Nunca este viejo adagio español había quedado mejor aplicado a una película como en este caso…de todos los filmes esperados para este 2011—y miren que la lista es larga—Super 8 era la que yo aguardaba con más ansía, quizá porque me confieso admiradora del trabajo—o la mayoría de él en todo caso—tanto de J.J. Abrams como de Spielberg, director y productor de la cinta respectivamente, entonces, un hijo de ambos (por así decirlo) debería tener tintes espectaculares, o hasta divinos…¿o no?
Además, la expectativa que rodeaba la película era mayúscula, los rumores hablaban de una obra maestra en ciernes para el séptimo arte, con decirles que no había un tráiler oficial, pues el que se presentaba sólo mostraba a una camioneta enfrentando a un tren sobre las vías y a “algo” golpeando a uno de los vagones desde dentro… ¡que manera de comenzar a construir el suspenso!
Imagínense, el cerebro que creó Tiburón, ET, Encuentros cercanos del tercer tipo, todas las de Indiana Jones, El imperio del sol…en confabulación con el que ideó, en cine, Armagedón y Star Trek (la de 2009), y en TV Alias, Lost y Fringe…confieso que entré al cine lista para comerme las uñas de las manos hasta el codo…pero lo que vi ahí sí que no me lo esperaba…
Si tuviera que describir este largometraje con una sola palabra, diría: nostálgica, desde el inicio, la iluminación, ambientación, los diálogos, las actuaciones y el tratamiento especial que sin duda le dieron en postproducción, nos transporta irremediablemente a los años 70, por un momento uno tiene la sensación de estar viendo una película vieja, esto, claro, hasta la escena del descarrilamiento del tren (por ahí de los 20 minutos de iniciada la cinta) que es… es-pec-ta-cu-lar, cuando vean la película entenderán que para describir el momento es necesario hacer la pausa entre sílaba y sílaba para mostrar todo el respetuoso asombro que la producción de esos pocos minutos se merece, sin duda alguna, lo mejor de las casi dos horas que dura el filme.
No es que esté diciendo que me disgustó, es más, puedo decir que hasta me gustó…sólo que de la forma en que te agrada una película de los estudios Disney TV, es más, eso es exactamente lo que parece, una película clasificación A, en la que hay mucho más sentimiento que suspenso, más fomentar los valores que sorprendernos y estimular la imaginación.
Para explicarme mejor, les diré que se nota que Spielberg es el mentor de Abrams, y que este último trató de hacer un homenaje a las primeras cintas de su maestro siguiendo casi punto por punto la forma en que aquel construía sus historias…Super 8 parece como una mezcla de ET, con un poco de Encuentros cercanos del tercer tipo y un mucho de la cinta Cuenta conmigo (Stand by me) de Rob Reiner y como esa cinta, ésta es más una película familiar que un producto dirigido a quienes amamos la ciencia ficción y el suspenso.
Dicho todo esto, les contaré que quienes hayan sido niños, adolescentes o jóvenes adultos por allá de 1979—que es cuando se sitúa este largometraje —tendrán varios momentos de risa y añoranza al reconocer varias referencias a momentos de la época, que incluyen chistes, música, moda y hasta gadgets de esos tiempos (walkman, walkie talkies y hasta las cámaras de super 8 que le dan nombre al filme).
La trama narra las aventuras de un grupo de amigos que planean disfrutar de su verano filmando una película que el cineasta en ciernes, Charles, piensa enviar a un festival regional. Durante una filmación nocturna los adolescentes atestiguan un accidente ferroviario que traerá consecuencias importantes para todos ellos, así como para el pequeño pueblo de Ohio en el que viven.
Los personajes centrales de Super 8 son dos jóvenes parte del equipo fílmico de Charles: Joe Lamb, el maquillista y Alice Dainard la actriz principal, cuyas vidas están conectadas por un terrible accidente y quienes muestran una conexión especial desde que se conocen.
Tras el choque del tren, cosas raras empiezan a suceder en el pueblo: los perros desaparecen al igual que algunas personas, hay cortes en el servicio de luz, ruidos extraños, accidentes inexplicables, hurtos menores y mayores de artículos electrodomésticos así como automotrices y, por si fuera poco, elementos siniestros y desalmados del ejército comienzan a patrullar las calles y a hostigar a la población.
Tras una muy buena escena de batalla que parece salida de Rescatando al soldado Ryan, los misterios empiezan a develarse, no sin la activa participación del grupo de astutos jóvenes adolescentes quienes, sin importar que tengan sólo 12 o 13 años, son capaces de enfrentarse al ejército, a las bombas y a “eso” con tal de salvar el día… ¿les suena conocido?…sólo les faltó volar en bicicleta cruzando la luna llena…
Mención especial merecen las interpretaciones de los actores jóvenes pues son realmente buenas, no me extrañaría que pronto todos, o algunos de ellos, comenzaran a labrarse un nombre en el mundo de Hollywood…basta decir que la protagonista es Elle Fanning, y se nota que no desmerecerá el nombre de su famosa hermana. En cuanto a la participación de los adultos, les comentaré que pasa sin pena ni gloria, aunque me parece importante destacar que la selección de Kyle Chandler como el asistente del Sheriff y padre de Joe, fue sin duda un error pues el peso del personaje que interpreta pedía a gritos a alguien más tipo héroe masculino y silencioso como Kiefer Sutherland o hasta Kevin Bacon.
Si le dan el beneficio de la duda a esta cinta, y acuden a verla, les daré un tip, no tengan prisa por abandonar la sala de cine una vez que empiecen los créditos, aguarden un poco y podrán atestiguar en su totalidad el cortometraje que Charles, Joe, Alice y los demás filman a lo largo de la película…realmente es de las partes más valiosas de Super 8.
Productores: Steven Spielberg, J.J Abrams y Bryan Burk; Escrita y dirigida por: J. J. Abrams; Fotografía: Larry Fong; Edición: Maryann Brandon y Mary Jo Markey; Música: Michael Giacchino; Elenco: Kyle Chandler, Elle Fanning, Joel Courtney, Gabriel Basso, Noah Emmerich, Ron Eldard, Riley Griffiths, Ryan Lee, Zach Mills y Glynn Turman.