados y distinguibles ante la unidad que se hermana en las ideas, sobre todo, en la razón; la unidad que se conjuga en las legitimas demandas que se vertebran en las convicciones enmarcadas dentro las garantías y derechos fundamentales consagrados en nuestra Constitución, y que serán indispensables para trazar el presente y futuro de la patria ordenada y generosa que los mexicanos anhelamos.