Rayados de Monterrey: Cuando el dinero no compra goles ni gloria - LJA Aguascalientes
15/03/2025

Dicen que el dinero no compra la felicidad, y en el fútbol, parece que tampoco los títulos. El Club de Fútbol Monterrey, alias Rayados, acaba de recibir un baño de realidad en los octavos de final de la Copa de Campeones CONCACAF 2025: eliminado por el Vancouver Whitecaps con un global de 3-3, en un partido de vuelta jugado en Torreón (porque Shakira les quitó el BBVA para su concierto). Con una nómina que parece el presupuesto de una película de Hollywood, los regiomontanos volvieron a demostrar que los billetes no meten goles, no ganan finales y, sobre todo, no forjan grandeza.

La billetera gorda no anota

Rayados no escatima en ceros. Según datos de Transfermarkt y reportes de prensa, en los últimos años han invertido más de 100 millones de euros en fichajes. Sí, leíste bien: cien millones. En 2023 llegó Sergio Canales desde el Real Betis por unos 10 millones de euros, con un sueldo que lo convierte en el rey del billete en la Liga MX. Luego está Lucas Ocampos, ex-Sevilla, por 12 millones de euros en 2024. Y el golpe maestro: Sergio Ramos, el excapitán del Real Madrid, firmado en 2025 por un salario base de 4 millones de euros anuales, más bonos que harían sonrojar a un banquero.

¿Otros nombres? Rogelio Funes Mori (6 millones en 2015), Vincent Janssen (8 millones en 2019), y así podríamos seguir.

Pero, ¿dónde están los trofeos?. Desde el Apertura 2019, su último título de Liga MX, Rayados no ha levantado nada grande en México. En CONCACAF, su última Champions fue en 2021, y desde entonces, solo decepciones. Este 2025, con Vancouver, la historia se repitió: un empate 1-1 en la ida y otro 2-2 en la vuelta, los Whitecaps, por goles de visita, mandaron a la lona al equipo de Martín Demichelis. “Tenemos que mirarnos al espejo”, dijo el técnico argentino post-partido, pero ese espejo parece más un recibo de gastos que una reflexión táctica.

Estrellas que no brillan: fichajes de portada, no de cancha

Rayados ama los titulares rimbombantes, pero no todos sus “galácticos” han rendido.

Sergio Ramos, por ejemplo, llegó como el fichaje del año. A sus 38 años, el español marcó un gol en Liga MX contra Santos, pero en la Concachampions apenas jugó la vuelta y no pudo evitar el desastre. “Estoy aquí para ganar”, dijo en su presentación, pero hasta ahora, lo único que ha ganado es un sueldo de jeque.

Lucas Ocampos es otro caso. El argentino, con pasado en el Sevilla y la selección albiceleste, llegó con bombo y platillo, pero su aporte en 2024-2025 ha sido más discreto que un silbido en un concierto de rock: un par de goles y varias lesiones.

Vincent Janssen, el holandés que costó 8 millones, tuvo destellos (como en la final del 2019), pero nunca fue el killer que prometía su precio. Y qué decir de Rodolfo Pizarro: regresó en 2021 por 10 millones tras su paso por la MLS, pero su segunda etapa fue tan olvidable que ya ni los memes lo rescatan o “Tecatito” Corona, que del Sevilla llegó a su casa por 3.5 millones y solo ha tenido más lesiones que goles y asistencias.

Estos nombres suenan a dream team en el papel, pero en la cancha, el sueño se convierte en siesta. Mientras, jugadores como Brandon Vázquez, vendido a Austin FC en 2025 tras ser el goleador de la Concachampions 2024, dejaron un hueco que los billetes no han llenado.


El historial de tropiezos de Rayados

Si el dinero comprara títulos, Monterrey sería un museo de trofeos. Pero la realidad es un rosario de espinas. En la Liga MX, las liguillas han sido un vía crucis: en el Clausura 2023 cayeron en semifinales ante Tigres (1-2 en el global).

En el Apertura 2024, América les robó la final con un 3-2 global que aún duele en Nuevo León. Y en torneos internacionales, la Copa de Campeones CONCACAF 2023 los vio eliminados por Columbus Crew en semifinales (5-2 global), un equipo de la MLS que les dio una lección de humildad.

Pero hablemos de clásicos y puñaladas al corazón: en 2017, Tigres les ganó la final del Apertura en el mismísimo BBVA (2-1 global), con Nahuel Guzmán burlándose desde el arco. O la Concachampions 2019, donde sí ganaron, pero fue una excepción en una década de “casi, pero no”. La eliminación ante Vancouver en 2025, jugando en Torreón porque Shakira ocupó su casa, es solo la cereza del pastel amargo.

El problema no es el dinero, es el proyecto

“No todo es cuestión de gastar, sino de cómo gastas”, dijo alguna vez Luis Aragonés, y Rayados debería tenerlo tatuado. Con una nómina que rivaliza con los gigantes de Europa, el equipo de Demichelis no tiene identidad. ¿Juego ofensivo?, ¿defensa férrea?. Nadie lo sabe.

El contraste con rivales como América (tricampeón reciente) o Tigres (siempre en la pelea) es brutal. Esos equipos no solo gastan, sino que construyen. Rayados, en cambio, parece una colección de cromos caros sin álbum donde pegarlos. “Queremos competir en todo”, dijo el presidente José Antonio Noriega en 2024, pero el Mundial de Clubes 2025, donde ya están clasificados, luce como su única esperanza de redención este año.

La moraleja del billete roto

La eliminación ante Vancouver no es solo una derrota; es un grito de alerta. Rayados puede seguir abriendo la chequera, pero sin un proyecto claro, el dinero seguirá siendo papel mojado. Como dijo el gran Johan Cruyff: “El fútbol es un juego de errores, y gana el que menos comete”. Por ahora, Monterrey comete uno tras otro, y no hay billete que lo borre. Así que, Pandilla, menos focos y más fútbol, porque la grandeza no se compra en el mercado de fichajes, se suda en la cancha.

Vía El Táctico


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