Ecovirtudes que pueden salvar el planeta | Ambientalistas por: Victor Hugo Salazar Ortiz - LJA Aguascalientes
16/01/2025

Ambientalistas

Ecovirtudes que pueden salvar el planeta

Como cada mes, el pasado viernes 10 de enero se realizó la vigésimo cuarta sesión del Seminario Permanente de Ética Ambiental y Animal, la que, a pesar de ser virtual, tiene como sede el departamento de Filosofía de la UAA. Esta vez se contó con la participación de Jaqueline Alcázar Morales quien es doctora en Ciencias en el área de bioética por la facultad de medicina de la UNAM y actualmente directora del proyecto de difusión “Bioética y Ambiente” (https://bioeticayambiente.org), sitio que recomendamos visitar. Los temas abordados por la ponente fueron: la crisis ecológica, ¿qué son y para qué sirven las ecovirtudes?, esperanza y humildad y ¿cómo enfrentar la crisis ecológica?

Antes de dar inicio a su disertación, Alcázar hizo énfasis en que lo que presentaría era resultado de “una experiencia de vida”, es decir, de cómo fue acercándose al tema y porqué para ella, aunque es un asunto que puede abordarse solo académicamente, no se limita a estudiarlo y presentarlo así, sino que invita a poner en práctica lo que ella expone de manera que se sumen esfuerzos que permitan hacer realidad el cambio que se requiere para salir de la crisis ecológica, misma que se manifiesta de diferentes maneras. La primera de ellas es la extinción de especies, vegetales y animales, producida debido al continuo deseo de expansión y crecimiento económico, lo que ha llevado a la deforestación para expandir las áreas de cultivo y las actividades agropecuarias, produciendo con ello la erosión de suelos y la contaminación del agua, a esto se suma el incesante crecimiento industrial y habitacional que requiere cada vez de mayores espacios. El problema no se agota en tierra, sino que se ha expandido hacia el mar, ya que las voraces técnicas de pesca, el constante vertido de residuos contaminantes, la infraestructura petrolera en altamar, la acuacultura y el desarrollo turístico costero están llevando al límite las cadenas tróficas que dan vida a los océanos. Como si esto no fuera poco, tenemos el cambio climático y la contaminación del aire, agentes responsables de que una de cada cinco especies estén en peligro de extinción.

Una vez visto, en líneas generales, porque hay una crisis ecológica, Alcázar pasó a abordar el segundo punto de su conferencia en el que explicó qué son y para qué sirven las ecovirtudes. Lo primero que señaló fue que no basta evaluar las causas de los problemas ambientales desde la bioética, sino que es necesario tomar decisiones que integren, además de nuestras capacidades racional y reflexiva, nuestra sensibilidad, empleando para ello las virtudes aplicadas con criterios aristotélicos, es decir, reconocernos como seres racionales pero además emocionales, entendiendo con esto que no solo la razón es la que nos lleva a actuar, sino también nuestros impulsos pasionales, estos son los que nos hacen ser empáticos y compasivos con los otros, gracias a ellos podemos conseguir el florecimiento comunitario que tiene como base nuestras relaciones humanas (respetuosas, generosas, amistosas, etc.), lo que tenemos que hacer ahora (aunque siempre debió de haberse hecho) es incluir a todas la otras especies con las que cohabitamos este planeta; en otras palabras, integrarlas también en nuestro círculo moral, dejar de ver lo que nos rodea como meras cosas que están allí para nuestro servicio, sino, por el contrario, ver y entender a la naturaleza con una preocupación holística en la que todos importan y son valiosos. Aquí es en donde entra en juego poner en práctica la phronesis aristotélica, es decir,  lo que se conoce como el justo medio, saber actuar con prudencia, saber elegir de manera sensata lo que puede producir el mayor beneficio, para mi y para los otros. Entonces, si ya nos hemos dado cuenta de que un número considerable de acciones humanas causan daño a otras especies y en áreas naturales específicas ¡por qué no dejamos de hacerlo! Alcázar enfatizó que debemos de comenzar a ser más prudentes en nuestro actuar como especie, pero también personalmente tratando de conseguir un buen vivir razonable y justo para nosotros personas pero también en beneficio de otras especies y del mundo natural, por eso hay quienes preocupados por este tema han decidido llevar una dieta vegetariana, o trasladarse en bicicleta, dejar de ser consumistas impulsivos, separan su basura, etc. En suma, estas son acciones que podemos tomar individualmente, pero que en conjunto nos llevarían a alcanzar ecovirtudes comunitarias a través de la realización de actos virtuosos bajo la guía de la ecophrónesis o ecoprudencia, que no es otra cosa que conseguir el justo medio entre lo que está bien y lo que está mal evitando con ello caer en un vicio. En otras palabras, no se trata de renunciar a las comodidades alcanzadas con el uso de los recursos ambientales, sino de ser más mesurados y menos despilfarradores de ellos.

Lo anterior nos lleva a la tercera parte de la conferencia en la que Alcázar propone a la esperanza y la humildad como las principales virtudes con las que se puede hacer frente a la crisis ambiental, mismas que solo funcionan cuando se tiene el deseo y la voluntad de alcanzar un Bien. Aquí es donde la ecofrónesis adquiere su sentido real y ontológico, pues nos preguntamos qué tipo de personas queremos ser en relación con el medio ambiente, lo que a su vez nos lleva a cuestionar ¿cómo debemos comportarnos y qué voy/vamos a hacer para lograrlo? La ponente enfatizó que no basta seguir las reglas establecidas para conseguirlo, sino que es necesario asumirse como agente activo de cambio, y esto es así porque uno solo no puede conseguirlo, debemos tener la esperanza de que otros también quieran hacerlo. En este sentido, Alcázar indicó que la esperanza puede ser pasiva o activa, la diferencia entre ellas es que la primera es conformista espera que “algo positivo ocurra” sin hacer nada, la segunda es hacer con convicción todo lo que esté al alcance deseando que pueda hacerse realidad, pero siempre con una dirección precisa, para lo cual se requiere estar bien informado. Aunado a esto se debe ser humilde, reconocer que aunque se cuente con un gran desarrollo tecnológico, causante de varios de los males que padecemos y que al parecer también es el medio para acabar con ellos, este no es suficiente para solucionarlos.

Dicho lo anterior, Alcázar llegó a la última parte de su disertación partiendo de la pregunta ¿cómo salvar el planeta? Ella propone, primero, acciones de contención, enfocarnos en las causas y no en las consecuencias; segundo, generar sistemas de prácticas que sostienen la vida, muchos de ellos llevados a cabo por asociaciones activistas; tercero, un cambio en la conciencia ampliando nuestra visión individual por una que incluya a la comunidad humana, y no humana, en la que se coparticipe poniendo al servicio de esta los propios dones evitando con ello el egoísmo y el declive de la comunidad, esto permitirá que las redes de las personas que están preocupadas por este tema adquieran un sentido de comunidad, sean más grandes y con mayores perspectivas. 

Les invito a ver y escuchar la conferencia completa en el siguiente link: https://www.youtube.com/watch?v=IlhTTU0PHIY .



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