Hace unos años, el internet satelital sonaba a tecnología de película de ciencia ficción. Hoy, gracias a Elon Musk y su empresa SpaceX, la conectividad desde el espacio está a punto de aterrizar en los teléfonos de miles de personas… aunque, como siempre, hay letra pequeña. Starlink, el servicio de internet satelital de la compañía, ha generado un revuelo global al anunciar que algunos modelos de smartphones podrán conectarse directamente a su red sin costo a partir de julio de 2025. ¿El fin de la brecha digital o solo un nuevo capítulo en la estrategia de expansión del magnate tecnológico?
¿Cómo funciona el internet satelital de Starlink?
Para entender el fenómeno, hay que empezar por lo básico. Starlink opera con satélites en órbita baja (LEO, por sus siglas en inglés), a unos 550 kilómetros de la Tierra. Esto le permite ofrecer un servicio de internet con menor latencia que los tradicionales satélites geoestacionarios, que están a 35,786 km. En otras palabras: conexión más rápida y estable.
En su versión convencional, Starlink requiere un kit de instalación que incluye una antena parabólica y un router Wi-Fi, con precios que varían según el país. Pero ahora, Musk y compañía han decidido que algunos smartphones podrán conectarse directamente a los satélites sin necesidad de antenas adicionales. Una solución pensada, en teoría, para quienes viven en zonas rurales o áreas con cobertura deficiente.
La ‘generosidad’ de Starlink: ¿Internet gratis en celulares?
El anuncio de Starlink dejó a muchos con la boca abierta: internet satelital gratuito en ciertos modelos de celulares. En un mundo donde las compañías cobran hasta por respirar datos móviles, la oferta parece demasiado buena para ser verdad. Y, como era de esperarse, hay condiciones.
Para empezar, en su fase inicial, el acceso gratuito solo permitirá enviar y recibir mensajes de texto, compartir ubicación en tiempo real y contactar servicios de emergencia. Nada de videollamadas, redes sociales o navegación libre por internet. Lo de “gratis” también es relativo: los usuarios deberán contar con un modelo de smartphone compatible y la última actualización del sistema operativo.
En México, los dispositivos compatibles incluyen:
- Apple: iPhone 14 y versiones posteriores.
- Google: Pixel 9 y sus variantes Pro, Pro Fold y Pro XL.
- Motorola: Todos los modelos lanzados a partir de 2024.
- Samsung: Desde los Galaxy A14 hasta la serie S21 en adelante, incluyendo Flip y Fold.
Básicamente, si tienes un celular de gama media-alta o alta (y bastante reciente), entras en el club de los afortunados. ¿El resto de los mortales con modelos más antiguos? Pues bien, tendrán que seguir dependiendo de las redes tradicionales o considerar invertir en un nuevo teléfono.
Apple, T-Mobile y Starlink: una alianza con segundas intenciones
Si bien el internet satelital gratuito suena como un paso adelante en la democratización digital, también es un movimiento estratégico para posicionar a Starlink como líder en la conectividad satelital móvil. Empresas como Apple ya han dado pasos en esta dirección con sus servicios de emergencia vía satélite en los iPhone 14 y 15, utilizando la red Globalstar.
Pero SpaceX no quiere quedarse atrás. En alianza con T-Mobile, ha anunciado que los iPhones con iOS 18.3 podrán conectarse a Starlink bajo ciertas condiciones. Aunque la fase beta está limitada a usuarios en Estados Unidos, se prevé que el servicio se extienda a otros países en el futuro.
Eso sí, no todo es tan fácil como suena. Actualmente, la conectividad solo permite mensajes de texto y asistencia en emergencias, pero Musk ya ha adelantado que en versiones futuras se podrá realizar llamadas de voz y hasta escuchar música en streaming. Suena increíble… hasta que llegue la inevitable suscripción premium.
La letra chiquita: lo que no te dicen sobre Starlink gratis
Detrás de la promesa de conectividad universal, hay varios aspectos que pasan desapercibidos:
- El modelo de negocio es el verdadero ganador. Starlink no está regalando internet por amor a la humanidad. Su estrategia es clara: enganchar usuarios con funciones básicas gratuitas y, eventualmente, venderles servicios de mayor capacidad o empujar a los operadores a adoptar su red.
- No sustituye a las redes móviles. Aunque puede ser útil en zonas sin cobertura, la conexión satelital sigue siendo más limitada que las redes terrestres en cuanto a velocidad y capacidad de transmisión de datos. Olvídate de jugar en línea o hacer streaming en 4K sin cortes.
- La lista de dispositivos compatibles es reducida. La promesa de conectividad universal se ve opacada por el hecho de que solo los modelos más recientes podrán acceder al servicio. ¿Qué pasa con los millones de usuarios con teléfonos más antiguos? Pues nada, seguirán en la sombra digital.
- Regulaciones y expansión incierta. Aunque la fase beta inicia en EE.UU., su implementación global dependerá de acuerdos con operadores locales y regulaciones gubernamentales. No es tan sencillo como encender un interruptor y conectar el planeta entero.
¿Conectividad para todos o una jugada más de Musk?
A primera vista, el plan de Starlink suena como un paso gigantesco hacia la reducción de la brecha digital. Pero, como cualquier innovación tecnológica, no es del todo desinteresado. La iniciativa posiciona a SpaceX como un jugador clave en el futuro de las telecomunicaciones móviles, un sector dominado por gigantes como Apple, Samsung y las operadoras tradicionales.
Elon Musk, siempre con un ojo en el mercado y otro en la innovación, no solo está vendiendo internet satelital; está construyendo la infraestructura de la próxima generación de comunicaciones móviles. Y si algo ha demostrado el magnate es que no hace nada sin una estrategia bien pensada detrás.
