Universidad de las Artes / The Insolence of Office - LJA Aguascalientes
22/11/2024

 

La semana pasada, aquí en La Jornada, compartí un texto donde hablo sobre la salida del Dr. Martín Andrade del Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA). Ahí menciono, entre otros temas, que el próximo director tendrá un montón de retos.

Las expectativas son altas; empero, sé que los resultados tardarán en llegar. Es más: es probable que, en lo que queda del sexenio del gobernador, no veamos un sustancioso mejoramiento en cuanto a nivel cultural; sin embargo, creo que queda claro que es otro el rumbo que se tiene que seguir. Las dependencias del instituto, supongo, también se modificarán. Una de éstas, donde urge una transformación, es la universidad.

He tenido la oportunidad de dar clases en la Maestría en Arte Contemporáneo de la Universidad de las Artes desde 2010. En este par de años, de manera fija, Caleb Olvera y Eudoro Fonseca han estado al frente de la coordinación de la maestría. Con el primero casi no tuve oportunidad de dialogar porque se fue a trabajar a otro sitio a los pocos días de haber iniciado mis clases. Con el segundo fue distinto: convocaba, periódicamente, juntas de planeación académica; estaba al pendiente tanto de los alumnos como de los profesores; tenía, según recuerdo, un plan de crear un espacio de investigación. Pero se fue a dirigir el CIDCEA. Al poco tiempo Pilar Ramos tomó las dos coordinaciones (licenciatura y posgrado), pero tengo entendido que su puesto era momentáneo. Ahora que Andrade está fuera, habrá que reconfigurar, en general, ese espacio académico de nivel superior (dejar lo que hasta ahora se ha hecho bien y empezar a corregir las deficiencias).

La Universidad de las Artes es una de las joyas menos valoradas -acaso la que menos- del ICA. Su oferta académica consiste en cinco licenciaturas y una maestría. Salvo por el posgrado, la orientación de la universidad, básicamente, está dirigida a la creación. No hay preocupación por publicar la reflexión del arte que ahí mismo se produce. Esto es que hay muchísimas muestras de trabajos artísticos y, sin embargo, muy poco pensamiento por escrito. Me parece que hay que retomar la idea del Dr. Fonseca. No sé cómo ni quiénes, pero la universidad, este año, debe fijarse como meta la producción y publicación de ensayos y tesis. Medirse, en primera instancia, con la Universidad Autónoma de Aguascalientes y generar reflexión sobre arte contemporáneo. Esto no es nada difícil: todos los maestros también dan clases a la UAA (pero no todos tienen un contrato fijo ahí). Lo que estoy diciendo, en otras palabras, es que la Universidad de las Artes debe comenzar por someter a concurso plazas para profesores e investigadores. No hay de otra.

Si bien, hasta ahora, la trayectoria de la universidad es bastante corta (unos cuantos años), hay indicios de que la gente que la nutre, en su mayoría, está en el centro de la actividad artística de nuestro Estado: su actividad y su producción pueden verse en la galería que se encuentra en el campus. Y no sólo eso: sus alumnos de licenciatura, continuamente, exponen en cualquier lado de la ciudad. Vamos, el corazón de la universidad lo conforman sus estudiantes. La razón es sencilla: son los que están ahí año tras año. La continuidad da resultados.

En cuanto a los estudiantes de posgrado: muchos de ellos, a cada rato, son invitados a mesas de diálogo; crean, independientemente del instituto, espacios para reflexionar sobre arte. Están activos.

Decir lo mismo de la planta docente sería complicado. La explicación es la misma sólo que al revés: no hay concursos para postularse por un medio tiempo o por un tiempo completo. Por tanto, hacer investigación en la Universidad de las Artes es complicado -por no decir improbable-. No hay continuidad. (Uno no sabe si el siguiente semestre será contratado).

Con la reciente salida de su rector o director -la indefinición del puesto, incluso, es problemática-, la Universidad se ha quedado, a su vez, en vilo. Quien sea que se coloque a la cabeza del instituto tendrá, a mi juicio, dos misiones: a) una feliz misión académica: inaugurar la investigación dentro de la institución; b) una complicada misión administrativa: integrar a varios profesores a su planta.


Ya veremos.
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