En un giro que bien podría formar parte del guion de un thriller judicial, la balanza de la justicia se inclinó a favor de la libertad artística. La polémica exposición La Venida del Señor, del artista chiapaneco Fabián Cháirez, podrá volver a ser exhibida luego de que un juez federal negara la suspensión definitiva solicitada por la Asociación de Abogados Cristianos. Aunque la muestra ya había sido retirada de la Academia de San Carlos tras presiones conservadoras, el fallo reabre la posibilidad de su reexhibición y marca un precedente crucial en la defensa de la libre expresión en el arte.
Una censura ultraconservadora mega de oquis
Todo comenzó con la controversia que desató la exposición de Cháirez, donde monjas, sacerdotes y cardenales eran retratados en posiciones sensuales. Para algunos, una provocación artística legítima; para otros, un agravio imperdonable. En medio del escándalo, los abogados cristianos promovieron un amparo para suspender la exhibición, logrando que un juez ordenara su cierre inmediato con la amenaza de usar la fuerza pública si la UNAM no acataba la decisión. No obstante, el fallo definitivo del juez Francisco Javier Rebolledo Peña terminó por declarar sin materia el juicio, invalidando la suspensión y dejando claro que el arte no debe someterse a la censura religiosa.
Un cierre anticipado bajo presión
A pesar de que la exposición estaba programada para concluir el 7 de marzo, el clima de hostilidad derivó en su clausura anticipada. Sin embargo, Cháirez no se quedó de brazos cruzados. En un acto de resistencia simbólica, convocó a artistas, activistas y defensores de derechos humanos para realizar un cierre público frente a la Academia de San Carlos. La respuesta fue contundente: intervenciones artísticas, pronunciamientos en favor de la libertad creativa y un respaldo inquebrantable por parte de colectivos como Católicas por el Derecho a Decidir y la Comisión Nacional de Derechos Humanos de la Ciudad de México.
Un viejo conocido de la controversia
Fabián Cháirez ya ha probado antes la incomodidad que su arte genera en ciertos sectores. En 2019, su pintura La Revolución, donde retrató a Emiliano Zapata desnudo, con zapatillas y sombrero rosa, desató la ira de organizaciones campesinas que exigieron su retiro del Palacio de Bellas Artes. Como entonces, el artista defiende su derecho a desafiar los cánones tradicionales de representación con su trabajo, evidenciando las tensiones aún vigentes entre el arte y la moral conservadora.
Un precedente para la libertad artística
El fallo judicial que permite la reexhibición de La Venida del Señor representa más que una victoria personal para Cháirez; es un recordatorio de que la censura no puede prevalecer en una sociedad democrática. Mientras los opositores del artista se dicen satisfechos porque lograron que la UNAM clausurara la muestra, Cháirez se prepara para llevar su obra a otros espacios, asegurando que el debate sobre arte y religión no se apague.
A fin de cuentas, el arte está hecho para incomodar, provocar y cuestionar, no para encajar en moldes impuestos por los guardianes de la moral. Y si algo ha quedado claro con este episodio, es que la creatividad no se amordaza con amparos judiciales ni con amenazas de censura. La libertad de expresión ha ganado esta batalla, y el arte de Cháirez, lejos de silenciarse, está listo para su “segunda venida”.