- Cerca de 400 personas participaron en una manifestación, recolectando 376 firmas en el evento y sumándolas a más de 11 mil apoyos electrónicos contra las reformas al POEL
- La rana de madriguera se ha convertido en un emblema de la defensa del medio ambiente y del derecho a un entorno sano
- Organizaciones como ADN-A y jóvenes convocantes destacan la importancia de la acción colectiva para enfrentar las decisiones que afectan al medio ambiente
La reciente manifestación en la Plaza de la Exedra, realizada el pasado jueves 16 de enero, reunió a cerca de 400 personas que expresaron su creciente preocupación por las decisiones que afectan al medio ambiente. Durante el evento, se recolectaron 376 firmas en apoyo al amparo contra las reformas al Programa de Ordenamiento Ecológico Local (POEL), las cuales se suman a más de 11 mil firmas electrónicas recabadas a través de la plataforma Change.org. Estas acciones buscan exigir justicia ambiental y la protección del derecho constitucional a un entorno sano.
Valeria López, veterinaria y una de las principales organizadoras, expresó: “Estoy muy contenta de que más jóvenes como yo se hayan sumado a esta manifestación. Su creatividad y energía nos llenan de esperanza al rechazar decisiones que ponen en peligro a la rana de madriguera.”
El lunes 20 de enero, las firmas recolectadas fueron entregadas al Juzgado Séptimo de Distrito. Diana Espina, también veterinaria y organizadora, declaró: “Confiamos en que nuestras voces serán escuchadas y que el juez fallará a favor de la justicia, defendiendo los derechos fundamentales en un momento crucial para la protección del ambiente.”
Un movimiento en crecimiento
Este evento refleja una preocupación intergeneracional, con un énfasis particular en los jóvenes que se muestran cada vez más conscientes del futuro ambiental. La rana de madriguera se ha convertido en un símbolo de lucha por la defensa del hábitat y la vida misma, amenazada por decisiones que afectan el equilibrio ecológico.
El Observatorio de Violencia Social y de Género de Aguascalientes, como parte de la Alianza por la Defensa de la Naturaleza (ADN-A), reiteró la necesidad de acción colectiva. En su llamado, señalaron: “El silencio no nos protege; necesitamos alzar la voz. Invitamos a la ciudadanía a rechazar la indiferencia y exigir respuestas claras de las autoridades. Solo con una participación activa lograremos un futuro justo y sostenible.”
Este movimiento no es solo una lucha por la conservación, sino un compromiso colectivo para garantizar un presente y futuro digno para Aguascalientes y sus habitantes.