Jesús Martínez
Se han cumplido 114 años del natalicio de uno de los hombres más brillantes y comprometidos con la causa del país, y sin embargo la historia no le ha hecho justicia al olvidar las grandes aportaciones de este personaje conocido como uno de los siete sabios.
Don Manuel Gómez Morín fue un hombre de instituciones, convencido de que la culminación del movimiento revolucionario se daría a partir del conocimiento y no a través de la improvisación. Para él y algunos de su generación, “la revolución se había pervertido y era preciso recuperar sus valores.”
Era fiel creyente y apostaba por la educación, la ética y el amor a la patria; para él, estos tres elementos eran principios básicos para que la sociedad gozara de un mejor porvenir. Gómez Morín fue elemento importante para la construcción de la vida nacional ya que formó parte de la generación de intelectuales que colaboraron para levantar los cimientos del Estado mexicano moderno.
Dio las bases para realizar importantes políticas monetarias y fue fundamenta su aportación para la creación del Banco de México, y la creación de la Ley de Crédito Agrícola.
En su paso por la Universidad Nacional Autónoma de México fue maestro de la Escuela Nacional Preparatoria, impartió Teoría General del Estado, Derecho Constitucional y Derecho Público. Fue nombrado director de la Facultad de Derecho y posteriormente es nombrado como el primer rector de la Universidad con plena autonomía, férreo defensor de la función social de la Universidad y su autonomía y gracias a sus aptitudes financieras logró conseguir recuperar la economía de la UNAM, lo que más adelante le daría la medalla Honoris Causa, máximo galardón otorgado por la Universidad.
Como funcionario ocupó los cargos públicos de Subsecretario de Hacienda, Presidente del Consejo de Administración del Banco de México, miembro de la Comisión de Organización del Banco Nacional Hipotecario Urbano y de Obras Públicas y colaboró en la primera Comisión de Estudios sobre el Seguro Social.
Él pensaba que la política no puede reducirse a la lucha por el poder y mucho menos a la competencia por los puestos públicos. Pensaba que el patriotismo y la política debían estar encaminados a lograr la patria ordenada y generosa así como una vida mejor para todos, de ésta idea se desprende el lema del Partido Acción Nacional.
Su actuar se apegaba a los principios del humanismo, deseaba lograr un partido de ideas permanente pero abierto a recibir nuevas.
El 15 de septiembre de 1939 realizó su aportación política más importante, fundó el Partido Acción Nacional de México y fue presidente del mismo desde 1939 hasta 1949.
Sin duda la fundación del PAN es fruto del esfuerzo de la sociedad civil, no del gobierno. A través de su intervención en la vida pública de México, Acción Nacional ha comprobado la validez de sus principios, que han tenido una innegable influencia en la evolución política y económica del país. Ha propuesto reformas e iniciativas legislativas y de gobierno benéficas para la nación y ha postulado para cargos públicos personas capaces de cumplirlas.
Por todo ello, los panistas todos los días 27 de febrero conmemoramos al hombre que dio a la luz las bases e ideología que hoy son la realidad del Partido Acción Nacional.
Los principios que dieron vida al Partido Acción Nacional se deben practicar día a día principalmente por aquellos como panistas y que buscan un beneficio personal o para un determinado grupo. Ante la convocatoria de las próximas asambleas municipales que se llevaran en 6 de los 11 municipios del Estado de Aguascalientes es importante recordar el mensaje que nos dejó don Manuel Gómez Morín “En Acción Nacional nadie viene a obtener ni a ganar, sino a definir lo que es mejor para México”