El Tsunami que viene - LJA Aguascalientes
16/11/2024

Por José Luis Gutiérrez Lozano

La cuenca del pacífico es la región del planeta que nos acostumbramos a identificar con ideales del progreso económico global. Ahora llega a los titulares de todos los servicios noticiosos del mundo por una razón distinta: la devastación por un fenómeno natural. Pocos identifican que el tamaño de la tragedia hubiese sido menor si esa región no fuera un bastión típico del capitalismo decadente y ecocida.

Además de la fuga radiactiva de la central nuclear de Fukushima, el daño causado por las aguas oceánicas se incrementó  por la enorme cantidad de accesorios producto de nuestro desarrollo tecnológico aplicado al consumismo –autos, barcos, equipos, construcciones, etc.- que, convertidos en basura asesina asolaron la región. Más allá del daño material evidente e inmediato derivado de meteoros -que se acentúan con el cambio climático- y eventos geológicos –como los terremotos-, ahora perduran más los daños en el orden social y económico de las zonas afectadas. La restitución de sus niveles de vida, similares a las condiciones que se vivían antes del cataclismo, obligan a la población a endeudarse y encadenarse aún más al sistema monetario. Ante tal incongruencia nos preguntamos si  acaso no sería mejor impulsar una cultura social y ecológicamente responsable que permita preservar los ecosistemas y dar una vida digna a los seres humanos, que volver a la dependencia del sistema.

Las condiciones críticas que vive el mundo actual producen reacciones, respuestas del activismo civil espontáneo –no gobiernos, ni partidos, ni terroristas- que, tomando por su cuenta medios libres de comunicación y redes sociales, comienzan a generar propuestas que cada vez tienen más seguidores y adeptos. El caso del Movimiento Zeitgeist (del alemán significa, espíritu de la época; http://www.zeitgeistmexico.com.mx/) es uno de los que ha tenido más incidencia en el despertar de la conciencia entre la población que –como la mayoría- no tiene preferencias ideológico-políticas. Su Proyecto Venus con un enfoque simple y directo de la problemática mundial, propone cambios de fondo. La iniciativa consiste en transformar el sistema económico preponderante, orientado a la escasez y lleno de corrupción, en algo enormemente más organizado, equilibrado,  sostenible y productivo aplicando la misma ciencia y la tecnología con que contamos, pero con sentido humano en vez de utilitarista.

Con este Proyecto propone restituir las necesidades fundamentales, desnudando las necesidades falsas creadas por la insaciable economía monetarista, y promover la conciencia ambiental de las especies, identificando la interrelación que existe entre todas las que habitamos este planeta finito. Afirma que el actual sistema económico está viniéndose abajo a un ritmo acelerado, con un desempleo mundial aconteciendo a la escala más grande jamás vista, simultáneamente a la extrema acumulación de riqueza entre unos cuantos y la destrucción del medio ambiente.

Recomienda a quienes comienzan a conocer esta obra detenerse a pensar acerca de la validez de las ideas y conceptos con las que hemos sido indoctrinados. La mayoría de valores humanos e ideologías, dice, se identifican con asociaciones respecto a un particular hilo de pensamiento, tradición o noción de realidad. La resistencia al cambio, relacionada con el estado permanente de “conocimiento limitado” que tenemos creyendo que es verdad absoluta, sería el mayor obstáculo a enfrentar al conocer la información que presenta el Proyecto. Asegura que ahora es cuando podemos ampliar nuestras lealtades y afiliaciones más allá de los limitados confines del mercado, la tradición y la nación-estado para abarcar a la especie humana como un todo, junto con el medio ambiente planetario que nos sostiene a todos, viendo a la Tierra como un todo orgánico indivisible.

Por ejemplo, señala, muchas ocupaciones que existen hoy en día, no tienen más función que la perpetuación del “consumo cíclico”. En la medida en que operen para que unos ganen a costa de lo que otros pierden, en vez de generar nueva riqueza, constituyen un tremendo desperdicio de vida y recursos. Por ejemplo, afirma, el trabajo de las personas que contribuyen al funcionamiento interno del sistema monetario – corredores de bolsa, vendedores de seguros, etc.- no tiene bases naturales en relación a una real “contribución a la sociedad”; no contribuyen en nada real a la sociedad en el largo plazo. Si bien se argumentará que el rol que estos desempeñan afecta a la gente cotidianamente dentro del sistema económico, es tiempo de comenzar a enfocar nuestros esfuerzos en asuntos sociales que son relevantes actualmente para el progreso social y ya no a los trabajos arbitrarios surgidos para que unos extraigan la riqueza de otros.

Consecuentemente, todo el sistema educativo en la actualidad no es más que una planta procesadora en moldes que preparan a los humanos para la mayoría de los papeles ocupacionales predefinidos. Captar la relevancia de estos conceptos nos sacude internamente. El Tsunami que viene, es el que desde dentro de nuestras conciencias pueda transformar la vida sobre nuestro planeta para hacerlo más vivible.

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